En medio de los conciertos y las presentaciones teatrales, Esther Bejarano arribó a Santa Clara. Una banda de músicos y una comitiva de acompañantes secundaron a la rapera franco-alemana en su primer viaje a Cuba. Esther entró a la ciudad de Santa Clara en silencio, tratando de recomponer el legado de la comunidad hebrea emigrada a la Isla durante la Segunda Guerra Mundial.
Que Esther sea una rapera franco-alemana de 92 años parece el detalle más intrascendente de su biografía. Alrededor de 1940 las SS deportaron y asesinaron a sus padres. A ella misma la apresaron y la obligaron a cargar piedras durante tres años. Después la trasladaron a Auschwitz, uno de los peores campos de exterminio de la humanidad.
Pero, gracias a su conocimiento de la música, Esther sobrevivió. Llegó a tocar el acordeón en la primera (y posiblemente única) banda femenina de música de Auschwitz. Frente a las cámaras de gas y a los crematorios donde murieron más de un millón de judíos, discapacitados, comunistas, mujeres, ancianos, niños y homosexuales, la joven tenía que interpretar himnos nacionalistas y, a veces, melodías de Bach y Mozart.
Pero escapó de Auschwitz poco antes de la caída del Tercer Reich. Desgajada de sus padres y de sus hermanos, que emigraron o murieron, se plantó en Israel. Y otra vez las circunstancias políticas, otra vez la guerra entre los pueblos, la obligó a emigrar, si es que la palabra vale.
En Alemania, muchas décadas después, Esther se unió a la banda de rap Microphone Mafia (en español, La mafia del micrófono) para hacer llegar su mensaje antifascista a todos los jóvenes del mundo. La anciana de 92 años, la sobreviviente de Auschwitz, la acordeonista que temblaba frente al íngel de la Muerte, el doctor nazi Josef Mengele, gira constantemente por Europa. Y ahora arribó a Cuba porque cree que los países socialistas, si son socialistas, no profesan el antisemitismo.
La acordeonista de Auschwitz, la sobreviviente del holocausto, la rapera antifascista más vieja del mundo se presentó el pasado martes en El Mejunje de Santa Clara. Rapeó, que nadie lo dude, a los 92 años, junto a los músicos de Microphone Mafia. Las canciones en idioma yiddish, los temas inspirados en las minorías emigradas de Europa y el himno italiano Avanti Popolo, todavía resuenan en la sala Margarita Casallas del famoso centro cultural villaclareño.
«Nosotros vamos a vivir y vamos a sobrevivir tiempos malos. Viviremos a pesar de todo », les repitió Esther a otras mujeres en Auschwitz, tal como ratificó en Santa Clara el pasado martes antes de terminar su concierto. «Recuérdenlo en todos los tiempos que están por venir », dijo.