Cuando me propusieron comentar sobre el tema, no supe por dónde empezar, pese a que lleva ya varios meses en la palestra pública. «En verdad que por su complejidad e implicaciones se las trae », me comentó una colega. Y, de inmediato, recurría a la fuente que me proporcionaría la información oficial, siempre necesaria y útil.
Se trata de la insuficiencia de jeringuillas, guantes, bisturís, algodón y otros insumos gastables (o desechables) en los centros de Salud.
Por eso toqué a la puerta del Departamento de Medicamentos en la Dirección Provincial del sector. Allí me recibió Víctor Cañizares Pérez, el jefe. Con mucha ecuanimidad me explicó que se trata de un problema nacional, dada la situación financiera del país y las trabas del bloqueo, que hablando bien en serio no es muela ni cosa que se le parezca.
«Hay que vivirlo en carne propia, sentirlo en lo personal para entender que el cerco económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos a Cuba nos asfixia », me dijo. Y de seguido me contó la anécdota sobre unos medicamentos que desde Brasil un familiar no pudo enviar a otro en Cuba, porque la compañía por la cual debía hacerlo no lo autorizaba. Todo gracias a las leyes norteamericanas aplicadas contra nuestro pueblo.
Así, el funcionario relató sobre las veces que los buques cargados de medicamentos se han detenido en Panamá debido a que las legislaciones estadounidenses no les permiten tocar puerto cubano. «Muchos de esos barcos cargados de jeringuillas desechables para Cuba nunca han llegado ».
La situación se puso crítica a partir de 2016, pero los villaclareños han visto las afectaciones recientemente. De acuerdo con Cañizares Pérez, hoy se reciben los insumos en baja cobertura, lo cual imposibilita realizar las operaciones en los quirófanos y las extracciones de sangre en los laboratorios al ritmo de años atrás.
«Eso no significa que se dejen de prestar servicios en los 13 hospitales, 37 policlínicos y 837 consultorios médicos de la familia existentes en la provincia », señaló.
Lo que ocurre es que debe existir mejor comunicación entre los doctores y sus pacientes, y aplicar con eficacia el insustituible método clínico que tanto ayuda a indicar con acierto y racionalidad los test de sangre, u otros, porque también existen problemas con los reactivos.
La atención médica en Cuba es prioridad, y cuando esta no puede cumplirse como es debido, lacera los sentimientos de muchos. Cada enfermo requiere de un cuidado esmerado por parte de galenos y personal de enfermería. Mas, no podemos negar la realidad. En ocasiones acontecen maltratos injustificados, y no pocas subjetividades, como por ejemplo la falta de batas estériles para una cirugía, como me comentó una lectora.
Por otro lado, la población debe concientizar que vivimos tiempos muy complejos. Que ahora se debe acudir nuevamente al uso de las jeringuillas de cristal, que se reutilizan al ser esterilizadas. En verdad, a nivel mundial están en desuso, pero recuerden que el bloqueo estadounidense a Cuba no es un fantasma ni, mucho menos, «muela » de quien escribe.
Vale entonces un consejo. Si usted debe realizarse una extracción de sangre o inyectarse algún medicamento, y en ese momento no hay jeringuillas desechables, pregunte cuándo estarán disponibles las de cristal. Pero, por favor, dialoguen unos y otros civilizadamente. No discutan, porque si bien es un asunto peliagudo, al final la solución aparecerá.