Muchos de los casos que asisten al Cuerpo de Guardia del hospital pediátrico José Luis Miranda pueden encontrar solución en el nivel de atención primaria de Salud.(Foto: Ramón Barreras Valdés)
Ricardo R. González
@riciber91
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05 Julio 2022
05 Julio 2022
hace 2 años
El intenso calor, las precipitaciones de los últimos tiempos y el inicio de un verano que hace más complejo el panorama sanitario pudieran incidir en el incremento de las enfermedades respiratorias y diarreicas en edad pediátrica experimentadas por Villa Clara.
La Dra. Dianevys Arango Ineráriti, vicedirectora de Asistencia Médica en el hospital pediátrico universitario José Luis Miranda, precisó que en el caso de las infecciones respiratorias (IRA) se adelantan a su período habitual, pues tal como describe la literatura, se aprecian mayoritariamente desde finales de agosto hasta marzo.
«Existe gran afluencia al Cuerpo de Guardia de la institución, con un promedio que oscila entre 300 y 350 pacientes por ambas afecciones en 24 horas; sin embargo, muchos presentan situaciones leves que pudieron evaluarse en la atención primaria de Salud », precisó la Dra. Arango Ineráriti.
De todos estos casos, requieren ingreso entre el 11 % y el 12 % diariamente, como cifra global de la institución, lo que corrobora lo anterior.
«La institución tiene sus estrategias ante el incremento de casos, «pero una vez que el niño esté en nuestro hospital tenemos el deber de atenderlo con todos los requerimientos médicos y de enfermería, aunque por su cuadro clínico hubiera encontrado respuesta en el consultorio o en el policlínico al que pertenece ».
Dianevys Arango argumentó que cada infante requiere de vigilancia en el hogar. «Casi todos los procesos respiratorios comienzan con tos, obstrucción y secreción nasales como algo rutinario. Si resulta un proceso infeccioso, la fiebre aparece desde el primer día, y de mantenerse con niveles altos, acompañada de falta de aire (polipnea), sí se necesitaría la presencia hospitalaria para recibir evaluación especializada y aplicar otros complementarios ».
En estos procesos respiratorios la fiebre es considerada normal hasta los 37 oC. A partir de esta cifra comienza la febrícula o destemplanza, que debe observarse; si el termómetro marca los 38 oC se trata de franco período febril, y ya en los 39 oC resultan valores más serios que demandan un seguimiento facultativo.
Las enfermedades diarreicas agudas (EDA) requieren también observación ante posibles signos de deshidratación. Si el menor mantiene la boca seca, supera las seis horas sin orinar o aparece sangre en las heces fecales y la fiebre es elevada, ya deja de ser un episodio viral para convertirse en una diarrea bacteriana que implica otro tipo de terapéutica con el criterio médico temprano a fin de tomar decisiones que posibiliten mejor evolución.