Rebeldes en las calles, algarabía, sueños de libertad cumplidos. Octubre 27 de 1958. Manos negras, blancas, mulatas, de mujeres y hombres de la sierra y el llano seducidos por una revolución pujante. Pies magullados, cuerpos desnutridos, torsos baleados, corazones hinchados de orgullo, ejemplos imperecederos.
Lo peor ha pasado, ahora solo resta bajar de la loma y conquistar un país. Si unión se quería, unión se logró. Bendita alianza, Guevara. Usted, tan seguro y táctico, tan comandante, nuestro barbudo. Usted, que supo limar asperezas, corregir posturas, enseñar a tiempo. Usted, que encontró tesoros en la pobreza. Usted que cosechó en Las Villas seres de infinito amor patriótico.
Usted, tan de Gí¼inía, pues allí llegó primero. Usted, que desde la colina cuida de la escuela, el hospital, los laureles de los suyos. Usted, que es pueblo de bazuca moral infalible y contagiosa. En usted, la gracia, la luz, el anhelo, la fe. A sus pies, la montaña, los niños, hombres en flor. A usted, el débito primigenio y la eterna consagración.