
«Toda familia cubana guardará este libro como una especie de talismán. Un libro de una alta carga emotiva. Un libro para conservar ».
Así afirmó Abel Prieto Jiménez, ministro de Cultura, durante la presentación del libro Hasta siempre Fidel, que tuvo lugar en el teatro La Caridad, como parte de la 27 Feria Internacional del Libro en Villa Clara.
En su disertación le acompañó el presidente de la Unión Nacional de Escritores de Cuba (Uneac) y miembro del Consejo de Estado, el etnólogo, escritor y poeta Miguel Barnet Lanza, quien al referirse a Fidel y su impronta resaltó que se fue por encima de las fronteras geográficas de la Isla hasta convertirse en un ícono mundial; en uno de los más grandes hombres del siglo XX:



«Nunca bajó la guardia ni la decisión de lucha, como nunca lo hizo Céspedes. Sus palabras del discurso del 10 de octubre de 1968, referente a “que ellos hubieran sido como nosotros y nosotros como ellos†están escritas con letras de oro en la Historia de Cuba ».
Fue una presentación de lujo. Doble, por tratarse de Fidel y su paso a la inmortalidad y por tener a dos intelectuales de alto calibre hablando acerca de las de imágenes que contiene el libro. Un bello texto que recoge en fotos el paso por Cuba de la Caravana de la Libertad en sentido inverso, desde La Habana hasta el descanso eterno del Comandante en Jefe en el cementerio santiaguero de Santa Ifigenia.
Prieto Jiménez, unificó el disímil conjunto de emociones que experimentamos los cubanos desde un extremo a otro del país al paso del cortejo fúnebre que contenía la urna con las cenizas de Fidel, en dos, las que definió de tremendas: dolor y compromiso.
Dolor por la pérdida irreparable del líder de la Revolución Cubana, mostrado y vuelto a mostrar en las lagrimas de hombres curtidos por la vida, de mujeres, jóvenes, adolescentes y niños. Y compromiso, por la convicción de que había muerto físicamente el hombre, el jefe, el invicto Comandante, pero no sus ideas. No sus convicciones, ni su fe absoluta en la victoria:
«Debemos lograr que cada niño, joven, viejo, cada cubano, no importa la edad, lo tenga vivo en su memoria. Sacar fuerzas de las lágrimas para seguir adelante ».
Barnet, quien le conociera en los múltiples encuentros que sostuviera con Fidel a lo largo de muchos años, significó su eterno optimismo, energía y dinamismo: «Un hombre que nunca estaba cansado, creador, entusiasta y de una enorme erudición. Un orgullo y honor como escritor cubano poder decir que he vivido en la era de Fidel, que he sido discípulo suyo ».
En la presentación, con la platea del teatro La Caridad llena de público, estuvo como conductor Luis Morlote Rivas, vicepresidente de la UNEAC. Además participó Julio Ramiro Lima Corzo, primer secretario del Partido en Villa Clara, y Osnay Miguel Colina, primer secretario del PCC en Santa Clara.
Abel habla de la Feria del Libro
«La Feria es una idea de Fidel que parte de su concepto que lo primero a salvar era la Cultura. Una idea muy martiana que está muy en Fidel, en Raúl, en la generación fundadora de que la Cultura transforma al ser humano.
«Vamos a seguir haciendo la Feria del Libro, vamos a seguir haciendo el Festival de Cine, este año hay Festival Internacional de Ballet, son grandes eventos que son costosos, pero hay una voluntad de la dirección del país y de todas las instituciones asociadas a la Cultura de mantenerlos, porque tienen que ver con algo que también decía Fidel, que la cultura tiene que ver con la calidad de vida de la gente.
«Fidel creía que el mejor antídoto frente al consumismo, frente a la idea de que la felicidad está asociada a la idea de comprar cosas materiales, era que tu vida estuviera acompañada de un rico patrimonio espiritual, y que eso era, realmente, calidad de vida.
«Son conceptos importantísimos, Nosotros tenemos que seguir con Fidel. No solo con este libro extraordinario, sino con sus textos, sus ideas porque realmente son útiles para el tipo de desafío que tenemos en este mundo donde el panorama es muy sombrío; de violencia, de guerra, de racismo; de corrupción, de tendencias fascistas que están creciendo.
«Es un momento donde la barbarie se expresa de manera pavorosa, y la Cultura es, digamos, como un valladar, una trinchera, como decía Martí, de ideas, que son más importantes que las de piedra ».
La Feria en Santa Clara
«Estuve en el espacio de Sigfredo Ariel, Patio Interior, donde entrevistó a Mildre (Hernández). Me encantó la entrevista a Mildre, la escritora para niños y jóvenes tan cercana a la Naturaleza. Dijo cosas hermosísimas que me gustaron mucho. Después estuve hablando un rato con ella y le pedí que me trajera algún libro de ella para leerlo, pues me doy cuenta que es una persona con un pensamiento propio y con ideas que ha ido, realmente, elaborando, mientras se convierte, evidentemente, en una gran creadora para niños y jóvenes.
«Estaba también el trío de muchachas, Palabras, que hizo interpretaciones magistrales de la gran trova cubana. Después Sigfredo llamó a Miguel (Barnet) y se produjo un diálogo realmente muy hermoso entre dos amigos; sobre todo, hablando de Miguel como poeta, como gran poeta que es Miguel, como todos sabemos, y había un ambiente muy bueno.
«Hasta hoy los resultados de la Feria son muy estimulantes porque ha bajado el precio promedio del libro, que era una queja que la gente tenía, y la gente ha encontrado ofertas muy baratas de libros que son interesantes. Se han vendido muchos más ejemplares que la feria anterior aunque se ha recaudado menos dinero.
«Las ferias no se hacen para recaudar dinero. Esta no es una Feria comercial. En su concepción, como la concibió Fidel, como la apoyó Raúl, y se le dio continuidad por la dirección del país, es una Feria que promueve la lectura, el libro y la lectura; no es comercial.
«El hecho que la gente haya comprado más ejemplares de libros es muy estimulante y, en general, las opiniones que se han recibido de la población son buenas ».