El querido maestro falleció a los 92 años de edad, este miércoles 16 de marzo, en Santa Clara, hecho que impactó en el ámbito cultural villaclareño y en el pueblo.
El maestro Juan José Brínguez cuando firmó el libro de personalidades del teatro La Caridad, luego del concierto de Los Fakires por los 50 años de la agrupación, el 17 de enero del 2015. (Foto: Francisnet Díaz Rondón)
Francisnet Díaz Rondón
2867
17 Marzo 2022
17 Marzo 2022
hace 2 años
Aunque por su delicado estado de salud y avanzada edad la infausta noticia llegaría en cualquier momento, la partida eterna del maestro Juan José Brínguez Ochoa, a los 92 años, el pasado miércoles 16 de marzo, en Santa Clara, impactó con dolor en el ámbito cultural villaclareño y en el pueblo al que tantos momentos de alegría regaló junto a sus entrañables amigos de la mítica agrupación Los Fakires.
La música fue compañera inseparable de Papá Brínguez, como cariñosamente le decían muchos de sus allegados. A ella entregó gran parte de su vida y por la cual realizó no pocos sacrificios, se entregó con pasión y dejó un legado imperecedero.
El querido maestro vio la luz el 30 de septiembre de 1929 en Holguín, dentro de una familia en la que no pocos miembros eran músicos. A raíz de la muerte de su padre Benigno Brínguez, al quedar sola la madre Cándida Ochoa (Candita), el pequeño Juan José y sus nueve hermanos debieron enfrentarse a las duras adversidades de aquellos tiempos.
Cuentan que Candita asumió el rol de padre y madre, y les enseñó y exigió estudiar las lecciones iniciales de piano, teoría y solfeo. Otras personas también influyeron en el desarrollo musical del muchacho, como Juan José Velázquez, quien le instruyó en el clarinete clásico, y Norman Milanés, trombonista y director de la Banda del Regimiento Militar de Holguín.
Su sólida formación y virtuosismo le abrió las puertas en varias agrupaciones de entonces, como: las bandas de Música Municipal de Holguín, la Militar, del politécnico José Braulio Alemán, de La Habana; la del Cuerpo de Ejército de La Cabaña, y la Banda del Ejército del Centro, de la cual fungió como director. Igualmente integró el grupo Trovadores Holguineros, del inolvidable Faustino Oramas (el Guayabero), junto a quien debutó como profesional, así como la Jazz Band Tentación, y Mundi y sus Príncipes.
Al buscar nuevos horizontes en Santa Clara, ciudad donde echó profundas raíces con su familia, Juan José Brínguez integró diversos grupos de casi toda la geografía villaclareña: Jazz Band Daiquirí, de Placetas; Rosita y sus Estrellas, y el Conjunto Moderno, de Santa Clara; Los Megatones, de Ranchuelo; las orquestas de Calabazar y Camajuaní en las que se desempeñó como pianista así como la Orquesta de Música Moderna, que también dirigió.
Mas, sin dudas, su obra mayor quedó plasmada en Los Fakires, agrupación a la cual dedicó varias décadas de su vida desde 1977. Con ella se presentó en los más diversos escenarios de la isla y del mundo, sin perder nunca la esencia de la música cubana.
Cabe mencionar, que aunque Los Fakires deleitaron con sus melodías otros escenarios, siempre tuvieron en Santa Clara su espacio más especial. Muchos santaclareños y visitantes disfrutaron durante años las sabrosas peñas en el portal de la casa de la cultura Juan Marinello, o cada Viernes de la buena suerte, en el Centro Cultural El Mejunje, de la que fueron los anfitriones insignes.
Ha partido el maestro Juan José Brínguez Ochoa, pero su legado e impronta queda en el corazón de todo un pueblo que le agradecerá por siempre tanta alegría, amor y cubanía.