Luis Machado Ordetx y Horacio Pérez Noa
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30 Noviembre 2016

« ¡Sólo importa Cuba, sólo importa el sueño de cambiar la suerte! »1

                                               Indio Naborí­

¡Los barbudos están con nosotros! Unas 30 horas, tal vez más, está Fidel entre villareños. La Caravana de la Libertad se inunda de multitud por ambos lados de la Carretera Central.

El viernes 2 de enero partió de Santiago de Cuba y tienen recorridos más de   582 kilómetros. Tres dí­as después, casi al amanecer del 6, atravesó el viejo puente de hierro sobre el rí­o Jatibonico, punto limí­trofe entre Las Villas y Camagí¼ey. La impetuosa hilera de automóviles, incluyendo vehí­culos blindados, se abre paso, incontenible, firme, de solidaridad y franqueza.2

La Revolución que está en el poder. La comitiva desanda por territorios liberados por Camilo y el Che. El Jefe de la Revolución no ve a esos Comandantes desde que partieron, a finales de agosto, de las estribaciones de la Sierra Maestra. Ambos cumplieron su encomienda. En Bayamo, el sábado anterior, habló con Camilo. Dos dí­as después lo hará el Che en zonas avileñas. Ambos rinden explicaciones y reciben otras misiones.

Sancti Spí­ritus acoge a la comitiva en un «[…] acto que no convocó nadie, que lo convocó el pueblo […] y cuando sencillamente no son las 12:00 del dí­a, ni las 3:00 de la tarde, ni las 10:00 de la noche, son las 2:00 de la madrugada…3 Vendrí­a después el camino a Santa Clara.

                                                                     

PARQUE VIDAL

Santa Clara abrazó la entrada de Fidel y sus barbudos con una única convicción: en Cuba se estaba escribiendo una nueva historia. (Fotos de Burt Glinn)

Otra vez en la Carretera Central. Fidel está con sus acompañantes en las inmediaciones de un territorio estratégico, centro de las comunicaciones del paí­s, liberado dí­as antes por fuerzas dirigidas por el Che, un combatiente que «[…] ganó la batalla al régimen en las calles de esta ciudad… »,4 rememoró el Comandante Juan Almeida Bosque en la descripción minuciosa del viaje.  

La ciudad está a la vista. Tiene al norte la imponente loma del Capiro, y en el sur las estribaciones del Escambray. De los 126 términos municipales del paí­s constituye el cuarto en extensión territorial, y el séptimo en población. Los 142 mil 176 habitantes residentes en los mil 128 km2 vibran de emoción.

Enrique Oltuski, coordinador provincial del M-26-7 recuerda que «[…]   Los primeros carros estaban frente a nosotros. De uno de ellos saltó Fidel y detrás de él, Celia. Entramos a la casa […] Fidel se veí­a cansado […] Me hizo muchas preguntas sobre el pueblo. ¿Qué pensaba? ¿Qué decí­an   de la Revolución?... »5 El Comandante en Jefe descansa un poco, y da la bienvenida al periodista Carlos Lechuga. Es mediodí­a y están en  marcha. Van rumbo a la calle Colón, punto crucial que conduce al centro de la ciudad: el parque Vidal.  

Cuando la Caravana entró al parque Vidal dijo Orlando Pupo Peña,   capitán del Ejército Rebelde y escolta de Fidel hay una fotografí­a en la cual él aparece sentado en el capó del jeep   donde viaja el Comandante en Jefe.   «No es lo mismo verlo en fotos […], que verlo ahí­, con su fusil de mira telescópica al hombro, en vivo y en directo, saludando a la gente, barbudo, risueño, vestido con su traje verde olivo y su gorra de la guerra ».6 Tiene razón el combatiente.

Los créditos de los fotógrafos están insertados al pie de algunas  instantáneas. Pertenecen a los villaclareños Felipe Fernández Roza, Reyes y Barrero del Valle. Algunas imágenes son reveladoras, como las captadas por Burton Samuel Glinn, el reportero norteamericano. También se incluyen las vistas televisivas, según la propuesta que formuló el periodista Carlos Lechuga a Fidel, hecho precisado por Oltuski.

De esas imágenes hay una sorprendente. Aparece Fidel en uno de los salones del Gobierno Provincial (actual Biblioteca Martí­) durante la lectura de un ejemplar de Prensa Libre, el rotativo habanero.   La página contraria tiene un fotorreporjate-entrevista al Che. El Comandante en Jefe es preciso, puntual y desea que las horas no escapen. Reclama rectitud: eso lo confirmó al acceder a una  conferencia de prensa en el Salón del Consejo de los Alcaldes del Gobierno Provincial. Son las 3:00 pm., y sostiene diálogos espontáneos con los reporteros. Afuera lo aguarda una multitud de pueblo ansiosa por escucharlo.

Esa imagen la captó el abogado y periodista José O. Barrero del Valle, director del Boletí­n de Santa Clara.7 El principal periódico de la ciudad, La Publicidad (1904-1964), por su antigí¼edad, circulación e imparcialidad en difundir la verdad, al igual que el Boletí­n de…, se adhirieron  a aquella solicitud que el 3 de enero, desde Holguí­n, hizo Fidel a los «trabajadores de Artes Gráficas, del Colegio de Periodistas y de los repartidores » para fomentar un servicio público, de orientación e información al pueblo.8

Desde el dí­a anterior, ese rotativo en el primer número del año 56 de su existencia, sacó a la luz histórica un suplemento que atestigua el valor de la Revolución, del pueblo triunfante.  Allí­, antes de partir de la ciudad, rumbo a La Habana, el Che rubricó un mensaje de ferviente aliento para los villareños: «[…] Invito a mantener el mismo espí­ritu revolucionario para que en la gigantesca tarea de la reconstrucción también sea Las Villas vanguardia y puntal de la Revolución ».9 Así­ lo constató Fidel.                                                                            

 LA EMOCIí“N

– ¡Fidel! ¡Fidel! ¡Fidel!…,   enaltecen los santaclareños. El Boletí­n…, lo caracteriza como un «hombre de embru ­jadora palabra y de excepcionales cualidades humanas »10.

¿Cuáles temas abordó   Fidel, el primer soldado de la Revolución,   en su conferencia de prensa?   Habló de la futura y necesaria Ley de Reforma Agraria, o la desecación de la Ciénaga de Zapata, el desarrollo industrial y agropecuario, la alfabetización, la formación universitaria, la carrera Administrativa, la Reforma del Poder Judicial, el Periodismo y las tradiciones combativas del pueblo cubano. A cada pregunta tuvo una respuesta puntual sobre el programa de la Revolución. Fidel «[…] es un revolucionario y, como tal, visionario... »,11 escribe Francisco Gattorno Negrí­n.

¿Y el discurso? Fidel lo inició con una frase histórica: «[…] Desde que el pueblo manda hay que introducir un nuevo estilo: ya no venimos nosotros a hablarle al pueblo, sino venimos a que el pueblo nos hable a nosotros… »12. Abordó aspectos de la Historia de Cuba, del valor de los jóvenes, del carácter excepcional de los revolucionarios de Las Villas, y de la unidad como atributo de firmeza, porque en adelante «[…] el gobierno tiene que ser el gobierno del pueblo. Aquí­ el que manda de ahora en adelante es el pueblo, y el pueblo tiene que ponerle fin a toda la sinvergí¼encerí­a. »13

 Más adelante advirtió que «[…] el pueblo tiene que estar muy alerta, no puede creer que en un dí­a vayamos a resolver todos los problemas, que ustedes y nosotros vayamos a resolver los problemas de Cuba. Les voy a decir más: vamos a equivocarnos más de una vez, porque nosotros no tenemos que ser infalibles; empieza el pueblo a gobernar y puede equivocarse ».14

 Ese representa el destino del paí­s; también de la Patria, aseveró en su alocución histórica concluida casi al anochecer.

Después del acto, cienfuegueros presentes en el Parque Vidal, lo invitan   a un encuentro con esa región del sur villareño. Fidel va allá. Recorre parte de esa histórica ciudad. En la madrugada del miércoles 7 pronunció un discurso en el parque José Martí­, al tiempo que recuerda a los héroes del 5 de Septiembre de 1957, y la ejemplaridad que trazará la Revolución.

La mañana de ese dí­a lo sorprenderá en diálogo con los obreros cerveceros de Manacas. Va rumbo a Colón, la primera parada en territorio de Matanzas, y lleva la firmeza absoluta de convertir 1959 en el primer año de Liberación  definitiva de todos los cubanos.

 

NOTAS

1- Indio Naborí­ (1959): «Marcha triunfal del Ejército Rebelde », en Bohemia, Edición de la Libertad, 2da. Parte,   pp. 10-11, La Habana, 18 de enero.

2- Cfr. Juan Almeida Bosque (2002): La Sierra Maestra y más allá, pp. 359-360, Ediciones Verde Olivo, La Habana.

3- Fidel Castro Ruz: Discurso pronunciado en Sancti Spí­ritus, el 6 de enero de 1959.

4- Cfr. Juan Almeida Bosque: Ob. cit., pp. 361-362.

5- Cfr. Enrique Oltuski (2001): Gente del llano, pp. 244-247, Editorial Imagen Contemporánea, La Habana.

6- Cfr. Luis Hernández Serrano (2009): «La Caravana de la Libertad, un recuerdo imperecedero en Orlando Pupo Peña », en Juventud Rebelde, p. 10, La Habana, 3 de enero.

7- Boletí­n de Santa Clara, jueves 15 de enero de 1959. Fue impreso en los   talleres IDEAS, en Berenguer número 160 Este, y sus 2 mil ejemplares circularon de manera gratuita. Tuvo la colaboración espontánea de redactores   y personal técnico-gráfico vinculados a la Escuela Profesional de Periodismo y Artes Gráficas «Severo Garcí­a Pérez » de Las Villas, radicada en Santa Clara. Hubo un solo número, el correspondiente a ese dí­a, con 32 páginas, en formato de 6 por 8 pulgadas, y suscrito a dos columnas en idioma español-inglés.

8- Cfr. Periódico Revolución, La Habana,  5 de enero de 1959, p. 2. El sábado 3 de enero, desde Holguí­n, se dio a conocer a través de la radio nacional.

9- Ernesto Guevara (1959): «Al Pueblo de Las Villas », en La Publicidad, 56 (1): 2, Santa Clara, viernes 2 de enero.

10- José O. Barrero del Valle (1959): «Los Jefe Rebeldes en Las Villas: con Fidel Castro », en Boletí­n de Santa Clara, Ob. cit., p. 22.

11-  Francisco Gattorno Negrí­n (1959): «Hacia la Revolución Civil »,   Op. cit, pp. 25-26.

12- Discurso pronunciado por el Comandante Fidel Castro Ruz, en la ciudad de Santa Clara, el 6 de enero de 1959, en http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1959/esp/c060159e.html

13- Idem.

14- Idem.

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