El cuarto lugar del Expreso: algunas interioridades

Problemas en la preparación, falta de motivación, un pésimo calendario, lesiones, cambios en la formación y el juego individual por encima del colectivo.

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Juego final entre Santiago de Cuba y Villa Clara.
De anaranjado a rojo pasó el fútbol cubano, cuando Villa Clara cayó del primero al cuarto, y Santiago de Cuba se alzó con el título (Foto: Ernesto Alejandro Álvarez Alonso)
Gabriel López Santana, Loan Ernesto Zulueta Macsan y Andy Rodrí­guez Sánchez (estudiantes de Periodismo)
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07 Julio 2017

El pasado sábado finalizó la edición 102 de la Liga Nacional de Fútbol. En la última jornada, el estadio Camilo Cienfuegos, de Zulueta, tuvo la oportunidad de recibir al campeón Santiago de Cuba, al tiempo que despedí­a al Expreso del Centro luego de una pobre actuación con respecto al año anterior.

Con el empate a dos goles contra los santiagueros, el Villa Clara terminó como cuarto lugar en una de las temporadas con peor calendario hasta el momento. Desde el rigor fí­sico de un torneo exigente, hasta las interioridades en el orden táctico, pasando por los inconvenientes en la preparación y el entrenamiento, Vanguardia analiza la campaña del equipo más ganador de Cuba.

La preparación y el calendario: los primeros rivales

En los últimos tiempos, cuando Villa Clara gana un Campeonato Nacional, al siguiente año la estructura del torneo cambia. Este 2017, la nueva Liga Cubana presentó un calendario que afectó al anterior campeón, tanto en el orden individual, a partir del rigor fí­sico, como en el colectivo, por la carencia de tiempo para la preparación de aspectos técnicos y tácticos fundamentales para el juego.

En las dos primeras fases de la liga, con carácter eliminatorio, se jugó con un dí­a de descanso. A este ritmo, los villaclareños no se adaptaron, al punto de que dependieron del último juego para lograr su clasificación entre los seis primeros.

La acumulación de minutos de juego sin tiempo de recuperación, originó continuas lesiones, otro de los problemas de la selección del centro durante el campeonato. Al respecto, el capitán del equipo, Arichel Hernández, comenta: «Este formato no se sigue en ningún otro lugar del mundo. Tuvimos que prepararnos fí­sicamente para eso y asumir el reto, pero fue difí­cil. En esa etapa sufrí­ una lesión grave que me dejó fuera hasta que pude incorporarme más adelante para intentar aportar al equipo ».

 

Jugada del partido entre Villa Clara y Santiago de Cuba.
Arichel Hernández, capitán del «Villa Clara », criticó el calendario del torneo, que para los villaclareños terminó el sábado 1.o  de julio con el empate contra los campeones santiagueros. (Foto: Ernesto Alejandro ílvarez Alonso)

El refuerzo habanero, miembro de las selecciones nacionales, Andy Baquero, también defendió su posición con respecto a un calendario tan cargado y agotador, agravado por las condiciones climáticas de Cuba: «Difí­cil no, creo que es imposible un torneo donde se juega un dí­a sí­ y uno no. Hay muy poco descanso y no tenemos tiempo para la recuperación. En vez de mejorar, lo que hace es tirar nuestro fútbol por la borda. No hay persona que aguante ese ritmo, y se demostró en cada una de las zonas en las que se jugó. Espero que para la próxima temporada cambie el formato ».

En un estudio divulgado por el sitio de la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPro), se aboga por un descanso obligatorio de tres dí­as entre dos partidos. Raymond Verheijen, fisiólogo especializado en ejercicios fí­sicos, autor de la investigación validada por más de 27 000 partidos del más alto nivel, destaca que un descanso menor disminuye considerablemente las posibilidades de lograr un buen resultado durante el segundo encuentro.

Quizás sea este el motivo por el cual, goleadores de la calidad de Maikel Reyes y Roberney Caballero, marcaron ocho y seis goles, respectivamente, en un promedio de mil minutos disputados por cada uno.

Tijs Tummers, presidente del Comité Técnico de la FIFPro defiende el cuidado de que los jugadores no abusen de sus fuerzas: en primer lugar, por su salud, pero también porque el público quiere verles en su máximo rendimiento. Y esto no es posible si solo descansan durante dos dí­as o menos, como se jugó en el torneo cubano en este 2017.

Las exigencias del calendario también marcaron la  etapa decisiva del torneo, en la cual la Comisión Nacional le planificó al «Villa Clara » cinco juegos seguidos fuera de casa, y eso terminó por pasarle factura. Andy Baquero comenta: «No entiendo cómo se prepara un calendario donde el campeón nacional tenga que salir a jugar cinco choques seguidos fuera. Aunque creo que realizamos una correcta preparación para poder enfrentarlos, esto nos afectó mucho ».

Al bajo rendimiento causado por la fatiga, debe sumársele las condiciones de entrenamiento del equipo villaclareño. Aquí­ afectó tanto la escasez de recursos materiales, como la falta de atención y dificultades en el alojamiento. Al respecto, Raúl Mederos, director del Expreso del Centro, comenta: «La cancha del “Abel Santamarí­a”, donde empezamos la preparación, no reuní­a las mí­nimas condiciones para un entrenamiento. Además, no tuvimos una cantidad importante de balones hasta después de arrancar el torneo, y por las caracterí­sticas de este, no podí­amos entrenar elementos como el tiro a puerta, porque en el único dí­a de descanso que tení­an los jugadores entre partidos, necesitábamos trabajar con la recuperación.

«La provincia carece de una cancha aceptable para estos fines, por lo que nos trasladamos a Tahón, donde tuvimos que adaptarnos e intentar motivar al equipo. En realidad, creo que esta instalación tampoco reúne las condiciones en términos de atención. No se puede mantener a 30 jóvenes entrenando y viviendo entre tres cañaverales un año entero y lograr motivarlos », agregó el técnico.

Al interior del equipo

Durante toda la competencia, la selección villaclareña demostró fisuras en varios aspectos del juego, traducidos en resultados negativos. En el aspecto defensivo, la dirección necesitó cambiar el planteamiento de tres jugadores, al cual estaban acostumbrados, por una lí­nea de cuatro.

Raúl Mederos, director técnico del equipo Villa Clara de fútbol.
El DT Raúl Mederos está abierto al análisis de los resultados y sus causas, con vistas a mejorar la actuación en el próximo torneo. (Foto: Ernesto Alejandro ílvarez Alonso)

Yosel Piedra, lí­der de la defensa del «Villa Clara », analiza: «El año pasado, de acuerdo con el sistema de juego, que era con lí­nea de tres, todo fluí­a bien, pero tuvimos que cambiar a lí­nea de cuatro porque el ataque estaba flojo y, además, la defensa no estaba muy bien y nos caí­an goles con facilidad. Ahí­ empezaron los problemas porque nunca habí­amos jugado con esa alineación y nos costó trabajo adaptarnos ».

Al respecto, Mederos agrega que con defensa de cuatro los laterales tuvieron mayor responsabilidad ofensiva, y en muchas ocasiones se demoraba la salida desde la defensa o la contención y no se despejaba el balón en dirección a los delanteros.

La mala circulación del balón se relaciona a la necesidad de cambiar de posición a jugadores fundamentales en el equipo. Esto se debe a la ausencia de jugadores de manejo en la media punta como Yannier «el Chino » Martí­nez y Osdani Soto, que decidieron dejar la selección. A esto se suma la falta de un delantero natural, luego del cambio de posición de Maikel Reyes a partir de sus incursiones en México.

«Evidentemente falta un “diez” que pueda dar pases y ocasionar jugadas de peligro para nuestro equipo », comenta Arichel Hernández. «Me es bien difí­cil tener que jugar de delantero. Tengo que pararme de espaldas a la porterí­a y mi tamaño no me ayuda, pero me he adaptado ».

Arichel podrí­a ser la solución para mejorar en el toque del medio campo, pero necesita de la efectividad del delantero Yoelvis González, máximo goleador del equipo en la edición pasada, pero que este año sólo marcó en cuatro oportunidades. Además, para guiar el ataque desde la media punta, Arichel requiere una preparación diferente.

«Casi siempre en la selección nacional juego de “diez”, para lo que tengo que prepararme muy bien fí­sicamente pensando en la potencia para tener mucho movimiento y creación. Si no sufro de lesiones como la de este año, creo que puedo hacer una preparación así­ para resolver el problema de un “diez” en la provincia que es lo que más falta nos hace », añadió el joven jugador.

 

Roberney Caballero, del equipo Villa Clara de fútbol.
Roberney Caballero defiende el juego colectivo. (Foto: Ernesto Alejandro ílvarez Alonso)

Junto a las deficiencias en el manejo del balón y la creación en el medio campo, estuvo la baja efectividad del último pase en el área contraria y del tiro a puerta. Roberney Caballero comenta al respecto: «Pasamos como por inercia, por decir que soltamos la pelota y ya. El pase al pie y al espacio debe mejorar. Además, nos faltó tirar más a puerta: casi todos los goles que marcamos fueron a partir de jugadas por la banda y no lanzábamos de fuera del área ».

Al mismo tiempo, Mederos destaca: «no es un secreto que nosotros tenemos jugadores en el ataque con nivel de selección nacional, pero marcaron muy pocos goles. Eso está relacionado con que en las semanas anteriores al inicio, cuando se podí­a entrenar con más volumen el tiro a puerta, no se pudo por la ausencia de balones. Ya en la fase final tení­amos un poco más de tiempo, pero el trabajo lo debí­amos hacer sobre las dificultades y el diseño del planteamiento táctico del partido siguiente ».

Estas fallas se traducen en números preocupantes. De acuerdo con las estadí­sticas de la página oficial de la Liga Nacional de Fútbol, el equipo Villa Clara, con tres victorias, tres empates y cuatro derrotas en el tramo final, tuvo un promedio de 1,2 goles a favor por partido. Aunque el dato parezca favorable, la defensa permitió un promedio mayor, sobre todo en esta última fase, en la cual el Expreso permitió cinco tantos más de los que anotó.

A estas estadí­sticas debemos añadir que la falta de asociación y carencias en el juego en equipo evidentes en varios partidos «El torneo pasado lo mejor que tení­amos es que no habí­a individualidades, pero este año sí­â€¦ », asegura Caballero. Mientras, su director, Mederos, señala: «Ha faltado el juego colectivo y se hace difí­cil tener muchos jugadores estelares en la nómina. Nosotros no estamos acostumbrados a reforzarnos tanto, pero por la actuación tan mala de la segunda vuelta clasificatoria, nos vimos obligados a coger los tres refuerzos, que se sumaban a Reyes, que estaba con nosotros desde el inicio. Además, algunos de estos jugadores no me convencieron totalmente, aunque agradecemos su apoyo ».

Queda claro que este no fue el torneo esperado por los villaclareños. Varios elementos se conjugaron en el descenso del trono a la cuarta plaza. Mederos añade: «Por parte de la provincia pudo existir una mayor atención, un acercamiento. El año anterior se motivó más a los jugadores, que son muy sacrificados al jugar solo por pasión y amor a la camiseta ».

Aficionados en la cancha Camilo Cienfuegos, de Zulueta.
La afición villaclareña espera más del Expreso del Centro. (Foto: Ernesto Alejandro ílvarez Alonso)

«Debe existir un análisis, pues nuestro pronóstico para este año era mejor, teniendo en cuenta que fuimos los campeones del torneo anterior. El colectivo técnico asume con toda responsabilidad el cuarto lugar e intentaremos mejorar para la siguiente temporada aunque no sabemos si repetiremos en la dirección », agregó.

«Este año no pudimos conseguir nuestros objetivos, pero el año que viene nos prepararemos para un mejor resultado », afirma optimista el capitán Arichel Hernández.

Esta es la voluntad de todos los integrantes de la selección más ganadora de los torneos cubanos. Solo queda esperar a que ese propósito se traduzca en un   juego más alegre y dinámico, apoyado por el público y los federativos del deporte, para que el Expreso del Centro vuelva a lo más alto del fútbol nacional.

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