Las sopranos Laritza Acosta y Niubis Cañete, junto al tenor Héctor Rodríguez, trajeron el canto lírico cubano al teatro La Caridad, de Santa Clara.
Yinet Jiménez Hernández
1803
28 Noviembre 2017
28 Noviembre 2017
hace 6 años
Santa Clara. La gente pasa frente a la elegante compuerta del teatro y sigue de largo. El espectáculo está en pleno apogeo; los espectadores no son más que un puñado de admiradores. Sin embargo, ellos no se controlan: son pocos aplaudiendo por muchos. «Los aplausos… los aplausos sonaron como si estuviera el teatro Lorca lleno », comenta el tenor Héctor Rodríguez recién salido de escena.
El pasado fin de semana sábado 25 y domingo 26 Santa Clara acogió funciones del Teatro Lírico Nacional de Cuba. El joven elenco convenció a los escépticos sobre el extraordinario talento de los que hoy impulsan dicho género en el país. Las sopranos Laritza Acosta y Niubis Cañete, junto al tenor Héctor Rodríguez, completaron la triada de voces que representaron las tres compañías del (TLNC) sitas en La Habana, Pinar del Río y Holguín.
El espectáculo nocturno fue un orgánico complot entre los músicos nacionales y del patio. Estos últimos tríos Trovarroco, Preludio, y Palabras motivaron con sus brillantes y conocidas composiciones. Reverencias para Trovarroco: la pulcra ejecución de los guitarristas, unido al desborde de energía en las frenéticas pulsaciones de su director, no hacen sino corroborar una maestría de la cual ya no quedan dudas.
Los tríos villaclareños Trovarroco y Palabras demostraron su maestría en el principal escenario villaclareño. (Foto: Ramón Barreras Valdés)
Por su parte, las frescas mas clásicas obras de los jóvenes integrantes de Preludiodemostraron la capacidad de las nuevas generaciones para asumir una música de concierto que equilibre nacionalismo y criollidad con lo universal de lo instrumental. Palabras hizo de las suyas: armonía, acople y sentimentalismo sensacionales para las féminas de la agrupación, familiares rostros para el público.
En declaraciones a Vanguardia, Héctor Rodríguez comentó sobre el entusiasmo de presentarse en el teatro La Caridad: «Yo nunca había venido a cantar aquí, pero conozco su gran historia. Son muchas las personalidades de la cultura universal que han cantado aquí, y formar parte de ello es un honor », señaló el más vanagloriado artista de ambas noches.
El joven tenor asegura estar trabajando con el obispado de Santa Clara para realizar en un futuro no lejano un concierto lírico dedicado a Santa Bárbara, mártir de la iglesia católica. «Aún no sabemos cuándo, pero lo que sí es un hecho es que regresamos. Esta será la primera de múltiples oportunidades », agrega.
El encuentro fue un momento propicio para cuestionar el estado del género en el país. «Lamentablemente, no se está haciendo eco en lo que al lírico respecta. Y es difícil decirlo, porque de América Latina, Cuba es el país con mayor riqueza a través de la historia. Cuba es un país, que por naturaleza, es zarzuelero. A pesar de que sí exista un talento creciente, los chances escasean; el hacer espectáculos de este tipo no es interés de las mayoría de las instituciones. Es difícil realizar una gira de zarzuela a lo largo y ancho del país. Eso hoy, es algo casi imposible », comenta en una suerte de sintetizado argumento.
Sin embargo, aunque varios indicadores aseguren que la lírica es uno de los géneros musicales menos populares en este siglo, los talentosos intérpretes persisten en su afán por devolver el canto lírico a sus años de oro en Cuba. «Nosotros podemos impedir que muera, que desaparezca », señala el tenor en pos de apoyar la lucha del género por ser, por existir sana y naturalmente.
Esperemos que a su regreso, los integrantes del Teatro Lírico Nacional de Cuba tengan mejor acogida por los santaclareños. Dice mucho de nuestra cultura el teatro «vacío » en magistral espectáculo, mientras el Parque Vidal, atestado de gente, disfruta del trap, del reguetón y otros tantos (no) géneros musicales vacuos y denigrantes, pero de moda. Una reflexión en el tapete.