Baches olvidados

En Santa Clara abundan los orificios en calles y carreteras principales, que exigen de acciones para evitar un mayor deterioro de las ví­as.   

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Idalia Vázquez Zerquera
Idalia Vázquez Zerquera
@IdaliaVzquez
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27 Septiembre 2020

Cada dí­a se deterioran y agravan  las condiciones de las calles de Santa Clara. Ante las pocas acciones de mantenimiento y reparación, los baches crecen y «engordan » con el paso del tiempo.

La causa fundamental es corte indiscriminado de calles y avenidas para la instalación de acometidas que acerquen el agua a las viviendas, en una ciudad donde las redes del acueducto tienen muchos años de explotación.

Ilustración de Martirena
(Ilustración: Martirena)

En la mayorí­a de los casos, tras la realización de estas acciones justificadas o no, las ví­as quedan desprotegidas, al no sellarse adecuadamente el lugar intervenido, y luego, con el constante ir y venir de vehí­culos, el área comienza a hundirse y aparecen los salideros, por donde se escapan cuantiosos litros de agua, en momentos que exigen ahorrar.

Las perforaciones en el asfalto o retirada de adoquines que no retornan a su lugar de origen, también afectan la estética de la urbe, y convierten los huecos en peligro potencial para los choferes que transitan por estos sitios, con las consiguientes afectaciones a neumáticos y accesorios de vehí­culos, cuando no se esquivan a tiempo.

Se reiteran los correos electrónicos llegados a nuestra redacción sobre el mal estado de las ví­as de Santa Clara y otros municipios y la dejadez imperante, sin que se vislumbren acciones de bacheo, al menos en las calles principales de la ciudad.  

En la capital provincial abundan los orificios que crecen sin remedio alguno. Por citar algunos, me referiré a los existentes en la calle Luis Estévez, a la vista de todos, en los tramos comprendidos entre Céspedes y Boulevard, y entre Berenguer y Julio Jover.

Precisamente en la esquina de esta última calle, un registro del Acueducto sobrepasa el nivel de la ví­a. Ello obliga a los carros a desviar su curso para evitar chocar con su borde.

Otro de estos peligrosos boquetes se encuentra frente al Asilo de Ancianos 3, por donde se escapan cuantiosos litros de agua. Ninguno de ellos cuenta con una señalización que alerte sobre el riesgo a que se exponen los conductores.

Qué decir de la calle Sí­ndico, entre Colón y Bonifacio Martí­nez, o de San Rafael en la barriada de Dobarganes, ambas prácticamente intransitables.

Todos conocemos las limitaciones financieras y de recursos que atraviesa el paí­s, agravadas por la COVID-19 y la crisis económica mundial, a los que se suma la imposición de medidas cada vez más severas, como parte del recrudecimiento del bloqueo contra Cuba.

Sin embargo, ello no impide la búsqueda de alternativas para remediar los problemas con soluciones que contribuyan a elevar la calidad de vida de los santaclareños.    

El pasado 17 de septiembre, nuestro presidente Miguel Dí­az-Canel Bermúdez, en el intercambio sostenido en el Palacio de la Revolución con gobernadores del paí­s mediante videoconferencia, abordó temas vinculados con la vida económica y social. Llamó entonces a no concentrarnos solamente en la COVID-19 y a retomar los sistemas de trabajo del Gobierno a todas las instancias, para, además de la epidemia, atender el resto de los problemas a enfrentar en los municipios, provincias y paí­s.

Entonces, sin espacio para el desánimo como expresó, habrá que continuar trabajando en otras tareas que también exigen atención, con iniciativas que destierren el inmovilismo.

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