Un análisis integral de la vivienda y su problemática en la Isla centró el tercer día de trabajo en comisiones de los diputados previo a la VIII legislatura del Noveno Período Ordinario de Sesiones.
Las comisiones de Industria, Construcción y Energía, y la de Asuntos Constitucionales y Jurídicos, analizaron un tema de gran impacto en la vida de los cubanos, el déficit habitacional existente en el país y las causas que inciden en el incumplimiento de los programas de la vivienda.
Durante el debate, que contó con la presencia del Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, el presidente de la Comisión de Industria, Construcción y Energía, Santiago Lajes Choy dijo que «el Estado ha construido 316 595 viviendas, desde 1990 hasta 2014. Un esfuerzo que ha beneficiado a 908 627 ciudadanos pero que resulta insuficiente ».
«Una problemática que se acentúa en los últimos años, dado que la terminación de viviendas por la vía estatal decrece », agregó el diputado. Aun cuando las acciones de fiscalización realizadas por los organismos rectores han fortalecido los controles del cumplimiento del Programa de la Vivienda por el sector estatal y el esfuerzo propio, numerosas grietas impiden el desarrollo exitoso del mismo, no se cumplen los planes, se continúa deteriorando el fondo habitacional y la población está insatisfecha.
La directora general de la Vivienda en el Ministerio de la Construcción (Micons), Vivian Rodríguez Salazar explicó que el país cuenta con un fondo habitacional de 3 811 002 viviendas y un déficit que asciende a 883 50 viviendas al cierre del 2016, incrementándose en 30 mil con respecto al año anterior.
En todos los territorios se acrecienta la pérdida de la capacidad habitacional, fundamentalmente por el deterioro del estado constructivo de los domicilios. Las provincias que tienen los peores indicadores son La Habana (206 788 viviendas), Santiago de Cuba (103 570), Holguín (147 659) y Camagí¼ey (71 892).
«Trabajamos en una estrategia prevista para un plazo de 10 años, con el fin de lograr un desarrollo habitacional sustentable, con un enfoque territorial, partiendo de las estructuras locales, para detener el deterioro y disminuir el déficit de viviendas », aseguró Vivian.
Más adelante se compartió con los diputados un análisis del cumplimiento del plan de la vivienda para el 2017, donde se explica que de las 5722 viviendas terminadas, mil 607 pertenecen al sector estatal, 2027 a los subsidios, o sea el 35%, y 2088 a partir del esfuerzo propio.
«Una de nuestras prioridades es la rehabilitación de viviendas, porque es lo que nos permite frenar aceleradamente el deterioro », aseguró Rodríguez Salazar. Y más delante informó que al cierre de 2016, los programas constructivos de rehabilitación no se cumplieron en su totalidad y que el más afectado fue el dirigido a remodelar las cuarterías con una ejecución de un 40 por ciento, «solo se rehabilitaron 99 de las 246 planificadas », ejemplificó.
Entre las causas que inciden en este incumplimiento están la falta de mano de obra calificada en las empresas pertenecientes al Poder Popular, el débil proceso de organización de las obras y la poca participación de la población en el proceso constructivo.
La ejecución del resto de los programas muestra un 74 por ciento de cumplimiento en la rehabilitación integral de edificios multifamiliares (589 de 800 planificados), un 91% en la impermeabilización de edificios (mil 438 576 planificados) y un 95% en la sustitución de redes hidrosanitarias (996 0 47 planificados).
En el informe central, presentado por Lajes Choy, se identificó como deficiencia en el programa de construcción y rehabilitación la mala planificación de los cronogramas de ejecución.
«La experiencia nos dice que la mayor cantidad de viviendas terminadas se concentra en el último trimestre del año, siempre se pone en crisis el cumplimiento, lo dejamos para el final y el resultado se aleja de la calidad que se requiere y no se aprovecha la fuerza de trabajo », explicó el parlamentario cubano.
¿Por qué no cumplimos lo indicado?, factores identificados:
Retraso en el cumplimiento de los cronogramas de ejecución para la construcción de viviendas por meses.
Incumplimiento de las productividades tecnológicas por sistemas constructivos por mala organización de las obras, que provocan un mayor empleo de la fuerza de trabajo y dilatan el cumplimiento de sus cronogramas de terminación.
Mala planificación de los cronogramas de ejecución, concentrando la mayor cantidad de viviendas a terminar en el último trimestre del año, lo que conspira en contra de la calidad y el aprovechamiento de la fuerza de trabajo.
Retraso en la ejecución de las urbanizaciones que impiden la habitabilidad de las viviendas, imposibilitando poner en explotación la inversión.
Debilidad del proceso inversionista, que conspira contra el control eficiente del cumplimiento del plan de viviendas.
Bajo aprovechamiento de las potencialidades de los centros universitarios, con destino al desarrollo de los programas de la vivienda.
Deficiente control de la calidad durante el proceso constructivo de las viviendas.
Éxodo de fuerza de trabajo calificada de las instituciones estatales hacia el sector no estatal.