Después de conocer la preselección villaclareña repasamos la ausencia de jugadores que estuvieron en la pasada temporada, algunos que regresan y otros que lucharán por vestir por primera vez el uniforme anaranjado.
Después de jugar en temporadas anteriores con los Alazanes de Granma, regresa a su provincial natal el receptor Ariel Pestano Rosado (Foto: Modesto Gutiérrez)
Osvaldo Rojas Garay
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06 Junio 2021
06 Junio 2021
hace 3 años
Después de conocer la preselección de 48 peloteros, de la cual saldrá el equipo de Villa Clara que nos representará en la 61 Serie Nacional de Béisbol, queremos repasar la ausencia de varios jugadores que estuvieron con el elenco anaranjado en la pasada temporada, algunos que regresan después de haberse ausentado en campañas anteriores y otros que lucharán por vestir por primera ocasión el uniforme de los quíntuples campeones del país.
Entre los que defendieron la franela de los villaclareños en la última contienda y quedaron fuera de la preselección están los jugadores de cuadro Walter Orlando Pacheco que regresó a la Habana, Roberto A. Acea Santovenia, Randy Rolando Portal Jiménez, el jardinero Raúl Yasser Reyes Ortega, el lanzador José David Ruiz Calcines y el receptor Leonardo Montero Alonso, quienes ya habían sido eliminados cuando se dio a conocer la lista de los 57 pretendientes a ser convocados para la «pre », así como el serpentinero santaclareño Isael Hernández Martínez.
De los que retornan hay muchas expectativas en torno al patrullero remediano Yordani Linares Pérez si se concreta su participación, el también guardabosque placeteño Leandro Daimar Turiño Thompson y el monticulista Daniel Conde González.
Linares, que jugó con el plantel de Villa Clara durante tres series, hasta la versión de 2014-2015, en las cuales computó 309 de average. Se marchó legalmente del país y desde entonces ha jugado con varios clubes de México y Venezuela.
El pasado mes de abril Linares me confesó: «Conversé con los compañeros del INDER en la provincia, con Pedro Jova y Ramón Moré. Ellos están de acuerdo con que venga a jugar, eso sería con la condición de que si las Ligas en que yo me desempeño no coinciden con la de aquí, vengo a jugar. También planteé que si estando aquí surge algo para la Liga Invernal del Pacífico o Venezuela, me iría. Me dijeron que podía ayudarlos en 10 partidos, en 20, en los que pudiera », dijo este jugador que formó parte de la selección anaranjada que conquistó el título en la justa de 2012-2013.
Por su parte, Turiño, de 29 años de edad, estuvo en República Dominicana, tratando de abrirse camino con alguna organización de las Grandes Ligas, pero su intento fue infructuoso. Mientras tanto, Conde, de 26 años, partió de Cuba en 2019 e intentó probar suerte en el béisbol profesional y no pudo.
En cuanto a otros jugadores, que también han lucido el traje de la provincia y buscan un espacio en la representación del territorio, están los defensores del cuadro Frank Carlos Reyes Muñoz, Duviel Zamora Rodríguez, el jardinero Yosbel Alexander Borges Arango y los monticulistas Eduardo Antonio Rodríguez Cabrera y Eddy Howard Díaz Pérez, este último que en su condición de zurdo lo utilizaban mayormente en situaciones ocasionales frente a bateadores del mal llamado brazo equivocado.
Después de debutar con el equipo de Villa Clara y jugar tres temporadas con los Alazanes de Granma regresa a su territorio natal el receptor Ariel Pestano Rosado.
Entretanto, tratarán de ponerse por primera vez el traje anaranjado Eloy Jesús Ferrer, Elicel Arrechavaleta, Víctor Manuel Hernández, Marino Fernando Cárdenas, José Carlos Quesada, Dairon Casanova, Abraham Monzón, Luis Enrique Medina, Dariel Polledo Aballí y Ernesto Puñales. En el caso del patrullero Dariel Polledo Aballí, proviene de Matanzas con cinco incursiones en los clásicos beisboleros cubanos.
Puñales no es un novato cualquiera
En varias ocasiones el lanzador Ernesto Puñales ha pensado en involucrarse en la pelota nacional. Ojalá en esta oportunidad su deseo se convierta en realidad, porque no se trata de un novato cualquiera.
Conversé con él, en 2019, cuando lanzó para el equipo de Santa Clara en el campeonato provincial y me comentó que pasó por las diferentes categorías en el béisbol hasta 11-12. En esos años coincidió con el finado serpentinero José Fernández, a quien consideraba su mejor amigo. Por eso lleva en uno de sus hombros un tatuaje que recuerda al estelar serpentinero de los Miami Marlins, fallecido en 2016.
Durante el diálogo me contó que en 2004 sus padres decidieron marcharse hacia Estados Unidos. A los 19 años la franquicia de los Orioles de Baltimore le extendió una invitación al entrenamiento de primavera, pero no hizo equipo. Luego se incorporó a una Liga Independiente como torpedero. En esa liga jugó hasta los 22 años y le preguntaron si quería continuar como lanzador.
Más tarde jugó la Liga Independiente como pitcher en Estados Unidos, ganó tres y perdió uno y salvó quince partidos. De ahí fue para la Liga Can-Am en 2018, tuve balance de tres y seis y unos diez salvados. Después se trasladó a jugar hacia Puerto Rico.
El día en que conversamos me afirmó que había llegado a tirar 95 millas, pero que su velocidad sostenida solía ser de 89 a 92 millas.
¿Te imaginas vistiendo el traje del equipo de Villa Clara?, le pregunté y me respondió: «Desde niño siempre fue un sueño jugar con Villa Clara. Ahora con la posibilidad de incorporarme a esta pelota, pudiera hacerse realidad ese sueño que tengo desde pequeño »