Si el presidente de EE.UU., Donald Trump, da marcha atrás a la mayoría de las regulaciones hacia Cuba aprobadas por su predecesor, Barack Obama, eso podría costarle hasta 6.600 millones de dólares a la economía estadounidense hasta 2021 y afectaría a más de 12.200 trabajos, según un estudio publicado esta semana.
El estudio, elaborado por la organización estadounidense Engage Cuba, favorable al acercamiento bilateral, llega en un momento en que crecen los rumores de que Trump anunciará este mes su intención de dar marcha atrás a parte de las medidas impulsadas por Obama.
Según funcionarios, exfuncionarios y fuentes cercanas al proceso, Trump planea dar un discurso este mes en Miami (Florida) para anunciar los resultados de su revisión de la política de apertura a Cuba iniciada por su predecesor en 2014.
El estudio presentado por Engage Cuba se basa en la hipótesis de que el Gobierno de Trump acabe con «todo el régimen de regulaciones » impuestas por Obama hacia Cuba, «incluida la legalización de ciertos viajes, la expansión de remesas, el fin de la política de "pies secos, pies mojados" y las licencias generales para ciertas exportaciones y colaboración en investigaciones ».
De cumplirse el escenario que plantea Engage Cuba, la nueva política «le costaría 6.600 millones de dólares a la economía estadounidense y afectaría a 12.295 empleos durante el primer mandato de Trump », que concluirá en enero de 2021, según el estudio.
El sector más afectado sería el de los viajes: modificar la reciente expansión de las categorías legales para que los estadounidenses visiten Cuba podría costarle 3.500 millones de dólares a las aerolíneas y cruceros y afectar a 10.154 empleos en esas compañías, indica el estudio.
Si Trump revocara la autorización para que las empresas de EE.UU. exporten manufacturas a la isla, las compañías energéticas, químicas y tecnológicas que están negociando contratos en Cuba perderían «929 millones de dólares » y unos 1.359 empleos se verían afectados.
En caso de que se entorpeciera el envío de remesas a Cuba de los cubanos que viven en EE.UU., las compañías estadounidenses de transferencia de dinero perderían unos 1.200 millones de dólares y podrían suprimir 782 empleos hasta 2021, según el estudio.
Por último, en caso de que Trump decidiera restaurar la política por la que EE.UU. repatriaba a los cubanos que interceptaba en el mar (“pies mojadosâ€) pero admitía a los que lograban tocar tierra (“pies secosâ€), el costo para los contribuyentes estadounidenses sería de 953 millones de dólares a lo largo de cuatro años.
Según el grupo, las comunidades rurales de la nación norteamericana que dependen más de las industrias agrícola, manufacturera y marítima se verían afectadas de manera desproporcionada si se agregan regulaciones a los viajes y comercio con la isla caribeña.
Los estados que serian mas golpeados por un cambio de política hacia Cuba, son aquellos con puertos de aguas profundas y mas cercanos al país caribeño como Florida, Louisiana, Texas, Alabama, Georgia y Mississippi.
Al mismo tiempo, el análisis indicó que aunque en los últimos años se eliminaron barreras regulatorias para las empresas y ciudadanos estadounidenses interesados en hacer negocios en Cuba, continúa vigente el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington a la isla hace más de medio siglo.
Estudios han demostrado que esa política a Cuba cuesta a los negocios y los agricultores estadounidenses un estimado de cinco mil 900 millones de dólares al año en pérdidas de ingresos por exportación, apuntó el texto.
Varios exdiplomáticos y expertos en Cuba contribuyeron al estudio, con la esperanza de que el argumento económico convenza a Trump, un ex magnate inmobiliario con hoteles en todo el mundo.
«Si el presidente Trump da marcha atrás a la política hacia Cuba, añadiría más regulaciones destructoras de empleos a la economía, algo que contradice directamente sus promesas de campaña », afirmó James Williams, presidente de Engage Cuba, en un comunicado.
El estudio publicado está respaldado por diversos grupos de negocios y empresas de viajes, incluyendo la U.S. Chamber of Commerce’s U.S.-Cuba Business Council, the American Society of Travel Agents y Cuba Educational Travel.
El senador Patrick Leahy (D-Vt.) emitió un comunicado en el que se opone a un cambio en la política hacia Cuba y le expresa al presidente Trump: «Antes que ceder a las presiones de una minoría que esta anclada en el pasado, él debería ir a Cuba y conversar directamente con el pueblo cubano en nombre de la vasta mayoria de los estadounidenses que favorecen relaciones mas estrechas ».