Osmaira González Consuegra
Osmaira González Consuegra
@oglezc
4737
12 Abril 2016

Falleció entre las llamas del incendio de la tienda El Encanto, el 13 de abril de 1961. Pocos villaclareños saben que su ciudad natal era Remedios, y la mayorí­a de las personas la relacionan con la capital del paí­s.

Pero Fe del Valle Ramos, o Lula, como la llamaban cariñosamente sus familiares allegados, nació en San Juan de los Remedios y durante su infancia radicó en este municipio de Villa Clara.

Fe del ValleFe del Valle Ramos junto a sus hijos Robin y Erick Ravelo. (Foto: Tomada de Juventud Rebelde)

Nació el 1ro de agosto de 1917. Era la más pequeña de tres hermanos, huérfanos de padre, pues su progenitor falleció unos meses antes de ella nacer. Estudió hasta primer año de bachillerato en el colegio Mario Pando, donde su madre tení­a a su cargo los alumnos internos. Como esta dejó de recibir su salario a causa de que el gobierno de Gerardo Machado (1925-1933) suspendió las instituciones subvencionadas por el Estado, la familia empezó a atravesar una crí­tica situación económica y se trasladó a La Habana en busca de mejor sustento.

En la capital de la República, la remediana empezó a trabajar desde los 17 años como aprendiz en la confección de sombreros. Después laboró como dependienta en la tienda Fin de Siglo y más tarde en El Encanto, colaborando en la lucha contra la tiraní­a batistiana.

El 13 de abril de 1961, hace 55 años, se produjo el incendio que le costarí­a la vida, pues al intentar rescatar los fondos recaudados para la creación de cí­rculos infantiles, murió entre las llamas del voraz incendio.

El autor del siniestro que causara, además, 18 lesionados y alrededor de 20 millones de dólares en pérdidas económicas a la Isla fue Carlos González, trabajador del departamento de discos de la tienda y miembro del grupo terrorista Movimiento de Recuperación del Pueblo (MRP), en el que figuraba su pariente Reynold González como cabecilla.

Una semana antes del sabotaje a la tienda El Encanto, estalló un petardo en una de las puertas del establecimiento y se recibieron llamadas anónimas que amenazaron con colocar otros artefactos explosivos.

Fe, dirigente sindical, y un grupo de trabajadores se dieron a la tarea de revisar cada lugar de la espaciosa y lujosa tienda para evitar que ello pudiera llevarse a cabo.

Por esos dí­as, en una carta escrita a uno de sus hijos que estudiaba en Checoslovaquia, Lula le hablaba de la rápida marcha del proceso revolucionario y expresaba: «Desde luego que todas esas maravillas no pueden conseguirse sin gran esfuerzo de parte del pueblo y así­ lo explicó bien el Che en una reciente comparecencia y en la cual dijo que esto es una lucha a muerte con nuestros enemigos y que tenemos que estar preparados para todo. »

Al fallecer, ví­ctima del terrorismo, contaba solo con 44 años de edad. Con ella se perdí­a una valerosa mujer, miliciana y fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas.

Fe del Valle Ramos no pudo disfrutar de esas maravillas que más tarde se consiguieron con la construcción del Socialismo en Cuba, pero a 55 años de su muerte, su ejemplo perdura entre las féminas cubanas.

Comentar