Con una actividad cultural, finalizó la etapa de cuarentena en el Hogar de Ancianos No. 3 de Santa Clara, institución donde el pasado 12 de abril se detectó el primer caso positivo a la COVID-19.
En total fueron 57 los contagiados allí con la enfermedad, de los cuales 44 resultaron abuelos.
Ante la incidencia del evento de trasmisión local y la necesidad de proteger y recuperar a los enfermos, se activaron los protocolos establecidos, con una vigilancia extrema de cada una de estas personas que, por su edad y padecimientos, resultan uno de los grupos más vulnerables a la enfermedad.
De inmediato se declaró la cuarentena en esa institución, y se restringió la entrada y salida del personal, además de reforzarse el equipo médico y de enfermería con dietistas, terapeutas y otras fuerzas de apoyo.
Los casos positivos fueron trasladados a los hospitales Celestino Hernández Robau y Comandante Manuel Piti Fajardo de Santa Clara; en tanto, el resto ocupó la Escuela Regional Especial Marta Abreu y la Escuela Especial Rolando Pérez Quintosa, ambas en Santa Clara. A fines de mayo fueron dados de alta todos los abuelos afectados por el nuevo coronavirus, aunque hubo que lamentar tres fallecidos, debido a las patologías que presentaban.
A 57 días del inicio de la cuarentena, Iván y Pedro Ramón, ambos con más de ocho décadas de vida, agradecieron las atenciones recibidas por mujeres y hombres que llevan en el corazón, porque como insistió el excombatiente de la Revolución cubana, Higinio Amado Cárdenas Cárdenas, las atenciones, esfuerzos y recursos puestos a su disposición son ilimitados.
Al indagar por la gimnasia que practican en horario matinal, Valentín Regalado Valle expresó: «Cada mañana hacemos la gimnasia matutina. El que por su padecimiento no puede, se queda sentado al aire libre para coger sol y participar como espectador, pero créame que es un momento muy especial, porque nos reímos, movemos los brazos y las piernas, y nos estimula a seguir adelante. ¿Los médicos? No tenemos quejas, son muy especiales ».
Odalys Carpio Echenique, la enfermera de Quemado de Gí¼ines que se mantiene aquí desde que la escuela acogió a los ancianos, vino a apoyar a sus compañeros, pero luego de cumplir con la etapa de aislamiento y compartir con sus familiares, retornó convencida de que su deber está al lado de estas personas. Ahora tiene la encomienda de atender a tres abuelos encamados, bañarlos, darle los medicamentos y mimarlos.
Como ella, el médico Lázaro Aguilera Boris, natural de Sagua la Grande, repite su estancia en la Escuela Regional Marta Abreu. Correspondió al joven ocuparse del primer paciente recuperado de la enfermedad, una experiencia que según manifestó, le servirá de lección para asumir cualquier otra misión.
Refieren los doctores Marta Monzón Quintero y Rodolfo Ramírez ílvarez –este último al frente esa institución- que la batalla para enfrentar la COVID-19 se gana cuando existe un equipo de trabajo bien preparado y unido.
Muchos son los protagonistas de un episodio que dejará imborrables huellas de altruismo en tiempos que exigen de un esfuerzo extra, entre ellos, el especialista en Higiene y Epidemiología Cristian Ernesto Pérez Menéndez; la doctora Marlen Figueredo Yumar; la dietista Yaima López Cruz; Chavely Villavicencio Galván, quien se encarga de hacer las pruebas de diagnóstico rápido del nuevo coronavirus, así como Elaine Chirino Pérez, Mileidy Moralez González, Roberto Febles García, la trabajadora social Nancy Rodríguez Madrigal, y de los choferes de Cubataxi Diego Jiménez Medina y Luis Miguel Hernández Acosta, entre otros valientes en la línea roja de combate.
Actualmente, de los 113 abuelos del Hogar de Ancianos No. 3, 82 permanecen en la Escuela Especial Marta Abreu; mientras otros 31 ocupan la Escuela Especial Rolando Pérez Quintosa, a la espera de que concluyan las acciones constructivas en la edificación que ocupa el centro asistencial que mejorará su calidad de vida.