Pensar como paí­s

Un concepto genuinamente revolucionario que ha calado hondo en el pueblo...

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Narciso Fernández Ramí­rez
Narciso Fernández Ramí­rez
@narfernandez
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14 Julio 2019

Desde hace varias intervenciones, y en la propia clausura del III Perí­odo Ordinario de la IX Legislatura  de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el presidente de los Consejos de Estado y Ministros y diputado por Santa Clara, Miguel Dí­az-Canel Bermúdez, ha venido enfatizando en un concepto genuinamente revolucionario que ha calado hondo en el pueblo: pensar como paí­s.

Y es que siempre se ha tratado de lo mismo, tanto en la Cuba pasada, en la de hoy y en la que proyectamos para el futuro: anteponer el interés patrio y colectivo por encima del individual y egoí­sta, ese que lamentablemente prevaleció en no pocas ocasiones a lo largo de nuestra historia, con funestas consecuencias.

Ilustración de Martirena
(Ilustración: Martirena)

Un concepto que apela a la moral y a la honra de cada compatriota para ser más altruistas, solidarios y dados al prójimo. En otras palabras; un situarse éticamente por encima de mezquinos intereses individuales y de beneficio personal, y defender un paí­s socialista, soberano e independiente basado en la prosperidad y el bienestar colectivos, en franca armoní­a con el medio ambiente y con una justa y equitativa distribución de la riqueza.

Interiorizarlo hasta convertirlo en una manera de actuar y no en mera consigna vací­a, serí­a un paso de avance significativo en el campo de las ideas, pues, junto a los conceptos de Revolución del Comandante en Jefe y el Sí­ se puede, de Raúl, el «pensar como paí­s », deviene en derrotero esencial de la labor ideológica de la Revolución en los complejos tiempos que corren de ofensiva reaccionaria y conservadora.

En palabras del presidente Dí­az-Canel se trata justamente de conjugar los intereses personales y familiares, con los sociales, por encima de vanidades, egoí­smos y de actitudes irresponsables. «Tenemos que pensar a Cuba », ha enfatizado en reiteradas ocasiones.

Una apelación a la conciencia que debe ir aparejada, con el fortalecimiento de la institucionalidad, robustecida en estos dí­as de intensa labor parlamentaria con la aprobación de la Ley de Sí­mbolos Nacionales, la Ley Electoral y la Ley de Pesca; sumados otros tantos temas como la informatización de la sociedad, el desarrollo del comercio electrónico y la dinámica poblacional.

Hoy se modela la Cuba del futuro. Un camino arduo a recorrer donde pensar como paí­s, más que necesario, resulta imprescindible.

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