Todavía tengo fresca en mi mente la algarabía que se armó en el gimnasio de lucha y judo del IPUEC Tony Santiago, de Manicaragua, cuando a través de la televisión, la noche del jueves 25 de mayo de 1978, vimos a Pedro José Rodríguez Jiménez (Cheíto) desaparecerle la pelota al veloz Rogelio García en el principio del noveno inning para romper el empate a dos carreras y finalmente darle el cetro a Las Villas en la IV Serie Selectiva de Béisbol.
Villareños y pinareños habían concluido la temporada regular, igualados en la cima con 35 victorias y 25 derrotas. Fue necesario desarrollar una serie extra para definir el gallardete, la cual tuvo su decisión en el quinto y último desafío efectuado en el estadio Latinoamericano, con la presencia del líder de la Revolución, Fidel Castro Ruz.
Cuarenta años después de aquel acontecimiento que llenó de alegría a la afición del centro del país converso con Cheíto Rodríguez, el gran héroe de la victoria.
«Conecté muchos jonrones importantes, pero aquí en las series nacionales y selectivas hay dos que tienen un significado especial, el que le disparé a Oscarito Romero que fue el 100 de mi carrera y sirvió para que alcanzáramos a Pinar del Río en el primer lugar y obligáramos a la realización del play off y, por supuesto, ese que le di a Rogelio que sirvió para ganar la selectiva ».
Cuentan que le dijiste al cargabates Roberto Jiménez (Micifú) que el juego se acababa ahí, ¿qué hay de cierto en esa historia?
Es real, y no fue la única vez que lo hice. Yo acostumbraba a decirle al Mici «recoge que esto se acabó » y en muchas ocasiones me salió bien.
¿Entonces saliste a buscar el jonrón?
Salí a buscarlo frente a Rogelio al igual que contra Oscarito Romero.
En tu opinión el jonrón ¿sale o se busca?
Yo salía a buscarlo. En los entrenamientos, en el bateo, practicaba mucho el cuadrangular, tenía mi zona de jonrón.
¿Frente a qué lanzamiento le conectaste el famoso vuelacercas a Rogelio?
Me preparé para una recta, pero me lanzó un tenedor que se le quedó sobre lo alto, si no le tiro era bola.
¿Cómo son tus relaciones con Rogelio?
Magníficas. Quiero ser justo. Rogelio tuvo la mala suerte de que Agustín Marquetti y yo le conectáramos jonrones para decidir campeonatos, pero alguien ha sacado la cuenta de los ponches que me propinó.
Sé que tienes una espinita clavada…
Creo que conmigo han sido injustos. A los Juegos Centroamericanos van muchos invitados y a mí nunca me han llevado a pesar de tener varios récords desde Medellín, 1978, donde disparé 15 jonrones en 10 partidos y en dos juegos seguidos conecté tres cuadrangulares en cada uno.