Intercambio de impresiones entre Antonio Rodríguez Rodríguez, presidente del Inrh (izquierda), con la primera secretaria del Partido y Amores Hernández (derecha), sobre trabajos perspectivos del sector. (Foto Luis Machado Ordetx).
Luis Machado Ordetx
@MOrdetx
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11 Diciembre 2019
11 Diciembre 2019
hace 4 años
Un despeje de inversiones que aseguran en lo perspectivo la calidad y estabilidad del agua que recibe la población en Caibarién y Santa Clara, adquiere un rumbo definido. Todo obliga a reordenamientos diferenciados, a pesar de limitaciones de recursos y financiamiento, sin dejar de atender los problemas objetivos acumulados con similar tónica en otras localidades.
El propósito exige de labores integradas, de planificación en sistemas de desarrollo en acueductos y alcantarillados, no concebidos antes en programas de la vivienda y objetivos de la producción y los servicios, observación fundamental que defendió Antonio Rodríguez Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) durante una visita de trabajo por la provincia.
En Caibarién, un territorio en crecimiento vinculado con el turismo, se ejecutó la topografía de un proyecto de drenaje en áreas del denominado malecón, y durante los primeros meses de año estará terminado el montaje de conductoras y canaletas para atenuar inundaciones en esa zona.
Las complicaciones posibles del lugar no están en el movimiento de tierra, y sí en la desorganización de viviendas antes edificadas y su relación con otras que terminan o crecimientos planificados, aseguró Tomás Díaz Pérez, delegado del ramo. Un informe de las cuatro etapas de trabajo para rehabilitar el alcantarillado en el reparto Van Troi, en secuencia sin interrumpir servicios, y sus conexiones con áreas del aeropuerto y la parte alta del pueblo, marcha acorde con las inversiones, según el propósito de eliminar el desorden de urbanización que primó antes.
Es una mentalidad que obliga a «jerarquías integradas en acueductos y alcantarillados, así como en toda infraestructura hidráulica y sanitaria », aseguró Rodríguez Rodríguez al conocer de la futura entrada urbanizada por la carretera Yaguajay-Caibarién, así como la sustitución de la conductora de Gambaito, acción que beneficiará a unas 242 viviendas existentes en el lugar.
También valoran el desmontaje del tanque elevado en la Ciudad Pesquera, sin uso, y que por desorden urbanístico tiene viviendas en sus cercanías. Allí el año entrante se cambiará la conductora de agua que alimenta el asentamiento. Similar examen hubo sobre ese tipo de almacén aéreo de agua ubicado en el reparto Crucero, con posibilidades de rehabilitación, lo cual permitirá una mejor distribución a las redes y evitar salideros en tuberías.
Reservorios de ese tipo existen muchos en el país, añadió el titular de Recursos Hidráulicos, y estimuló a la especialización de brigadas que asuman el mantenimiento complejo, con recursos disponibles en la localidad, para dar valor de uso a inversiones que, pasado un tiempo de explotación, por una causa u otra, fueron desatendidas. De igual forma, dan seguimiento a los trabajos realizados en el aseguramiento de agua al poblado de Mataguá, y el año entrante en Manicaragua se acometerán inversiones para mejorar los suministros. Ello «reclama, a mediano plazo, labores sistemáticas que favorezcan la estabilización y la calidad del líquido que recibe la población », añadió Rodríguez Rodríguez.
En la potabilizadora La Bayoya, en las cercanías de Santa Clara, Yudí Rodríguez Hernández, miembro del Comité Central del Partido y primera secretaria en la provincia, junto al presidente del INRH y directivos del ramo, apreciaron la calidad del agua que recibe la comunidad de la Base Aérea a partir de un pequeño embalse que suministra el río Minero, lugar donde instalaron transformadores, paneles eléctricos, filtros y sistemas de cloración.
Hace 15 años que Acueducto y Alcantarillado atiende esa planta, pero con la inversión de los últimos cuatro meses el ciclo de agua ya es diario, informó Julio César Amores Hernández, director del ramo en la provincia. La potabilizadora de Ochoita, que recoge agua desde la Minerva y suministra a la parte alta de Santa Clara, se rehabilita en filtros. En Palmarito terminan conductoras y recuperan equipos de bombeo, con garantía de disponer de uno de reversa ante emergencias y roturas.
El agua almacenada en presas, a pesar del período seco, supera el 66 % de la capacidad de llenado, y está garantizada para el abasto a la población. Ese tipo de recorrido, esencial como ocurre en otras partes del país con incidencia en inversiones, permite un «mayor acercamiento a la infraestructura existente, las posibilidades de mejoramiento y del uso racional y de calidad del líquido disponible », precisó Rodríguez Rodríguez.
La capital provincial, por ejemplo, abastecida por tres sistemas (el Minerva-Ochoíta, Hanabanilla-Palmarito y Gramal-Agabama), no siempre en óptimas condiciones de trabajo en equipos de bombeos y conductoras, obliga a una observancia directa para atenuar fugas sistemáticas, y vigilar por la calidad del agua.