Etecsa se ha vuelto la comidilla de la gente. Ya no por la habitual ineficiencia en parte de sus servicios, ni por las justificaciones tardías ante esos problemas.
Lo que se comenta ahora en los medios de prensa digitales, en las redes sociales, en la calle, tiene que ver con las promociones de recarga de telefonía móvil, donde la reducción se ha vuelto una tendencia en los últimos tiempos.
Podríamos decir que hubo un momento de holgura, en el pasado. Primero, con aquellas recargas desde territorio nacional que duplicaban el saldo si ponías 20 CUC al móvil, las que acompañaban la activación de una línea, o la época gloriosa de los 20 CUC provenientes del exterior, por los cuales obteníamos otros 30 CUC de «regalo », sin tantas presiones de tiempo para consumirlos.
Pero parece que el incremento de los usuarios de la telefonía móvil, o una iniciativa para eliminar ilegalidades vinculadas a las vías de ingreso del dinero, o algún estudio mercantilista o todos juntos, aconsejaron a Etecsa reducir las cuotas de ganancia para los clientes.
Aparecieron las bonificaciones y desaparecieron buena parte del monto y tiempo de validez de las recargas: de 40 y 50 CUC de saldo principal, a 15 CUC; de bonos para usar por 45 días, a 30, y a 12, como en la más reciente promoción. Con esta última, el malestar se agravó al disponer solo de 20 minutos y 20 SMS gratis.
«Le dije a mi familia en el extranjero que no me recarguen más el móvil »; «siguen apretando la tuerca »; «no les veo ventajas a los nuevos servicios »; «Etecsa siempre gana »... Así comentaban los usuarios al respecto. Y la avalancha de quejas no resulta injustificada.
Analicemos la promoción de este mes: «Cada cliente prepago que reciba del 11 al 13 de abriluna recarga internacional igual o superior a 15.00 CUC recibirá una bonificación de 20 minutos y 20 SMS, que debe consumir antes de que culmine el 23 de abril del 2017 ». Con las recargas precedentes que nos acumulaban 50 CUC de saldo, disponíamos de 142 minutos para llamadas nacionales (a 35 centavos el minuto); ahora son solo 62 minutos, si incluimos los 20 de la promoción. En cuanto a los mensajes (a 9 centavos), la cuota se reduce de 55 a 36 SMS. ¡Y ni hablar de las llamadas y mensajes internacionales, donde los costos son mayores!
Visto desde la perspectiva de Etecsa, podríamos pensar que no hay razones para tantas quejas. Incluso, algún funcionario intentaría impugnarlas con que se trata de una estrategia de la empresa para «incentivar las ventas de un servicio » y que, por tanto, la entidad se arroga el derecho de diseñar las promociones a su conveniencia. Con el favor de saberse la única en Cuba que puede brindarlas.
¿El usuario? Simplemente las toma o las deja, y espera una oferta mejor, porque justifica la empresa se trata de acciones A-DI-CIO-NA-LES.
Bien por Etecsa y sus rutinas de rentabilidad. Pero, ¿qué pasa con la satisfacción de las necesidades de la población? ¿Dónde quedó esa parte de su misión estatal? Si las promociones son «regaladas », al menos podrían permitirnos usar el regalo como mejor nos convenga.
Los servicios de prepago son caros para el bolsillo del ciudadano promedio, no todo lo eficientes que se requiere, y encima, los adicionales resultan cada vez más efímeros. O las políticas de Etecsa viven ajenas a la realidad de una buena parte de sus usuarios, o les interesa más la gestión comercial cuantificable, que la complacencia del usuario.
Respuestas convincentes, aún no tenemos. Escasean, como las ofertas de antaño, de «si recargas 20 ganas 30 ». Y como una vasija vieja que deja escapar el agua por sus grietas, la compañía exclusiva de la telefonía en Cuba va dejando atrás minutos, saldos, tiempos de bonificación. Nos va dejando sin opciones.