Aún se comenta en la calle el gran éxito del concierto ofrecido por el popular dúo reguetonero Gente de Zona (GZ) en el área recreativa de «Sandino » de Santa Clara el pasado lunes 22 de febrero, como parte de la gira por tres provincias del país.
Sin dudas, el espectáculo concebido por los ganadores del Grammy Latino 2014 y la Productora PMM constituyó uno de los más vibrantes y aglutinadores de los últimos años en la provincia. Decenas de miles de asistentes, desde niños hasta personas de la tercera edad, acudieron en masa como hacía tiempo no ocurría en la ciudad.
(Foto: Yariel Valdés González)
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Pero, más allá de la multitud, la pegajosa música, bailarinas, luces inteligentes, colorido, sonido y tecnología, sobresalió la profesionalidad, seriedad y respeto de GZ para con el público.
Me atrevo a decir que Alexander Delgado y Randy Malcom Martínez, de alguna manera, hicieron cambiar la opinión negativa que algunas personas tenían sobre los reguetoneros y el género en sí mismo, en general.
Ambos artistas mostraron una ética muchas veces ausente en cultivadores de ese ritmo, catalogados no sin razón como chabacanos, groseros, arrogantes, despojados de valores sociales, y con un lenguaje agresivo y denigrante, sobre todo contra las mujeres.
(Foto: Yariel Valdés González)
Y no es cuestión de que la opinión pública la tenga cogida con los reguetoneros, sino que algunos de ellos, con la errónea idea de que la música urbana es sinónimo de vulgaridad y guapería barata, se han echado tierra encima ellos mismos.
Por suerte, hay otros conscientes de esta situación, como Fernando Medina Fellové (El Insurrecto), quien en una entrevista concedida al periodista Yandrey Lay Fabregat, en mayo del 2011, publicada en Vanguardia, declaró que los textos vulgares y el lenguaje utilizado por algunos colegas van en contra del propio género, pues frena la asimilación que de ellos puedan hacer determinadas personas.
«Hay mucha gente pendiente de lo que nosotros hacemos, de los textos, de las temáticas que estamos abordando. Podrían organizarse talleres para ver si mejora el comportamiento y la preparación de estos músicos », dijo entonces.
En el concierto de GZ el público escuchó atento a Alexander cuando criticó a los colegas que se dedican a plagar las canciones de palabras obscenas, sin tener en cuenta a los niños y jóvenes admiradores de su música.
Ciertamente, fue increíble la cantidad de infantes presentes en al concierto, quienes acudieron en compañía de sus padres, tíos, hermanos e incluso abuelos. Todos bailaron y corearon los éxitos de sus ídolos, que no los defraudaron en ningún momento.
«Deben pensar que hay una generación de niños que nos siguen. Así no llegarán a ningún lado y menos en el mercado internacional », advirtió el director de GZ, respaldado por un cerrado aplauso.
(Foto: Yariel Valdés González)
En ese sentido, Randy Malcom, expuso:
«Desde que estamos juntos decidimos tener una visión diferente sobre la música urbana, ya que tanto niños como personas mayores admiran nuestro trabajo. Hay algunos reguetoneros que tienen textos no acordes con lo que está pasando. La juventud es la que sigue este género y debemos darles una educación ».
Gente de Zona demostró que los géneros no son malos o buenos, cultos o vulgares por naturaleza, sino que los propios artistas son los encargados de defenderlos con dignidad y profesionalidad.