Cuando una obra se hace leyenda

La obra Che, del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE) Ernesto Guevara resulta una hermosa tradición de este centro villaclareño, interpretada por sus estudiantes generación tras generación. 

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Estudiantes de onceno grado del IPVCE de Santa Clara
Integrantes de la obra Che de onceno grado del IPVCE. (Foto: Enrique Moreno Gimeranez)
Enrique Moreno Gimeranez
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24 Marzo 2019

Ensayaban en la mañana frente al alegórico mural de la Ciudad Escolar. Al fondo, la imagen del Guerrillero Heroico, y en los pasillos muchos se detení­an a escucharlos. Los actores no parecí­an aficionados si juzgamos la intensidad y la entrega en sus interpretaciones. Solo un uniforme azul con monograma naranja de letras pequeñas permití­a identificarlos como estudiantes del IPVCE.

Esa noche realizarí­an su primera presentación de la obra Che, a teatro lleno, frente a todos sus compañeros. Atrás quedarí­an los fragmentos de texto repetidos tantas veces hasta memorizarlos, las ausencias a algunos turnos de clase y los dí­as que renunciaron al tiempo libre para un ensayo. Habí­an escuchado tantos consejos para articular mejor cada palabra, para evitar los nervios, para «estar a la altura de la generación precedente »â€¦ Esa fecha marcarí­a su puesta en escena más importante, luego de tantos sacrificios.

¿Qué ha motivado a generaciones de estudiantes a continuar esta tradición? ¿Cómo una obra de teatro se convirtió en parte inseparable de la historia del IPVCE? ¿Cómo se mantiene viva décadas después de su estreno?

Su nombre es Che

De acuerdo con el Dr. Daniel Bulgado, subdirector de la Ciudad Escolar, la institución cuenta con esta obra desde finales de los años 70 del pasado siglo, gracias al esfuerzo de varias personas, especialmente de Eloy Montenegro, y por la decisión del Grupo Teatro Escambray de donarla a la entonces Escuela Vocacional Comandante Ernesto Guevara.

«Desde su primera presentación fue pasando de generación a generación de alumnos, como una hermosa tradición de nuestro centro. Importantes figuras de la cultura cubana como Vladimir Cruz han integrado su elenco y también otros reconocidos profesionales de la provincia y del paí­s. En la actualidad, se presenta en fechas relacionadas con la vida y obra de Ernesto Guevara: 14 de junio y 8 de octubre, y también antes de partir a la caminata estudiantil a Caballete de Casa.

Profesor Daniel Bulgado junto a estudiantes de onceno grado del IPVCE de Santa Clara
El profesor Daniel Bulgado ha sido uno de los principales impulsores de esta tradición. (Foto: Enrique Moreno Gimeranez)

«Es la mejor forma de mostrarle a los jóvenes una sí­ntesis de la biografí­a del Che, de una manera completa y estremecedora. Por esta razón, siempre nos hemos esforzado mucho en cuidar este patrimonio artí­stico del IPVCE. Numerosas personas e instituciones han pedido la obra y hemos respondido en todas las oportunidades que la misma no debe salir de los muros de nuestro centro », expresa Daniel Bulgado.      

La obra Che  se representa con 13 integrantes: un músico, 11 soldados y el personaje de Ernesto Guevara. Los propios protagonistas, con ayuda de profesores e instructores, preparan a sus futuros sustitutos.   Estos últimos se seleccionan de acuerdo a sus aptitudes en un casting, en el cual pueden participar todos los interesados.    

Hecho historia, señora, hecho historia...

Jarem Dí­az Castillo y Jenifer Castillo Ballester confiesan que lloraron de emoción la primera vez que presenciaron la obra. «Dentro de poco elegiremos a nuestros relevos. Siempre buscamos en los jóvenes la facilidad de expresión y entonación, y trabajamos con ellos para que la obra quede igual o mejor que la anterior ».

Por su parte, el estudiante de duodécimo grado David Ernesto Rufí­n Alvarado tiene el honor de interpretar a la figura del Che. «La representación de mi personaje implica emoción de inicio a fin. Recuerdo que la primera vez en el teatro estaba nervioso y con miedo a fallar. Hoy me siento orgulloso con mi papel en la obra por su significado, su ejemplo para las nuevas generaciones, y especialmente, para el estudiantado ».

David Ernesto Rufí­n Alvarado, estudiante de duodécimo grado del IPVCE de Santa Clara
David Ernesto Rufí­n Alvarado, estudiante de duodécimo grado, interpreta al Guerrillero Heroico en la obra de teatro. (Foto: Enrique Moreno Gimeranez)

Sentados en el piso, conversamos con los miembros de elenco de onceno grado. Entre risas y anécdotas Jorge Ignacio Peña Pérez me contó que fue el último en presentarse al casting de su año y conquistó el papel del Che. Mientras Dainierys Sotolongo Alonso asegura que antes de los ensayos muchos no se conocí­an y ahora se han convertido en mejores amigos.

Ví­ctor Manuel Ballate sonrí­e al decirme que también los integrantes de la obra Che  conquistan popularidad en la escuela. «Casi siempre las muchachas quieren saber quiénes somos lo actores y se interesan mucho por quién representa al Che. Más allá de esta cuestión, te permite crecer como ser humano: superar tus nervios, perder el miedo escénico y mejora tu oratoria frente al público ».

«A cada fragmento debes ponerle sentimiento y es imposible no emocionarte al describir escenas de la vida en el campamento guerrillero, escenas que pertenecen al Diario del Che en Bolivia. Cuando narro lo acontecido el 1 de octubre, pienso que es el mes en que se produce el asesinato, por eso siempre le ponemos el mayor empeño al final, para demostrar que vive entre nosotros », agrega Christian Monserrat Lleonard.  

Antes de desearles éxito en su primera presentación, les pregunté a estos estudiantes de preuniversitario por su profesión futura. Casi todos sueñan con la Medicina, otra feliz coincidencia con el Guerrillero de América. «Esta carrera resulta una tradición en mi familia. El Che fue médico y trasmitió a las personas esperanza, sobre todo a los más necesitados. Será un honor y un orgullo seguir sus pasos en el futuro », manifiesta Daniel Soutuyo Mirabal.

Para hablar de la historia del IPVCE de Villa Clara debe hacerse obligada mención a la obra Che. Decenas de generaciones de actores y espectadores, décadas de exhibición y aún estremece el alma y los corazones de esos muchachos, que como Guevara, vuelven al camino con la adarga al brazo.

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