En disímiles series, películas, obras de teatro e incluso la radio, el tema de la edad biológica de los actores no constituye en sí un obstáculo para caracterizar con excelencia roles de edades diferentes.
El desempeño de los actores de Calendario ha sido encomiable y más allá de su apariencia física, han sabido exponer cada rol con sinceridad y profesionalidad. (Tomada de la página oficial de Facebook de la serie)
Francisnet Díaz Rondón
4939
26 Enero 2022
26 Enero 2022
hace 3 años
Desde su primer capítulo, la serie Calendario se ha ganado la simpatía y admiración del público; sin embargo, los inconformes critican la incongruencia entre la edad de cualquier adolescente en esa etapa educativa, como los personajes del grupo 9.o 3,y la de los actores, independientemente del buen trabajo interpretativo que han demostrado.
Sobre este aspecto vale recordar que cuando la popular serie juvenil Blanco y negro ¡no! se estrenó en la Televisión Cubana en 1994, su protagonista, la carismática y talentosa actriz Laura de la Uz, tenía ¡24 años de edad! En ese entonces el público jamás vio como impedimento, o sencillamente no le importó, la edad biológica de la artista con respecto a su papel de estudiante de secundaria básica, el cual representó de manera magistral.
La misma Laura ha contado cómo, a raíz del éxito de la serie, la abordaban en la calle chiquillos que cursaban ese nivel de enseñanza para mostrarle a Adriana (el personaje que interpretó) su admiración y hasta confesarle su amor de adolescentes.
En la también gustada La cara oculta de la luna, transmitida por primera vez en el 2006, la actriz Saily Cabezas, protagonista de la historia de Amanda, la adolescente enferma de VIH, ya contaba con alrededor de 22 años, y edad similar tenía la versátil Ariana ílvarez, quien en una entrevista recordó: «Aun cuando ya no tenía 15 años, me apegué a muchachas de esa edad, sobre todo a las más extrovertidas e inquietas. Con ellas aprendí a “tirar†las palabras, a caminar de una manera particular, a usar un tipo de ropa y de una manera porque el personaje lo exigía ».
Si hurgamos en otras series, películas, obras de teatro o en la radio tanto en Cuba como e el extranjero, observaremos que el tema de la edad biológica de los actores no constituye en sí un obstáculo para caracterizar con excelencia roles de etapas diferentes de la vida. Lo que determina el éxito de un personaje es una buena interpretación, el talento y entrega del artista.
No puede negarse que han existido casos que causaron amplios cuestionamientos, como la Cecilia Valdés que interpretó la maestra Daisy Granados en el polémico filme Cecilia, dirigido por Humberto Solás y estrenado en 1982. El clásico personaje literario creado por Cirilo Villaverde se describe como una joven mestiza, quizás entre 18 y veintitantos años, mientras la protagonista de Retrato de Teresa ya arribaba entonces a sus 40.
Siguiendo con otros ejemplos, ahora universales, tenemos el clásico filme El mago de Oz, encabezado por la gran Judy Garland. Al personaje de Dorothy Gale, el autor del texto original la describía como una joven huérfana de 14 años, y al filmarse la película la también protagonista de Nace una estrella contaba con 17 primaveras.
Y si de interpretaciones estelares se trata, en cuanto a actores interpretando niños o adolescentes sin tener que aparentar serlo, ahí está el filme Big, con el extraordinario Tom Hanks. El actor estudió a profundidad la psicología de una persona en plena pubertad, y lo demostró con tal genialidad, que los espectadores no veíamos a alguien grande interpretando a un niño, sino que nos convenció fehacientemente de estar observando a un niño que se hizo grande por arte de magia, tal como nos contaba la historia.
Tampoco olvidemos a Robin Williams en aquella hermosa película titulada Jack, en el que hace de un niño nacido con su reloj biológico adelantado, lo cual le provoca un envejecimiento hasta cuatro veces más rápido de lo normal. Por tal motivo, a los tres años aparentaba 12, y a los diez, tenía la fisonomía de un hombre de 40. Y Williams nos hizo creer que realmente era un púber con cuerpo de hombre.
El desempeño de los actores de Calendario ha sido encomiable y más allá de su apariencia física, han sabido exponer sus roles con sinceridad y profesionalidad, de acuerdo con el grupo etario que representan. Independientemente de que no se correspondan las edades de actor y personaje, lo más importante estriba en que el papel llegue, conmueva, convenza, que comunique y se entregue de manera contundente al espectador. Todo lo demás resulta intrascendente.
Porque, parafraseando la letra del clásico tema Caballo viejo, de Cuco Valoy y Simón Díaz, actuar no tiene horario ni edad en el Calendario. Ellos lo demostraron.