
Una idea que comenzó por la falta de implementos de béisbol en el área deportiva de Santa Clara, en la década de los 80, ha alcanzado relevancia en los últimos años. El exjugador de béisbol y softbol Francisco Javier Carbonell Duménigo confecciona diferentes tipos de pelotas que pueden utilizarse en los entrenamientos de bateadores y lanzadores de todas las categorías.
El impacto de sus innovaciones ha merecido el Premio Anual de la Ciencia, Tecnología, Innovación y Medio Ambiente del Inder «José Yáñez Ordaz » en los últimos dos años y sus ideas han sido manejadas también a raíz del debate popular sobre el béisbol en todo el país.
«En el 2018 gané el premio en la categoría de innovador por los proyectos que he diseñado alrededor del béisbol como las pelotas de goma y la pizarra para el control, la efectividad del picheo y el desarrollo del pensamiento técnico táctico. En 2019, ya demostré la incidencia real que tenía cada uno de estos productos en los entrenamientos y la posibilidad que ofrecen de sustituir importaciones, por lo que obtuve el reconocimiento por Investigación de mayor impacto económico », asegura Carbonell.
Sus pelotas están confeccionadas con diferentes materiales como la goma, el PVC y poliuretano. Sus diseños, peso y tamaño varían en dependencia del objetivo con que se confecciona cada una.
«Las de PVC son huecas por dentro y sirven para batear contra la máquina de picheo. En las de goma se les inserta en el interior corcho o balines de acero en dependencia de la aplicación que se le dará en la metodología de entrenamiento. Se pueden utilizar para diferentes actividades como bola bombeada, batintín, bateo a corta distancia, ejercicios de picheo y rehabilitación de lanzadores ».
Por su bajo costo y durabilidad (de tres a cinco años), estas pelotas han alcanzado popularidad y han sido adquiridas por equipos provinciales de Villa Clara, Guantánamo, Holguín, Ciego de ívila, Cienfuegos, Sancti Spíritus y Matanzas, además del equipo Cuba. «Incluso, José Dariel Abreu, de las Medias Blancas de Chicago, entrenó con 100 pelotas, tuvo buenos resultados y mandó pedir más para utilizarlas dentro de su plan de entrenamiento », destaca Carbonell.
Los más recientes reconocimientos en eventos científicos pudieran llevar este tipo de iniciativas a la industria deportiva cubana. Carbonell tiene esperanzas con respecto a sus proyectos: «Todo esto ya se conoce en la Dirección Provincial de la ANIR y se ha tenido en cuenta a nivel nacional. Esperemos que en este año se amplíe la producción de estos implementos por el bien de nuestro deporte nacional ».