Francisnet Dí­az Rondón
Francisnet Dí­az Rondón
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25 Junio 2016

Luego de años de espera por una reparación que no podí­a dilatarse más, la vetusta Casa de la Ciudad de Santa Clara cobra brí­os gracias a las labores allí­ realizadas a partir de un plan inversionista de más de 2 700 000 pesos moneda nacional.

Artistas y artesanos del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC), junto a trabajadores de la Empresa de Mantenimiento Constructivo, asumieron la responsabilidad de «rejuvenecer » el inmueble, erigido en la segunda mitad del siglo XIX  y único de su tipo en la urbe dada su riqueza arquitectónica.

En 2015 inició la compleja obra. Y aunque no se trate de una reparación capital, sí­ impedirá el deterioro total de lo que puede considerarse una joya patrimonial, orgullo de los pilongos.

Elementos arquitectónicos de la Casa de la Ciudad de Santa Clara.
A través de un minucioso trabajo de restauración se rescataron varios elementos arquitectónicos originales de la Casa de la Ciudad como los guardapolvos. (Foto: Manuel de Feria Garcí­a)

El arquitecto Guillermo Jesús Pérez Alon ­so, especialista del Centro Provincial de Patrimonio Cultural, ha estado presente en cada etapa de evaluación y ejecución del plan de rescate del inmueble.

«La Casa de la Ciudad no ha estado de ­samparada, se le ha dado seguimiento, y alrededor del año 2010 se realizó un diagnóstico sobre su situación. Como cualquier obra, tiene una vida útil limitada. Por otra parte, la reparación hecha al techo entre 1988 y 1989 no fue la mejor. Tampoco hubo una restauración clásica, aunque funcionó por varios años.

«Las decisiones para efectuar acciones allí­ partieron de lo que pudo gestionarse. No ha sido como en otras obras, con una inversión planificada a plenitud para un proceso de restauración profundo. La reparación y el mantenimiento que ahora se realizan es para poner en orden el inmueble y recuperar su función », explica Pérez Alonso, y añade:

«La intervención es de carácter emergente, para impedir el colapso de la estructura y detener su deterioro. Es una tarea compleja desde el punto de vista arquitectónico y constructivo.

«Debe tenerse en cuenta la antigí¼edad del edificio. Lo realizado ha sido lo indispensable, hasta este momento. El principal problema radicaba en la envejecida cubierta a dos aguas, de madera y tejas, y quizás un poco también en deficiencias de la intervención anterior.

«Ello provocó la afectación del sistema de falsos techos originales, el más antiguo de la ciudad, aunque los daños aparecieron por los años del inmueble y la acción de los insectos. Resultaba tan amplia y tan profunda la afectación por el comején, que se tomó la decisión de sustituir todo », explicó.

El especialista encomió el trabajo de los restauradores, que calificó muy bueno y con calidad. Asimismo, abogó por que se establezca un plan de conservación y mantenimiento sostenido en aras de evitar que se pierdan el esfuerzo y los recursos invertidos en la célebre edificación.

Detalles y respeto a la vecindad

El trabajo especializado ha sido crucial en el rescate de la Casa de la Ciudad. Ser trabajador de la construcción no avala por sí­ solo tareas de este tipo. De ahí­ que la intervención de los miembros del Fondo Cubano de Bienes Culturales aportara eficacia a la obra.

La restauración debió asumirse a través de artistas y artesanos del FCBC, pues no existe una brigada especializada estatal o vinculada a una empresa constructora establecida con ese fin.

José Urquí­a Bermúdez, uno de los seis restauradores del grupo Retro, perteneciente al FCBC, comentó sobre lo realizado hasta el momento:

«El edificio se encontraba en muy mal estado, por lo cual debimos estudiar con de ­tenimiento qué í­bamos a hacer. Somos muy respetuosos de la arquitectura original y tratamos de reconstruirlo lo más semejante posible. Hacemos el trabajo a mano, como se hací­a siglos atrás, por lo que la labor resulta compleja, de mucha paciencia y dedicación ».

Afectaciones en la vivienda colindante con la Casa de la Ciudad de Santa Clara.
La vivienda colindante, afectada por la humedad, recibió adecuada atención. (Foto: Manuel de Feria Garcí­a)

Los restauradores han ido recuperando con maestrí­a las partes más vulnerables del edificio, con el material que podí­an utilizar para ese fin. La cubierta, los falsos techos, el sistema de evacuación pluvial, la fachada, la cenefa y los guardapolvos han recibido la atención esmerada de los especialistas.  

«Hemos avanzado según lo previsto, aunque nuestro trabajo no puede ejecutarse aprisa, cuestión que requiere concentración y constancia, y a veces los jefes de obra no comprenden. Laboramos para que todo salga lo mejor posible », manifestó.

Tanto tiempo cerrada la edificación patrimonial trajo consigo algunas afectaciones en la vivienda contigua, ubicada en calle Independencia No. 106, la cual sufrió deterioro en algunas paredes.

Tras una exhaustiva evaluación de los posibles daños, se procedió a solucionarlos. Las autoridades involucradas en las tareas de la Casa de la Ciudad, como la Sectorial de Cultura Municipal de Santa Clara, dirigido por Marta Meneses, atendieron el reclamo de la familia moradora.

Elsa Chávez Rodrí­guez, una de sus residentes, lo agradeció: «Nos atendieron muy bien. Se repellaron las paredes afectadas por la humedad constante. La directora de la “Casa’’ se preocupó mucho, nos visitó varias veces y le dio seguimiento al problema », manifestó.

La institución santaclareña siempre ha estado vinculada a la vecindad, y a pesar del cierre temporal, ha mantenido activa su programación cultural en comunidades, hogares de ancianos, prisiones y escuelas.

Regresa la casa de todos

Lucí­a Curbelo González, directora de la Casa de la Ciudad, sueña con ver el edificio abierto nuevamente con todo su esplendor, listo para servir al pueblo.

«Hemos esperado varios años, y ha valido la pena. Desde un inicio se salvaguardó y trasladó todo el patrimonio del inmueble hacia los museos Provincial y el de Artes Decorativas, donde permanece conservado y limpio.

Sistema de evacuación pluvial, Casa de la Ciudad de Santa Clara.
La reparación del sistema de evacuación pluvial resultó fundamental en los trabajos de reparación. (Foto: Manuel de Feria Garcí­a)

«Algunos objetos que no son bienes patrimoniales, como la maqueta de El Niño de la Bota o la escultura metálica del Burro Perico, no fue necesario trasladarlos; pero se encuentran a buen resguardo ».

Para la esperada reapertura de la «Casa », Lucí­a y los trabajadores tienen previstas varias actividades. Habrá una exposición personal del destacado pintor Arnaldo Sarduy, y se harán reconocimientos a los creadores de la plástica, músicos, escritores y artistas en general.

«Con el tí­tulo Raí­ces y Tradiciones, organizamos un taller sobre folclor cubano con la participación de niños y jóvenes, a cargo de Mariana Garcí­a, miembro de la Uneac, y trabajamos arduamente para el evento Memoria de la Ciudad, en el mes de noviembre, entre otras propuestas.

A pesar de la espera y la incertidumbre, la Casa de la Ciudad abrirá otra vez sus puertas a los habitantes de la cosmopolita urbe. Gracias a la voluntad del Gobierno e instituciones culturales del territorio ha sido posible el renacer de una joya del patrimonio santaclareño.  

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