Ivette Cepeda, la música eres tú (+Fotos)

La cantante, que en la próxima semana grabará un disco de boleros, cautivó al público santaclareño con un concierto que fue pura magia, arte del bueno, poesí­a.

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Ivette Cepeda
Ivette Cepeda junto al grupo Reflexión. (Foto: Ramón Barreras Valdés)
Leslie Díaz Monserrat
Leslie Dí­az Monserrat
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07 Abril 2019

Ivette Cepeda canta como los ángeles. Parece que un algo divino se le posa cada vez que entra a un escenario y canta. Canta y su voz poderosa y afinadí­sima crea una magia que envuelve a un público que no deja de aplaudir desde la primera pieza.

Tocar la eternidad, así­ se llamó el concierto que, como parte de la Feria Internacional del Libro ofreció, este sábado, en el teatro La Caridad. Un espectáculo de lujo donde el tiempo se hizo música, porque cuando está frente a su público, la música es ella. La música es Ivette.

Ivette Cepeda
(Foto: Ramón Barreras Valdés)

«Quisimos tocar la eternidad con canciones inmortales que tienen mensajes de amor que se van a quedar en el corazón y que estoy segura se han transmitido de una generación a otra y puede seguir pasando », explicó y se refirió con mucho cariño a la ciudad de Santa Clara, «cuna de tanta cultura, con una base, una especie de refugio para el que quiera hacer buena música ».

Y sobre la buena música de uno de los hijos de esta tierra habló, porque para ella el trovador Leonardo Garcí­a, es un artista con una voz mágica, poderosa,   «la más afinada y melodiosa que conozco.

Ivette Cepeda
(Foto: Ramón Barreras Valdés)

«Además, sus canciones tienen el don de expresar las cosas más grandes de una manera pequeñita, como los pequeños destellos de la fantasí­a que nos hace sentir en paz. Una persona que tiene mucha claridad en su pensamiento y que le hace a esta generación un llamado a ser y no a aparentar, a vivir, no a gastar el tiempo, a buscar, no a transitar por el mismo camino de siempre. Hemos incorporado una de sus canciones a nuestro próximo disco que ya está grabado, La Rosa de Jericó, del cual se están terminando las mezclas en los Estados Unidos y quisiera que el mundo conociera mucho más de su música ».

Ivette se hace grande en el escenario, pero al mismo tiempo tiene una sencillez que la agiganta mucho más. Sus canciones cobran vida. A sus interpretaciones les corre sangre, respiran, les palpita algo, como si de repente, esas historias harmoniosas, también fueran las historias de todo.

Esta semana que viene va a comenzar en una nueva aventura que de antemano sabemos que el público agradecerá: un disco de boleros.

«Hubo un tiempo en el que decí­a que yo no era cantante de boleros. Intenté hacer otra cosa, pero el bolero me sigue atrapando el corazón. Quiero hacer un disco con los boleros que también he estrenado, y que la gente no conoce ».

Precisamente la selección de los temas que interpreta la hace sobresalir, le impone un sello, la distingue; pero para que una letra pueda llevar su voz tiene que poder tocar la eternidad.

«Tiene que ser una canción que pueda trascender, que pueda ser hermosa para cualquier relación, que diga verdades, que toquen el alma. No me gustan las canciones chabacanas. Me gustan las canciones que me exijan como persona, y como cantante. Me gustan las canciones que hablen de un tema interesante, que debamos debatir, me gustan las canciones que me hagan sentir que vivo en Cuba, en el año 2019, con los problemas que tenemos, me gustan las canciones que tengan un contenido social, que permitan el diálogo con nuestra realidad. Me gustan las canciones que enamoran, que sirvan para ser recordadas y de las cuales no tenga que avergonzarme en un futuro y preguntarme “cómo yo fui capaz de cantar eso” ».

Ivette Cepeda
(Foto: Ramón Barreras Valdés)

Precisamente esas son las canciones que enamoran. Sin embargo, Ivette no solo canta. Ivette conversa con la gente. Saluda desde el escenario a una vieja amiga, va hasta donde está el público, le da su mano a una mujer en silla de ruedas. Ivette habla de la vida, de la esperanza, de la familia, de lo importante que es ayudar al otro.

Ivette Cepeda
Elliot Porta entregó flores a Ivette Cepeda. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Y es que para ella «un artista tiene algo en el corazón que expresarle a la gente. Creo que lo más importante es que me anime sin miedo ninguno a hablarles a las personas. A veces nos quedamos sin hablar de cosas que son importantes, que son llamados de alerta: “no pierdas tu vida, no pierdas tu sueño, no sientas perdido, todaví­a se puede más”. Hablar de los valores, hablar del amor limpio, eterno, es muy importante ».

En su repertorio encontramos grandes compositores cubanos y asegura que de todos los músicos que interpreta se le impregna algo.

«No puedo negar que soy una cantante cubana, creo que el legado cultural que tenemos es muy importante. Los cubanos tenemos una manera muy particular de cantar. En el fraseo, en la forma de colocar la voz, en la forma de decir, se nota. A veces he dicho que hay como una escuela cubana de cantar. El cubano tiene un sabor, una calidez, una manera de decir. Cuando empezamos a explorar otros recursos de canto internacionales nos desdibujamos, porque se está cantando a la manera de fulana o mengana. Sin embargo, cuando cantamos auténticamente, como un cubano, retomando del legado que tenemos, podemos decir que está a salvo nuestra identidad.

Ivette Cepeda
(Foto: Ramón Barreras Valdés)
Ivette Cepeda
(Foto: Ramón Barreras Valdés)

«Me siento una cantante muy cubana y eso es lo que quiero hacer: perpetuar el valor de la manera de cantar de Cuba ».

Ivette habla de la vida de una manera sabia, tiene cierto alumbramiento no solo para la interpretación y además, le quedan muchos sueños, pero el más importante de todos «es crecer como persona, rectificar todos los aspectos de mi vida, ser una persona que pueda brindarle algo a alguien. Cantar es una circunstancia que me ayuda ».

Para ella las canciones son regalos. Por eso en el escenario del teatro La Caridad, tras terminar el concierto y rodeada de periodistas Ivette canta, hipnotiza a los presentes cuando de su voz hermosa y firme nace esta melodí­a:

Quiero una canción para cuando estés muy triste/Quiero una canción para cuando estés alegre/Quiero una canción para que camine junto a ti/Para que te arrulle cuando yo no esté/Quiero una canción que me sustituya/ que respire de tu aliento cuando tú la cantes.

Ivette quiere una canción y nosotros queremos, agradecemos que la cante.

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