Bajo los rezagos lluviosos de las bandas de alimentación de la tormenta tropical Eta, cosechar 7200 latas de café maduro en la zona montañosa de Manicaragua constituye una prioridad para Villa Clara.
«Esperamos que se nos incorporen unas 300 para recolectar el grano en tres días. Disponemos de todas las condiciones para el cultivo, envase y almacenamiento; solo estamos esperando a completar la fuerza de trabajo y a que la lluvia nos permita entrar a los cafetales », explicó Pedro Blanco Méndez, director general de la Empresa Agroforestal Jibacoa.
Según datos aportados por el puesto de dirección de la Delegación provincial de Recursos Hidráulicos, las precipitaciones alcanzan 13,5 milímetros en Hanabanilla y 23,5 en Jibacoa. Si bien no resultan acumulados significativos, la llovizna persistente retrasa las labores de recolección.
El pico de cosecha recae sobre las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UPBC) Arroyo Bermejo y Herradura. La primera reporta unas 1100 latas de café maduro y la segunda supera las 3000.
De acuerdo con Aniceto Ruiz Betancourt, jefe del puesto de dirección de la Empresa Agroforestal Jibacoa, la producción cafetalera en Manicaragua tributa tanto al consumo nacional como a la exportación.
En estas plantaciones crecen las variedades arábica y robusta; pero la primera goza de mayor demanda en los mercados internacionales y resulta más sensible a la maduración acelerada.
Actualmente, Villa Clara produce el 7 % del café cubano. El objetivo supremo del Plan de Desarrollo Cafetalero en la Isla es alcanzar 30 000 toneladas de café oro para el año 2030.