«San Remo » y el inagotable odio de la guerra cultural

La máquina trituradora de artistas en el sur de la Florida, EE. UU, no es en absoluto novedosa, solo ha transmutado su modo de funcionar. Actualmente, el terreno de operaciones se halla en internet y las redes sociales, a las cuales se destina la mayorí­a de los gastos millonarios del aparato anticubano.

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Dúo español Andy y Lucas durante su presentación en Santa Clara en 2019.
El dúo español Andy y Lucas durante su actuación en el área recreativa del Sandino, de Santa Clara, Villa Clara. Entonces no vieron un ápice de «maldad» en el Gobierno cubano, pues no habían recibido presiones y amenazas. (Foto: Francisnet Díaz Rondón)
Francisnet Dí­az Rondón
Francisnet Dí­az Rondón
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10 Febrero 2022

El dúo español Andy y Lucas no lo pensó dos veces ante la disyuntiva de participar como invitados a la versión latina del Festival San Remo Music Awards, previsto para  el mes de abril en La Habana, o que les cerraran las puertas del jugoso mercado musical de Miami, en Estados Unidos. Bastaron unas llamaditas telefónicas, cientos de mensajes nada agradables en las redes sociales y la soberbia de ciertos influencers dedicados a destrozar la imagen de quienes no se plieguen a la polí­tica anticubana esgrimida desde el sur de la Florida, para que decidieran no asistir.

Destrucción de discos por presiones polí­ticas contra artistas.
«El exilio histórico, analógico y anticuado ha sido desplazado por una nueva industria mediática que decide quién entra, triunfa y tiene el beneplácito del anticastrismo mayamero », dice el periodista Félix López.  (Foto: Tomada de Internet)

Igual decisión tomaron el también cantautor Alex Ubago, el cantante y artista mexicano de ascendencia cubana Kalimba, una joven intérprete italiana llamada Denise Faro e incluso algunas figuras de la música de la isla. La presión es mucha, y el dinero también. La maquinaria miamense destructora de artistas tuvo su efecto una vez más.

Según se justificó Lucas, el del dúo, en una transmisión directa publicada en Facebook, algunos amigos lo llamaron para contarle que la «dictadura » cubana estaba encerrando niños y cometiendo atrocidades contra el pueblo. Sin embargo, los cantantes españoles se presentaron aquí­ hace tan solo tres años, en el 2019 incluso actuaron en el área recreativa del Sandino, de Santa Clara, y no vieron un ápice de «maldad »   en el Gobierno cubano. Las presiones y amenazas hacen cambiar percepciones de la noche a la mañana.

La máquina trituradora miamense no es en absoluto novedosa, solo ha transmutado su modo de funcionar. Antes, con gritos, protestas, petardos, aplastamientos de discos con aplanadoras y mandarrias, y un despiadado ataque de improperios y blasfemias por todas las posibles ví­as de comunicación. Actualmente, el terreno de operaciones se halla en internet y las redes sociales, a las cuales se destina la mayorí­a de los gastos millonarios del aparato anticubano.

El periodista y escritor Félix López, de la página digital mojitonews.com, no pudo explicarlo mejor:

«Bienvenida la era de las redes sociales. Gracias a las plataformas creadas por Mark Zuckerberg y otros adelantados, la maquinaria destructora de reputaciones se "modernizó" y ganó en inmediatez y penetración. Lo ocurrido en la última década en Miami, solo por mantenernos dentro de esta saga, es de antologí­a. El exilio histórico, analógico y anticuado ha sido desplazado por una nueva industria mediática que decide quién entra, triunfa y tiene el beneplácito del anticastrismo mayamero. Los gritones de la Calle 8 han sido suplantados por medio centenar de youtubers insolentes. Los millones que antes alimentaban radios, periódicos y televisoras…, ahora son disputados por influencers, blogueros y “sicarios” de las redes sociales ».

Cantante español Julio Iglesias.
El cantante ibérico Julio Iglesias confesó al diario  El Paí­s  que nunca viajó a La Habana porque, sencillamente, le hubiesen puesto bombas en Miami.  (Foto: Tomada de Internet)

Y agrega: «Los noví­simos luchadores “contra el comunismo”, “contra la dictadura”, “contra el castrismo” no han inventado nada nuevo. La industria del odio, el cobrar por destruir carreras y reputaciones, es tan vieja como el diferendo polí­tico entre Cuba y Estados Unidos. El rencor como método de lucha. […] No defienden ideales, valores o sentido común. Practican el ciberbullying polí­tico (en sus variantes ciberstalking o ciberacecho), como método para chantajear, doblegar y someter a artistas, comunicadores o cualquier persona con un mí­nimo de influencia sobre la sociedad cubana ». Más claro ni el agua.

Las amenazas desde y dentro del sur floridano han afectado a artistas de todo tipo y nacionalidades. Recordemos a Oscar de León, quien casi tocó fondo en su carrera por cantar en Cuba en los años 80; la brasileña Denise de Kalafe fue fustigada en la radio miamense por su acercamiento a la isla; a Juan Luis Guerra lo trituraron por hacer dúo con Silvio Rodrí­guez en República Dominicana; un concierto de la gran vedette de Cuba, Rosita Fornés, en Miami se suspendió ante la explosión de un petardo en el teatro donde iba a presentarse; a Olga Tañón y Juanes los acribillaron con improperios cuando el concierto Paz sin Fronteras.

En la presentación de Van Van en los años 90, muchos de los que asistieron debieron tapar sus rostros para evitar cualquier daño a su persona, y hasta el mismí­simo Willy Chirino, devenido cantor de lo más rancio del exilio cubano, debió retractarse, casi hasta las lágrimas, luego de cometer el «pecado » de regalarle unas tumbadoras a un grupo musical de la isla con el cual coincidió en Panamá.

José Luis Robaina, organizador del festival San Remo.
Jorge Luis Robaina, director del grupo  Karamba y uno de los organizadores del evento San Remo Music Awards Cuba, anunció que el evento se realizará en abril, a pesar de los obstáculos.  (Foto: Tomada de Internet)

Tampoco  las artes plásticas se han salvado de la ira anticastrista. Vale recordar aquel triste y caverní­cola episodio en que quemaron la obra El pavo real, del pintor Manuel Mendive.

Pocos artistas de la música latina han hecho caso omiso de las amenazas. Tal es el caso del boricua Andy Montañez, quien nunca se dejó amedrentar y visitó Cuba en más de una ocasión. Incluso, el español Julio Iglesias no aceptó que le vetaran venir a la mayor de las Antillas, aunque al final no se atrevió. Y años después, en declaraciones al diario español  El Paí­s,  manifestó que nunca viajó a La Habana porque, sencillamente, le hubiesen puesto bombas en Miami.

A buen entendedor…

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