Ciberviolencia en Cuba: la cara oculta del Internet

En Cuba el ciberacoso sí­ existe. El ciberbullying no está alejado de nuestros adolescentes y jóvenes. Conozca los riesgos de ser internauta en el siglo XXI.

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Jóvenes cubanos navegando por internet en zonas wifi.
Ante el crecimiento del acceso a internet, es preciso que los adolescentes y jóvenes cubanos conozcan los riesgos de su actividad en el ciberespcio, especialmente en las redes sociales. (Foto: Tomada de Cubahora.cu)
Yinet Jiménez Hernández y Leslie Dí­az Monserrat
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26 Diciembre 2018

En la era de los Likes, tienes un perfil en las redes sociales y luego existes. Aunque se crea que la frase es demasiado exagerada para el contexto cubano donde, a pesar de los avances en la informatización de la sociedad,   todaví­a se deben abaratar los costos del servicio, la mayorí­a de los jóvenes acceden y ven como un asunto primordial su presencia en el cibermundo.

Las ventajas del entorno digital quedan claras y las personas las conocen. Sin embargo, también hay un lado oscuro, una cara oculta en el uso de Internet, que pueden poner a los usuarios a un clic de distancia del problema.  

Ya se escuchan historias de la muchacha X que se peleó con su novio y este por venganza puso sus fotos privadas en las redes sociales, o de lo que le pasó a la amiga de Menganita que recibí­a fotos de partes í­ntimas y le pedí­an a cada momento también imágenes de las suyas.  

Sí­, porque las nuevas tecnologí­as solo redimensionan e, incluso, agudizan la forma en la que se presentan comportamientos que siempre han existido, pero que ahora se extrapolan a otro escenario, muy difí­cil de regular: el espacio digital.  

Ciberacoso a la mujer.
(Foto: Tomada de Internet)

Las consecuencias de la ciberviolencia incluyen ansiedad, tristeza, miedo, aislamiento, soledad y baja autoestima. El 10% de los casos incluyen intentos de suicidio. (Fundación Mutua Madrileña y Fundación ANAR 2016)

La ciberviolencia de género puede tomar varias formas como el cibercontrol y el ciberacoso, que se sirven de Internet y las redes sociales como arma para anular y dominar a la ví­ctima.

Con beneplácito recibimos e incorporamos a nuestra vida términos como wifi, conexión de datos, Imo, Facebook, Twitter, Instagram… No obstante, junto con estos llegan otros como ciberviolencia, ciberacoso, ciberbullying, grooming (acoso ejercido contra menores de edad), sexting (enví­o de contenido sexual desde dispositivos electrónicos), pornovenganza. Pero, ¿saben como se manifiestan? ¿Los habí­an escuchado alguna vez?

Cuba, según la plataforma Hootsuite, ha tenido un crecimiento abismal de nuevos usuarios en redes sociales, y entre todas, Facebook se ha convertido en la más popular.

Sin necesidad de recurrir a las estadí­sticas, basta con entrar a la plataforma de Mark Zuckerberg para encontrar ahí­ a los amigos y a los amigos de los amigos, o a la persona que te desagrada y quieres saber qué es de su vida, o al muchacho que te gusta y necesitas investigar.

Ahí­, en sus perfiles, encuentras a la adolescente casi desnuda, que se toma la foto de espalda o le estampa un beso rojo, provocativo, a la pantalla. Pero ella, que es casi una niña, ¿sabe si son reales todos los perfiles que le comentan?

Pero ella, que es casi una niña y está en la edad de enamorarse, ¿conoce de VERDAD al muchacho con el que habla en su chat y con quien quedó para conocerse en un lugar apartado en la semana próxima?

Y sus padres los padres de ella, que es casi una niña, ¿saben qué hace y con quién conversa a través de cualquier red?  

Todo por un Like  

Memorias flash, celulares, tabletas, computadoras, aplicaciones para el intercambio de mensajerí­a, videos y fotografí­as han sido plataformas ideales y frecuentes para convertir en una pesadilla la vida de jóvenes que han caí­do en la desgracia de ver expuesta su propia intimidad.  

Uso de la aplicación Zapya en Cuba.
Los ciberacosos se cometen no solamente en las redes sociales, sino a través del teléfono y aplicaciones. (Fundación Mutua Madrileña y Fundación ANAR 2016). En Cuba se ha extendido el uso de Zapya, en ocasiones empleada para el acoso y el ciberbullying. (Foto: Maykel Espinosa Rodrí­guez/Juventud Rebelde)

«En Cuba el ciberacoso no existe ». «El ciberbullying es cuestión del primer mundo ». «La pornovenganza aún está alejada de nuestros adolescentes y jóvenes ». Son algunos de los mitos instaurados en el ideario de padres que descuidan la atención a sus hijos en edades vulnerables. Tanto así­ es que muchos casos transcurren en el grupo de amigos y a espaldas de los adultos.  

No han sido pocas las imágenes í­ntimas y los videos eróticos que han circulado de mano en mano. Así­ lo confirma una adolescente de 15 años, quien confesó bajo sumo sigilo: «Hace dos años, cuando estaba en la secundaria, por Zapya comenzaron a pasar la foto de una amiguita mí­a desnuda. Ella estaba muy abochornada y querí­a dejar la escuela. A mí­ me quitaron el teléfono porque pensaban que yo tení­a la foto. Se tomaron medidas fuertes, pero al final no sabemos cómo terminó ».

Ciberbullying escolar en Cuba.
Según el estudio sobre ciberbullying el 42.1% de afectados son adolescentes mujeres y el 87% entre 13-17 años. (Fundación Mutua Madrileña y Fundación ANAR 2016). (Foto: Tomada de la revista Somos Jóvenes

La adolescencia es una edad muy compleja dentro del desarrollo humano. Comienza   una especie de exploración de la sexualidad y se disparan los deseos de experimentar. Entonces, no faltan quienes se aventuran a dejar una imagen gráfica de su cuerpo junto al que, en ese momento, creen el amor de su vida. Sin embargo, basta con una ruptura incómoda para que a las bajas pasiones se les una la inmadurez en una mezcla explosiva que puede dañar, para siempre, la vida de alguien.    

Antes el asunto quedaba reducido a un puñado de gente. Sin embargo, resulta contradictorio que estos hechos, muy cuestionables, generen cierta tolerancia hacia los agresores, como si se le restara importancia.

«Yo soy hombre y tengo novia: nunca he tenido necesidad de eso. Pero un amigo mí­o recibió unas fotos comprometedoras de una muchacha que estaba puesta para él.   Su novia se enteró y por venganza comenzó a regarla. Todo el mundo lo supo. Pero no pasó nada », comentó otro de nuestros entrevistados, que aún no cumple la mayorí­a de edad.

«Cuando publicaba una foto mí­a sensual en Facebook, los árabes y musulmanes me mandaban fotos de sus partes í­ntimas, me decí­an obscenidades y me enviaban pornografí­a. También me sucedí­a por el Messenger: llamaban y se masturbaban. Yo los eliminé a todos. Pero hay muchas de mis amigas que sí­ lo hacen por tal de que les den Like », comenta otra de las muchachas encuestadas.    

En una etapa de la vida donde la aceptación resulta vital, los niveles de popularidad comienzan a medirse según los «Me gusta », y esta es una postura peligrosa. ¿Están conscientes estas personas de que detrás de esos supuestos árabes y musulmanes se esconden verdaderos farsantes?

Fotos de mujeres jóvenes en internet.
Muchas jóvenes se aventuran a mostrar poses sexuales con el objetivo de aumentar el número de Likes en su perfil y con ello la popularidad en su grupo social. Modalidades como la cibermisoginia y ciberviolencia simbólica instituyen como ví­ctima a la figura de la mujer, que se ve denigrada a un mero instrumento sexual. (Foto: Juan Morales Agí¼ero/Juventud Rebelde)

La sed de protagonismo lleva a los adolescentes y jóvenes a aceptar posturas criticables, que los conducen por caminos erróneos y peligrosos. «Si uno de nosotros recibe 20 Likes en las fotos que sube a Facebook, entonces es popular en la escuela. Si no, los muchachos que viven del pedacito ese comienzan a decir: “Ay, mira el descoordina’o que no tiene Like, que no tiene pinta porque no se viste bien”. Y a veces, sin conocerlos, les escriben ofensas en los comentarios », explicó otro de los entrevistados que también prefirió no decir su nombre.    

Según los muchachos con los que conversamos, esto sucede sobre todo luego de la salida de las escuelas, en parques o plazas donde se tiene acceso a Internet.

«Nosotros nos conectamos a buscar muñes, series mangas. Pero salió una página pornográfica y uno de nuestros amigos comenzó a verla. Se impresionó mucho y se quedó callado, pero me ha dicho que la ha visitado en otras ocasiones ».

Sin embargo, para comprar una tarjeta de Internet, el usuario tiene que ser mayor de 18 años y presentar su carné de identidad en Etecsa.   A esta edad no se maneja tanto dinero como para costear una cuenta. Entonces, aquí­ los caminos conducen a los padres, ¿dónde están mientras sus hijos hacen y deshacen? ¿Están conscientes de los peligros? ¿Saben qué páginas visitan?  

Ojo: Existen leyes  

En el mundo el asunto preocupa y ya existen abogados para el espacio digital y policí­as de Internet. En Cuba, según explica   el profesor José Ramón González Guadarrama, a cargo de la Formación y Desarrollo Profesional en el Tribunal Popular Provincial, «actualmente los delitos informáticos no cuentan con una regulación propia en el Código Penal, y uno tiene que interpretar la norma y aplicarla al caso concreto.

«Siempre los códigos en relación con el desarrollo de las ciencias se van quedando detrás; sin embargo, la forma de redacción del nuestro asume conceptos generales, posibilita que se pueda calificar el delito, sin que se vaya a la analogí­a que proscribimos en el ordenamiento penal.

La plataforma Facebook ha publicado una lista de pautas sobre los contenidos

â–ºContenido destinado a «coordinar o buscar personas para actividades sexuales entre adultos » (como actividades pornográficas, actuaciones sexuales o masajes eróticos, entre otros).  

â–º Contenido con solicitudes sexuales explí­citas (como pedir u ofrecer sexo o parejas sexuales, conversaciones sexuales o imágenes de desnudos).

â–º Contenidos con solicitudes sexuales implí­citas, incluidas afirmaciones como «busco pasar un buen rato esta noche », menciones de roles y posturas sexuales o incluso de orientación sexual o preferencia de parejas sexuales y de partes del cuerpo que habitualmente se consideran sexuales.

â–º Contenido que pueda representar actividades sexuales o personas en poses sugerentes, dibujos incluidos.

â–º Contenido que pida u ofrezca pornografí­a comercial o parejas que compartan intereses sexuales o fetichistas.

Fuente: Cubadebate

«Por ejemplo, en el caso del ultraje sexual, referido al acoso sexual, está previsto en el Artí­culo 303 (M. DL No. 175/97), según el cual se sanciona con privación de libertad de tres meses a un año o multa de 100 a 300 cuotas al que: acose a otro con requerimientos sexuales; ofenda el pudor o las buenas costumbres con exhibiciones o actos obscenos; produzca o ponga en circulación publicaciones, grabados, cintas cinematográficas magnetofónicas, grabaciones, fotografí­as u otros objetos que resulten obscenos, tendentes a pervertir o degradar las buenas costumbres. Lógicamente, serí­an los mensajes enviados a través del teléfono o del medio informático una de las pruebas.

De esta manera, también el chantaje está previsto en el Artí­culo 332.1, donde se asegura que quien amenace a otro con divulgar un hecho, cierto o incierto, lesivo para su honor o su prestigio público, incurre en sanción de privación de libertad de dos a cinco años.

González Guadarrama añadió que «el chantaje es buscar un beneficio a costa de tu honor o prestigio. Tampoco la ley especifica cómo debe realizarlo, y puede incluir cualquier ví­a, siempre que esta sea efectiva. En el caso de Internet resulta más lesiva porque sale a las redes sociales y mundialmente se conoce del problema ».

En el caso especí­fico de los menores de edad, ¿qué estipula la ley?

El Artí­culo 310.1 (M. DL No. 175/97) dice que quien utilice a una persona menor de 16 años de edad, de uno u otro sexo, en el ejercicio de la prostitución o en la práctica de actos de corrupción, pornográficos, heterosexuales u homosexuales, u otras de las conductas deshonestas previstas en este Código, incurre en sanción de privación de libertad de siete a 15 años.

Sin duda, se trata de un asunto complejo. Las tecnologí­as no son buenas ni malas, depende del uso que hagamos de ellas. Ahora que cada dí­a aumentan las cifras de internautas en Cuba, debemos no solo alertar sobre los peligros, sino tomar medidas, antes de que por un simple Te acepto, Me gusta o Me divierte, usted y su familia vean   la cara oculta de Internet.

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