
El llamado quinquenio gris o década oscura, como otros denominan el término, fue el tema principal debatido la tarde de martes en el espacio La Caldera, conducido por el periodista José Ernesto Nováez en la Casa del Joven Creador. No es para menos, cuando el invitado especial fue Jorge Fornet Gil, destacado investigador que recibió el Premio de la Crítica el año pasado por su ensayo El 71. Anatomía de una crisis, de la editora Letras Cubanas.
Jorge Fornet abordó interesantes temas sobre la política cultural en Cuba. (Foto: Yariel González Valdés)
Fornet contestó a su entrevistador con fluidez, sin caer en divagaciones innecesarias. También, el público aprovechó la oportunidad para preguntar detalles del libro en cuestión, del cual la escritora Laidi Fernández de Juan expresara: «Fornet permite el acercamiento a lo que con justeza considera más que un período de 12 meses, toda una época, dadas las consecuencias, las tomas de partido y los profundísimos estremecimientos que provocó para la sociedad cubana en particular, y para la intelectualidad internacional de izquierda en general ».
Fornet conformó el volumen a través de una minuciosa investigación bibliográfica y se percató de la importancia de tratar el tema, ya que, según afirma, no todos conocían los detalles de este período.
«Mi formación es literaria y por tanto casi todo de lo que escribo allí es de literatura, pero me di cuenta de que este no era un tema literario exclusivamente, sino que iba mucho más allá de ese campo. Por supuesto, no podía abarcarlo todo. Me interesaba cómo y qué se produjo ».
«Tomo el año 71 porque fue cuando ocurre la detención de Heberto Padilla y el propio Congreso de Educación y Cultura, puntos culminantes que produjeron el encontronazo entre los intelectuales. Puso en crisis lo que entendíamos hasta el momento. Cuando se estudia un año y un fenómeno siempre hay un antes y un después que ayuda a entender lo que estaba pasando ».
Fornet explicó que a la hora de escribir, trataba de eludir las cuestiones testimoniales porque el propio dolor que sentían los protagonistas les hacía subordinar todo a esta «experiencia vital ».
«Se tiene una opinión sobre alguna persona o hecho, muchas veces tamizado por la relación con ellos. Otro viene de afuera y percibe cosas que quien estuvo inmerso no vería. Yo tenía una distancia, la ventaja y la libertad de haber llegado tarde ».
El actual anfitrión del espacio preguntó a Fornet sobre la reacción internacional en aquel momento y el escritor se refirió al caso de México, y a la posición de los artistas y las publicaciones contra la postura cubana.
«La ruptura de todos modos iba a provocarse. Es decir, desde antes había síntomas. Tenía que ver con la radicalización de la Revolución (...) Padilla no fue quien decidió lo que iba a ocurrir, pero sin dudas fue un catalizador que le dio un giro particular a los hechos (...) Fue el detonante para disputas que de todos modos se estaban produciendo ».
El espacio cultural La Caldera mantiene la polémica como eje central del diálogo. (Foto: Yariel González Valdés)
«Padilla coqueteó con el hecho de que él podía quedar impune. Hacía una poesía confrontacional. Su persona como tal, la de carne y hueso, deja mal sabor en la boca, porque había cierta irresponsabilidad en el hecho de hacer las cosas y no llegar hasta el final. Quedó mal parado él y gente cercana ».
Como respuesta a la cuestión de si el texto sufrió algún impedimento para publicarse, Fornet contestó que él no escribe para irritar y que este libro no representa en ningún modo una provocación.
Al final del encuentro, varios escritores, profesores universitarios y estudiantes presentes dieron sus puntos de vista sobre la época y su interpretación de Palabras a los intelectuales, de Fidel Castro, un discurso clave para definir y entender la política cultural de la Revolución.
El debate de La Caldera ha ganado un público conocedor y estable en los últimos meses. Fundada por su anterior conductor, Yandrey Lay, su línea mantiene la polémica como eje central del diálogo, de ahí su sugerente nombre.