
Lilian Padrón, directora de la compañía Danza Espiral acude hace algunos años a la plataforma de Para bailar en casa del trompo sin pensarlo dos veces. Es una mujer con una vitalidad admirable. A pesar de que ya no es tan joven arrasa con el tabloncillo y se lleva los estruendosos aplausos del público.
Danza Espiral se distingue por un alto vuelo teatral e intensas coreografías. (Foto: Ramón Barreras Valdés)
Esta noche, «La Caridad » abrió sus puertas en la segunda semana del evento a las compañías Danza Espiral y Danza del Alma, que compartieron el escenario con obras como La lágrima, Un hombre es así, Bineural y Un bolero para mí, de la agrupación matancera, y Autodiscurso y Los cuerpos caen en el otoño, de los muchachos de Alejo.
Sobre la función, Lilian explica que no teme presentar obras ya conocidas en Santa Clara porque, sin embargo, «el público siempre las va a recibir bien y las va a recordar. A veces en la danza tenemos temor a repetir un repertorio, pero el ballet lleva siglos bailando las mismas coreografías y la gente sigue asistiendo a los teatros. En la danza contemporánea, aunque sean piezas cortas, el espectador tiene posibilidad de encontrar cosas nuevas ».
Hace poco, Lilian Padrón y Ernesto Alejo compartieron el Premio de Coreografía en el Concurso de Danza Atlántico Norte y Grand Prix Vladimir Malakhov. El último día quedará expuesta al público en la plataforma la obra ganadora: Deliriums tremens.
«Ha sido un placer compartir con Danza del Alma, aunque ya es algo habitual cuenta Lilian. Hace dos años que hice un estreno muy importante para la compañía, y en los primeros bailarines que pensé fueron en ellos. Pausant fue entonces el solista de esa obra. Es una persona que admiro mucho, igual que a Ernesto. Les tengo un afecto infinito y saben que pueden contar con nosotros siempre ».
Lilian Padrón, coreógrafa y directora general de Danza Espiral. (Foto: Ramón Barreras Valdés)
Danza Espiral fue fundada en Matanzas en 1987. La premisa de Lilian siempre ha sido permitir los procesos creativos de sus bailarines, y no cortarles nunca las alas cuando quieran explorar nuevos horizontes coreográficos.
«Fundé Espiral con dos compañeros coreógrafos argumenta. Por eso, dentro de mi proceder está dar la posibilidad a las personas que tienen inquietudes.
«En los procesos creativos que desarrollo, son muy importantes las propuestas del bailarín dentro de lo que yo le propongo. Siempre los dejo exponer sus criterios estéticos. No le tengo temor a las diferencias porque la gente tiene todo el derecho del mundo a experimentar.
«He tenido una carrera con muchos obstáculos, pero siempre he tenido muchas personas que me han dado la mano, que me han enseñado, y me gusta retribuir esa ayuda. Creo siempre en la amistad. Los valores humanos están por encima de todo. Todas las personas crear y para poder hacerlo hay que ser honesto, solidario...
«Con Ernesto tengo una amistad especial, sobre todo, por su incondicionalidad. Con esas personas hay que morir, por eso no dejo nunca de venir aquí ».
«No le tengo temor a las diferencias porque la gente tiene todo el derecho del mundo a experimentar », asegura Lilian Padrón. (Foto: Ramón Barreras Valdés)