Productores privados de Villa Clara y otras dos provincias desarrollan la cría de peces para la alimentación. Dos familias del municipio de Placetas constituyen los pioneros en este empeño con grandes espectativas.
Los hermanos Omar y Lidia Cano Obregón entre los primeros en Villa Clara dedicados a la cría de peces de agua dulce en convenio con Pescavilla. (Foto: Francisnet Díaz Rondón)
Francisnet Díaz Rondón
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16 Mayo 2020
16 Mayo 2020
hace 4 años
Una novedosa experiencia incentivada por la industria de la pesca en el país constituye una atractiva oportunidad para las personas que deseen adentrarse en el interesante mundo de la cría de peces para la alimentación. La idea ya marcha, como prueba piloto, en las provincias de Mayabeque, Granma y Villa Clara, con grandes expectativas.
En este último territorio dos familias del municipio de Placetas son las primeras que, hasta el momento, echaron su suerte en la cría de clarias, especie escogida por presentar mayores condiciones para el desarrollo de esta actividad con la cooperación de productores privados y el respaldo de Pescavilla.
Los estanques de los Canos
La familia Cano Obregón, del consejo popular Falcón, ha sido una de las «atrevidas » a criar peces de agua dulce comestibles. Luego de intensos meses de trabajo, lograron recuperar cuatro estanques que se encontraban en una antigua entidad estatal enclavada dentro de la finca Vega de Lana, área conocida popularmente como Las Minas.
Ahora forman parte de la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Lino del Río, de la Empresa Agropecuaria Benito Juárez, a cuyas autoridades los Cano acudieron para arrendar el área abandonada y darle utilidad. Los hermanos Lidia y Omar, y el hijo mayor de este, Leandro, se empeñaron en hacer realidad un sueño para nada imposible, pero el cual necesita total entrega y dedicación.
«Nos criamos muy cerca de aquí, y cuando vinimos a explorar el lugar estaba muy deteriorado. Debimos resanar los estanques agrietados, reinstalar tuberías, reparar las válvulas, reponer grifos, las trampas de los desagí¼es, colocar cerca perimetral, entre otras acciones », relata Lidia.
La familia inicia las labores desde las 7:00 de la mañana con la medición del Ph del agua, que debe mantenerse entre 5 y 7 en el medidor, luego alimentan los alevines y atienden cada detalle.
Por su parte, Omar explica que en el convenio suscrito Pescavilla aporta los alevines, la alimentación, la asesoría técnica, y otros recursos necesarios en dependencia de las posibilidades. Cuando los peces alcancen unos 700 gramos cada ejemplar, la industria pagará a 5.00 pesos moneda nacional el kilogramo.
Los Cano, por ejemplo, si logran producir las ocho toneladas previstas ganarían 40 000 pesos, y de esa ganancia se descuentan los gastos de cultivo proporcionados por la empresa, como: pienso, alevines, el combustible utilizado para llevar y traer el producto, algunas artes de pesca, entre otros.
«Nos insertamos en un proyecto de desarrollo local con el Gobierno y el Partido de Placetas, de los cuales hemos recibido bastante apoyo en cuanto a su concepción, aprobación y la adquisición de las licencias pertinentes para ejercer. Hemos puesto todo nuestro empeño para salir adelante », acota Omar.
Leonides, de los cerdos a las clarias
Yendry Pineda González, director de Acuicultura de la empresa Pescavilla, asegura que la claria tiene la capacidad de convivir con alta densidad, no requiere de agua con demasiada calidad, y posee variantes para su alimentación.
Otras especies a desarrollar son los alevines deCyprinus, como las llamadas carpas chinas o asiáticas, y también las tencas blanca y manchada, la mura y la carpa común.
La provincia tiene una capacidad instalada de producción de 730 toneladas de pescado con vistas a llegar a las 1200 t.; se prevé que unas 400 estén a cargo de productores privados en convenio con la empresa.
Los interesados en insertarse en el cultivo de peces en coordinación con Pescavilla, pueden llamar a través del 42216411, extensión 109 (Oficina de Producción), y el correo:produccion@pescavilla.alinet.cu
Leonides López Pérez, trabajador de la CCS Horacio Rodríguez, de la Empresa Agropecuaria Benito Juárez, fue productor de cerdos, pero de un tiempo a la fecha se inclinó por la acuicultura. En ese sentido, ha preparado grandes estanques en sus tierras que trabaja bajo el decreto 289.
«Por aquí pasaba la línea ferroviaria y había mucha área improductiva, poco factible para la siembra. Pensé que, si hacía estanques, serviría para la cría de peces y comencé de manera empírica, solo como una prueba, aunque con la idea de que algún día hubiese la posibilidad de establecer un contrato con la industria.
«El cerdo requiere mucha comida, y se ha hecho muy difícil alimentarlos; depende mucho de lo que llegue por el puerto, por lo que debemos enfrascarnos más en lo que se pueda producir aquí en el municipio.
«Los peces son más fáciles de alimentar, pues solo llevan un poco de pienso y subproductos, que podemos adquirir gracias a una minindustria del municipio a la que se le entrega la materia prima, en este caso la claria, y los desperdicios se reciclan nuevamente para la alimentación animal. La cría de esta especie lleva, más o menos, el mismo tiempo que el cerdo, de cinco a seis meses, pero resulta menos complicada », acota.
Leonides comenzó recientemente con 9000 alevines de 50 gramos de peso cada uno, en un estanque de 70 metros de largo, 40 de ancho y 1.50 en el punto de mayor profundidad. Tiene como plan producir 60 t y llegar a las 90, lo cual, con el apoyo de la industria, pudiera alcanzar con resultados encomiables.