Raptus Ensemble y la permanente capacidad de renovarse

La reconocida agrupación villaclareña de música instrumental arribó a sus 25 años de fundada con muchas ganas de hacer y un espí­ritu renovado.

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Agrupación de música instrumental Raptus Ensemble, de Villa Clara.
La agrupación de música instrumental Raptus Ensemble arriba a sus 25 años renovada y con mucha creatividad. (Foto: Francisnet Díaz Rondón)
Francisnet Dí­az Rondón
Francisnet Dí­az Rondón
1855
02 Octubre 2021

A  25 años de logros, glorias y tropiezos, y también de sobreponerse a las dificultades, la agrupación villaclareña de música instrumental Raptus Ensemble continúa su quehacer sin detenerse.

Bajo el liderazgo del maestro Alejandro Yera, el grupo, surgido el 28 de septiembre de 1996, ha  estado integrado por excelentes músicos que, de una manera  u otra, aportaron o dejaron su impronta. Los maestros Luis Alberto de Zayas, Miguel Rivera, Onix Rodrí­guez Tápanes, Leslie Rodrí­guez, Raúl Zaballa, Olga Quintana, Roberto Fortún, Ariel Marrero y Alfredo Oquendo, entre otros, formaron parte del colectivo a lo largo de  su historia.

Alejandro Yera, director de la agrupación instrumental Raptus Ensemble.
Alejandro Yera, fundador y director de Raptus Ensemble. (Foto: Francisnet Dí­az Rondón)

En la actualidad lo integran Niurys Moreno del Pozo (fagot), William Machado Montenegro (clarinete), Axel Yera (percusión) Jonathan Castillo (trombón), Ernesto O’Relly (saxo) y Alejandro Yera (clarinete y dirección general). Este formato le otorga una sonoridad diferente, atractiva y diversa.

Para Yera la enseñanza y la labor con la música de cámara deviene «un trabajo de relojero » que contiene muchos detalles. En el caso de Raptus, el desempeño ha sido de manera coral, cada uno tiene  su protagonismo, lo cual hace más difí­cil la interpretación de las piezas, al compartirse la melodí­a entre todos.

«La melodí­a tú la puedes compartir, pero no separar. Tienes que tratar de que todo el mundo tenga la misma sintoní­a de lo que se está haciendo. Pienso que lo más divertido se halla en eso y en departir con la gente », dice.

Aunque Raptus ha cultivado la música de cámara, tradicionalmente destinada a salas de concierto y espacios determinados, la agrupación se ha salido de ese marco para ofrecer su música en lugares tan disí­miles como la glorieta del parque Vidal o el Boulevard de Santa Clara.  Con esta iniciativa no se ha reducido  la calidad de los espectáculos y ha permitido llegar a un público más amplio.

«En la calle tienes la oportunidad de que te conozca muchí­simo público que no va a las salas de concierto. A veces me parece que lo que hacemos es elitista; pero cuando  sales de ese marco te  percatas de que mucha gente te descubre, y puede ser que después también vaya a los teatros ».

Presentación de la agrupación instrumental Raptus Ensemble en el Boulevard de Santa Clara.
Raptus Ensemble también entrega su arte fuera de las salas de concierto. En la imagen, en una de sus presentaciones al aire libre en el Boulevard de Santa Clara. (Foto: Francisnet Dí­az Rondón)

«Hago la misma música en la calle que en la sala de concierto. Esa experiencia en el Boulevard o la glorieta ha sido muy reveladora, pues son espacios que me gustan, para los cuales nos preparamos y constituyen un reto. La concentración a veces es difí­cil por la disociación que causan los ruidos; no obstante, también te ayuda y prepara a hacer mejor el trabajo », manifiesta Yera.

Con la pandemia, la agrupación no  guardó los instrumentos en los estuches. Ante el cese de las actividades culturales, dieron rienda suelta a la imaginación  y publicaron pequeños videos en las redes sociales.

«Decidimos hacer algo diferente, porque habitualmente estudiamos de manera individual en nuestras casas, lo que se vuelve muy aburrido. Filmamos algunos audivisuales en formatos más pequeños, una posibilidad que da el ensemble, o sea, el poder fragmentar el grupo y  diversificar nuestras presentaciones.

«Los músicos que tengo ahora son creativos, espectaculares, y pueden inventar cualquier cosa. Quisimos disfrazarnos y, de alguna forma, burlarnos de nosotros mismos para publicarlo en las redes sociales. Mucha gente no lo ha entendido y les parece ridí­culo, pero para nosotros fue muy divertido », aseguró.

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