Si puede existir una verdad absoluta en este mundo de hoy es que más del 90 % de los jóvenes cubanos viven pendientes de las redes sociales. En el resto del mundo este ya es un fenómeno antiguo. Quizás sea el fatalismo geográfico, más las cuestiones técnicas y de acceso, lo que ha impedido que Cuba ande al mismo ritmo de otros países, y lo que para ellos sea obsoleto, recién se descubra aquí.
En nuestro país ya no solo se puede hablar de Facebook, pues Instagram, Twitter o Tik Tok, para mencionar solo algunos, se afianzan como los medios de interrelación más empleados por los jóvenes. Lo mejor es que lo reconocen como tal y los emplean con la naturalidad de los nativos digitales.
Cada vez resulta más común que los adolescentes tengan sus propios canales de Youtube, se asuman como influencers y microinfluencers o que canalicen toda su furia o toda su alegría en un grupo de Telegram o WhatsApp. Nacen nuevas comunidades virtuales con el poder de contribuir a la formación de valores o de tirarlos por el caño.
Con esta óptica surge Yo y Tú, un espacio desde los jóvenes y para ellos, que busca analizar las diferentes perspectivas de los problemas y situaciones que afronta dicho segmento generacional. Bajo la dirección de César Irigoyen Milián, un grupo de estudiantes de las distintas enseñanzas asumen la misión de entretener y llevar a la reflexión a sus contemporáneos.
Estos muchachos beben el arte de distintas fuentes. Algunos acompañan a Irigoyen en su proyecto Cámara chica desde que eran pequeños; otros han incursionado en la televisión o formaron parte del colectivo del programa de radio Dial a full, o se arriesgan ante un público por primera vez.
Esto, a decir de Sheila Díaz, una de sus integrantes, resalta entre las fortalezas del proyecto: «Cada uno de nosotros es muy diferente, incluso, desde la parte personal, nuestros ambientes, nuestros gustos y forma de vestir, y eso es bueno, porque cuando desglosemos y analicemos un determinado tema lo haremos desde varias aristas ».
Pero ¿en qué consiste Yo y tú? Pues deviene un asalto a las redes sociales para invitar a la reflexión.
«Es un programa más bien para intimar. Queremos ser la voz que va a tratar temas tabús de la sociedad, además de interactuar mucho con la audiencia, con el público que nos sigue a través de las plataformas digitales. Las opiniones que ellos nos transmitan nos servirán como referencia para analizar un determinado asunto », explica Jennifer Guzmán, otra de los miembros.
Según Carmen Bazán, «los que venimos de Dial a full, estamos habituados a tratar estos temas, formaba parte de nuestra dinámica, y ahora queremos llevarlos al siguiente nivel. Por eso buscamos la mayor interacción y retroalimentación ».
Con esta perspectiva, y bien a tono con las tendencias actuales, el heterogéneo y dinámico grupo adoptará a Youtube como principal canal de comunicación, lo cual los convertiría en youtubers «made in Santa Clara », una experiencia bastante complicada y novedosa en la ciudad.
«Lleva mucho trabajo dedicarle horas y horas a cada video, pero creo que si tenemos una respuesta positiva, si nuestros mensajes llegan, habrá valido la pena », comenta Chabely Rosado, quien también ha tenido experiencia en la emisora provincial CMHW.
Desde ya están trabajando en su primera emisión, dedicada a los llamados «durakitos ». ¿Qué son? ¿Cómo se visten? ¿Qué hacen? ¿Con qué se identifican? ¿Por qué sus nombres? « No lo haremos para juzgarlos, sino para analizar ese movimiento. Entre las ideas que tenemos está grabar un video sobre cómo ser un durakito durante 24 horas. Esta constituye una de las variantes que queremos explotar en la mayoría de las emisiones, en forma de experimento social », agrega Sheila.
A ello se suma el tema de los «postureos », que no es más que la tendencia de hacerse fotos en todos los lugares, y otros más explotados, como el tabaquismo y el alcoholismo, los cuales tendrán que abordarse desde formas atractivas y novedosas.
Mantener la autenticidad y no copiar códigos de youtubers famosos resulta una de las prioridades de los muchachos de Yo y Tú. «Pienso que para ser auténticos debemos mostrarnos tal y como somos, naturales, sin imitar otros patrones », comenta Emmanuel González, uno de los chicos.
«No podemos buscar en Google “ ¿cómo ser auténtico?â€. Tenemos que confiar en que cada cual es completamente diferente, una persona única. No hay por qué crear personajes, sino mostrar cómo somos y cómo pensamos para poder analizar mejor las problemáticas », explica Sheila.
Estos jóvenes entusiastas continúan enfocados en la grabación de su primer programa. Por ahora solo queda esperar, bien atentos a las redes.