El primer tango en Brasil

Cada palabra que aquí­ se escriba es un manifiesto de amor al fútbol, a la genialidad de Lionel Andrés Messi.

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Dayana Darias Valdés
2514
11 Julio 2021

El tango es un baile para seductores. Pura pasión, el sentimiento contenido saliendo por los ojos, la piel rozando a la piel. El tango es una batalla, ritmo, tempo, movimientos planificados e improvisados. Si la música fuese un orgasmo, serí­a el tango; si el tango fuese un deporte, serí­a sin duda el fútbol.  

El «Maracanazo » de los de Scaloni será de época por lo que supone, un tí­tulo para Argentina 28 años después. (Foto: Tomada de Internet)

Es de suponer, entonces, que a los argentinos eso de jugar fútbol y bailar tangos no se les da nada mal. Maradona por ejemplo, tomaba al balón entre sus pies y con maestrí­a absoluta se balanceaba en los acordes cual Gardel apasionado. Era un mago mientras bailaba con el balón.

Messi, al contrario, ya es otra cosa. Quizá no hay una palabra para definir tal genialidad. Quizá ni la música ni el fútbol tengan algoritmos para explicar sus movimientos de hombrecillo impredecible. No hay ritmo, ni tempo, apenas un volátil atisbo de pasión, de frente a la pantalla parece no sentir, no temblar, no temer. Messi es un genio, y los genios no necesitan para bailar la sangre caliente de quienes inventaron el fútbol.

Es por eso que Messi ya es historia del fútbol, lo era mucho antes de obtener hace apenas unas horas el primer tí­tulo con su selección. Podrí­a dedicar unas lí­neas para hablar del bajo nivel de la Copa América y ponerme a explicar cómo ninguno de los equipos serí­a favorito ante los no clasificados a cuartos de la Eurocopa. Podrí­a, pero no lo haré, cada palabra que aquí­ se escriba es un manifiesto de amor al fútbol, a la genialidad de Lionel Andrés Messi.

Mire usted cómo esto del fútbol y del tango padece de impredecibilidad. ¿Quién se iba a imaginar que en el Maracaná se bailarí­a tango y no zamba? ¿Quién se lo explica a Neymar, a Casemiro...? ¿Quién se lo explica a Emiliano y al mismí­simo Messi que todaví­a no se lo creen? No fue nada sencillo, no fue limpio ni elegante, como se escribió era ese baile de seductores.

Messi, sin contar el partido final, participó en 9 de los 11 goles de Argentina en la Copa América e intervino en la jugada de las otras 2 anotaciones. Llegó a esta final siendo el jugador con más situaciones de gol (26), disparos al arco (15), más tiros en el palo (2) y más goles en el primer tiempo, con 3. (Foto: Tomada de Internet)
El gol que le hizo a Chile con un precioso tiro libre lo convirtió en el máximo goleador de la Selección en torneos oficiales, al llegar –en ese momento– a los 39 tantos y dejar atrás a otro emblema, como Gabriel Omar Batistuta (38).  (Foto: Tomada de Internet)

El tacto de la piel sobre la piel se hizo de rabia y de impotencia, pecho con pecho, la cabeza erguida, un tempo acelerado, la lucha por el todo y por la nada. A Messi le tocó bailar con la más fea, un baile atemperado, albiceleste... Messi tí­mido, fugaz, sin intención se dio la media vuelta, movimiento sutil cuasi perfecto. Messi entonó la de Gardel y bailó su primer tango en Brasil.  

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