Anniel Hernández Villa, estudiante de Periodismo
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13 Julio 2016

Nuevamente vuelve a ser noticia por estos dí­as la preselección de un equipo Cuba de béisbol. En esta ocasión los integrantes de la nómina antillana chocarán con la selección universitaria de Estados Unidos en el habitual tope bilateral, pactado a cinco desafí­os a partir del venidero 23 de julio.

Muchos villaclareños, como una costumbre de los últimos tiempos se vuelven a preguntar: ¿Y La Rosa? ¿Lo dejaron fuera otra vez?  Como conocemos, Villa Clara estará representado por el antesalista Yeniet Pérez, el diestro Freddy Asiel ílvarez y nos satisface que desde ya, los encargados de armar y desarmar la selección nacional, se fijen en el prometedor Norel González.

Sin embargo, otra vez llama la atención la ausencia de algunas figuras consagradas, no sabemos si para darle cabida a otros más jóvenes, pues resulta que nuestras máximas autoridades beisboleras no ofrecieron conferencia de prensa, algo que no sorprende si lo comparamos con la orden de iniciar la 56 Serie Nacional en medio de los juegos Olí­mpicos. Sinceramente, son risibles estas decisiones de la Comisión Nacional de Béisbol.

Hasta ahora solo sabemos del listado de los 29 jugadores y según informó Juventud Rebelde “se dijo que la cifra pudiera crecer”.  Pero volvamos a la interrogante planteada por los seguidores del Villa Clara respecto al tema La Rosa.

Recientemente nuestro semanario publicó un entrevista realizada al máscara anaranjado cuando no fue convocado para representar al paí­s en la Liga Can-Am (liga de poco nivel), donde se volvió a evidenciar la denigrante calidad de la pelota cubana salvo casos excepcionales.

Por aquel entonces Yulexis declaraba que su mente estaba muy positiva, enfocado en el entrenamiento para que su equipo, «Villa Clara » salga adelante.  Entonces, ¿cómo estará la mente de Yulexis La Rosa ahora? Ni siquiera intenté preguntarle para evitar mayor consternación.

¿Cómo es posible que el mejor cátcher defensivo de esta isla no integre la selección de mayores? Con un espectacular average de fildeo de 988 de por vida, en sus 5405 entradas a la defensa, es junto al capitalino Alden Mesa uno de los dos receptores que permiten menos bases robadas en juegos de nueve entradas, con un promedio de 0,25. Esto significa que le roban una base cada cuatro encuentros aproximadamente.

Solo Yaismel Alberro (34) y el propio Alden Mesa (36) le anteceden con menos passboles cometidos. Además de estos dos y únicamente Roger Machado le anteceden en porciento de cogidos robando. Incluso, La Rosa supera a Pestano en este indicador.

Recordemos que en el ABC del deporte de las bolas y los strike, no solo se trata de poder ofensivo porque un equipo no gana con bateadores de altí­simo average ofensivo si después tira mal a una base, comete passboles, saca la pelota de la zona de strike,… El receptor debe tener maestrí­a (algo que le sobra a la Rosa) para guiar a los lanzadores. Parece que este último es el argumento manejado por Roger Machado al incluir a Olber Peña, seguramente para que le reciba a sus cinco colegas de Pinar del Rí­o a los cuales debe conocer muy bien.

La fatalidad de la Rosa, si es que así­ se le pude llamar a esta injusticia, comenzó antes de iniciar el III Clásico Mundial de Béisbol. Nuestra provincia contaba con los dos mejores receptores de la pelota cubana del momento, pero Ví­ctor Mesa no los invitó a la fiesta. Una vieja historia que todos conocen.

La historia se repite y el actual manager del equipo de las cuatro letras, Roger Machado, otra vez excluye a un receptor que aunque estuvo a lo sombra de Ariel Pestano durante trece temporadas ha demostrado su sabidurí­a detrás del plato, y eso Roger, que también estuvo a la sombra de Pestano lo debe tener bien claro.

Por cierto no sé qué pueda ocurrir antes de Clásico venidero pero no veo al avileño Roger Machado como un manager capaz de ganar algo con el Cuba, o por lo menos hasta la fecha no lo ha demostrado. No es lo mismo ganar con Ciego dentro de una serie con baja calidad a hacerlo en torneos internacionales.

A la Rosa toda la confianza, porque tal vez, en la próxima nómina aparezca su nombre como respuesta a los méritos propios. Claro, eso si fuese confeccionada por personas con menos paternalismo y más sentido común.  

 

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