Francisnet Dí­az Rondón
Francisnet Dí­az Rondón
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09 Agosto 2014

«Sí­, dí­game ». Su voz inconfundible se escucha al otro lado del teléfono. Quizás a Antonio Meucci, el italiano inventor del importante aparato, le hubiese gustado conocer a mi interlocutor y escucharlo hablar horas sin parar sobre música, literatura, polí­tica, historia, y, por supuesto, de la radio, ese otro trascendental invento de su compatriota Guillermo Marconi.

Mas, seguro, lo que más disfrutarí­a Meucci en el supuesto diálogo con Luis Orlando Pantoja Veití­a serí­a verlo destrozar, con el filo de la palabra, a los norteamericanos, que intentaron usurpar la paternidad del teléfono.

luis-orlando-pantojaLuis Orlando Pantoja Veití­a, Premio Nacional de Radio 2014. (Foto: Francisnet Dí­az Rondón)

Chico, esos yanquis son unos hijos de p... Querí­an apropiarse de tu invento. Eso es tuyo, lo probaste aquí­ en La Habana, en Cuba. Ellos solo se dedican a querer quitarles las glorias a los demás, como trataron de hacer con Carlos J. Finlay o con Joseí­to Fernández, a quien intentaron robarle La Guantanamera. (Risas). ¿Te imaginas La Guantanamera compuesta por un gringo? A propósito, se me ocurrió un tema para el programa de mañana. No dejes de escucharlo.

Ahí­ mismo el maestro de radialistas se sienta frente a la computadora «la primera que inventaron en los Estados Unidos », bromea respecto a la antigí¼edad de la máquina, y de sus dedos nace un nuevo comentario para su escuchado espacio Pido la palabra, de la CMHW.

Y así­, trabajando incansablemente, a través del mismo invento de su «amigo » Meucci, le avisaron desde La Habana que le habí­a sido otorgado el Premio Nacional de Radio, junto al colega Enrique Domí­nguez Sosa.

«Oye, casi me lo dan post mortem », bromea una vez más, como si con esa jocosa frase repasara toda una vida dedicada al quehacer radial en disí­miles emisoras, desde Oriente a Occidente, e incluso fuera del Verde Caimán.

«Me puse muy contento, de inmediato llamé a algunos compañeros de la emisora para que lo supieran. Mira, no hay nada nuevo que decir sobre lo que representa el premio. No es un compromiso, pues estoy comprometido con la Revolución y mi profesión hace mucho tiempo. Lo veo como un reto, y voy a seguir trabajando, haciendo mejores cosas », expresa Pantoja.

Muchos compañeros, devenidos hermanos durante años de trabajo, le vienen a la mente a raí­z del galardón. Y entonces recuerda a Julio Batista otro que no tení­a tregua con lo mal hecho en nuestra sociedad, a Nelo Évora, Enrique Romero de la Paz «un editor y grabador magní­fico », Franklin Reinoso a quien considera un hombre radio y a muchos otros que harí­an interminable la lista.

El 20 de agosto se entregará oficialmente el Premio Nacional de Radio a Pantoja y a Enrique Domí­nguez Sosa, aquí­ en Santa Clara, en la Sala Caturla de la Biblioteca Martí­. Por primera vez se realizará la ceremonia fuera de La Habana, una deferencia que solo ameritan hombres como él.

Dos dí­as después, el 22 de agosto, la radio cubana celebrará su nacimiento. Las emisoras de todo el paí­s evocarán al pionero Luis Casas Romero, y en algún lugar del corazón de Luis Orlando Pantoja sonará esa hermosa melodí­a que seguro dedicará a su familia, amigos y, por supuesto, a su eterna amante: la radio.

«Dame un beso y olvida que me has besado / yo te ofrezco la vida, si me la pides. / Que si llego a besarte como he soñado / ha de ser imposible que tú me olvides ».

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