Varias cápsulas promocionales invaden las redes sociales en estos días, para recomendarnos que nos quedemos en casa. Algunas llevan el sello característico de Rodando fantasías. Niños de diferentes edades demuestran mediante imágenes cuánto se puede hacer en estos días de aislamiento social
Al respecto, Vanguardia habló, vía messenger, con César Irigoyen, director del proyecto, quien compartió detalles de esta iniciativa que busca cultivar el talento infantil.
¿Cómo surgió la idea de estos videos?
Todo partió de Misladys Zamora, directora de Telecubanacán, para que no dejáramos de rodar el programa en tiempo de pandemia. Ya llevábamos casi seis meses al aire, desde noviembre, y terminábamos en el mismo momento que comenzó azotar el coronavirus.
«Entonces hablamos con la familia para que desde la casa y con una comunicación permanente con Gisell Perera González, directora artística del proyecto, y yo, realizáramos los programas. Ha sido curioso, pues los padres ya saben más de audiovisuales que nosotros. Tienen su diseño realizado, ellos filman y se adecuan muy bien al guion que elaboramos en conjunto, por teléfono, vía wasap y messenger ».
¿Cuál es el objetivo de estos videos?
Con cada cápsula queremos incentivar la disciplina de la familia en tiempos de la COVID-19. Los niños cubanos no están acostumbrados a estar tanto tiempo en casa. Este país es muy libre, sobre todo para la infancia, y ellos juegan en el barrio hasta las 8:00 o las 9:00 de la noche, todos los días. Mantenerlos dentro del hogar resulta una tarea que han asumido los padres como verdaderos titanes.
«Es verdaderamente difícil. Esta pandemia y el aislamiento social nos parecen impensables, incluso para los adultos, y más cuando acostumbramos saludarnos con un beso y un abrazo. Si es complicado para nosotros, imagínate para un niño, lejos todavía de comprender, por su edad, ciertas medidas y prioridades ».
¿Cómo ha sido el proceso de rodaje en estas circunstancias?
Muy complejo. Voy de casa en casa, en bicicleta, con nasobuco, cloro y todas las medidas posibles, llevando memorias, recogiendo videos, grabando secuencias y editando en la mía propia. Ahora me siento como un repartidor de paquetes: el paquete de fantasías.
«Recuerden, adultos, cuidemos de la infancia, para que esta pueda, en el futuro, salvar este maltrecho planeta y a nosotros también ».