Homenaje a un hermano de las causas justas

Asistió Díaz-Canel a la entrega de la Medalla Haydée Santamaría al Premio Nobel de Literatura Wole Soyinka. Fue en la mañana de este viernes, en Casa de las Américas.

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Wole Soyinka, Premio Nobel de Literatura, dialoga con el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel.
(Foto: Alejandro Azcuy)
Tomado del sitio Presidencia
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24 Agosto 2024

«Su visita tiene mucha significación, es la visita de un hermano que siempre ha estado en batalla por las causas justas», expresó Miguel Díaz-Canel Bermúdez al Premio Nobel de Literatura Wole Soyinka, con quien sostuvo un encuentro tras la imposición al destacado intelectual africano de la Medalla Haydée Santamaría, en la mañana de este viernes, en Casa de las Américas.

La entrega de esta medalla a Usted es para Cuba expresión de muchos sentimientos, Haydée siempre hizo hincapié en la importancia del aporte de la cultura a la Revolución, dijo; y nos honra, agregó, que se le haya otorgado, señaló el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista y presidente de la República.

Con Usted nosotros «compartimos ideas, sueños, compromiso con el mejoramiento humano», comentó el jefe de Estado, quien resaltó la significación de la estancia del escritor nigeriano en la Isla en momentos tan complejos para los cubanos.

Momentos, dijo, marcados por el recrudecimiento del bloqueo y una perversa intoxicación mediática como parte de la estrategia de colonización cultural por los poderes hegemónicos, y no solo de Cuba, sino de todos los pueblos del mundo.

Wole Soyinka, Premio Nobel de Literatura, dialoga con el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel.
(Foto: Alejandro Azcuy)

Díaz-Canel resaltó a propósito la relevancia de la celebración de la Conferencia Internacional sobre las Rutas de las Personas Esclavizadas, Nuevas Narrativas: memoria, resistencia y reivindicación, en ocasión delaniversario 30 de este programa de la Unesco.

El encuentro abordó, entre otros asuntos, temas como la racialidad y la discriminación, y entre sus principales participantes ha estado el nonagenario intelectual africano.

Ha sido una conferencia, enfatizó el mandantario antillano, que ha aportado mucho a la batalla que está librando Cuba y que compartimos con nuestros pueblos hermanos. Es un encuentro, añadió, que debe ser un referente en la lucha contra la discriminación, la xenofobia, las guerras.

En el intercambio con el presidente cubano, Wole Soyinka hizo incapié en la importancia de reforzar los vínculos entre el continente madre y países como Cuba, Brasil y la diáspora africana. Resaltó al mismo tiempo el papel de la Mayor de la Antillas en la liberación de los países africanos.

«Nuestros nexos con Cuba no solo se limitan al arte, a la literatura, sino también a la liberación», enfatizó Soyinka.

Un acto de justicia que nos honra

Otorgarle la medalla Haydée Santamaría a Wole Soyinka, la que han recibido antes muchas de las más descollantes figuras de la intelectualidad latinoamericana, caribeña y de otras regiones del mundo, «es un acto de justicia que nos honra».

Así expresó Jorge Fornet, director del Centro de Investigaciones Literarias y la revista Casa de las Américas, en las palabras de elogio de la entrega de la condecoración al intelectual nigeriano, la cual fue impuesta por el ministro de Cultura, Alpidio Alonso Grau.

Wole Soyinka recibe la Medalla Haydée Santamaría, de manos del ministro de Cultura de Cuba, Alpidio Alonso Grau.
(Foto: Alejandro Azcuy)

Con este acto, se explicó en la ceremonia, Casa de las Américas se sumatambién a los homenajes que ha recibido uno de los más grandes intelectuales de este tiempo por sus 90 cumpleaños.

Fue ocasión, además, para celebrar el aniversario 60 de la primera visita del escritor africano a la Mayor de las Antillas, cuando fue invitado por Casa de las Américas para participar en el Primer Encuentro de Teatristas, en el contexto del IV Festival de Teatro Latinoamericano en La Habana (1964).

En el elogio, Fornet recordó, entre otras visitas del escritor, la de 1987, cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz le impuso la Orden Félix Varela de Primer Grado.

La Medalla Haydée Santamaría, otorgada a Soyinka por el Decreto Presidencial No. 874, a propuesta del Ministro de Cultura, se entregaa ciudadanos y colectivos cubanos y extranjeros que a lo largo de los años han compartido los principales objetivos de Casa de las Américas: «el enriquecimiento, la defensa y la integración de las genuinas culturas de nuestra región y de todo el Sur».

El Decreto Presidencial expresa que la entrega de esta medalla es un reconocimiento al fortalecimiento y profundización de los vínculos entre nuestros pueblos, que también está fundamentado en la amistad, el compromiso y la colaboración en el plano cultural y político de Casa de las Américas y que constituyen un aporte extraordinario a la cultura universal.

Cuba también es mi hogar

La ceremonia de entrega de la Medalla Haydée Santamaría a Wole Soyinka fue inaugurada por el Dúo Mora Mena, integrado por Daniel y David, estudiantes del Conservatorio Amadeo Roldán, quienes interpretaron Lágrimas negras y El manisero, dos clásicos de la música cubana que inspiraron las palabras de agradecimiento de Soyinka al recibir la condecoración.

Hay momentos en la vida que tienden a repetirse, comentó el escritor recordando que al entregársele el Premio Nobel de Literatura, en 1986, la orquesta sueca que participó en la ceremonia «se tomó la molestia de buscar algo que me fuera cercano», e interpretó, con sus instrumentos europeos, como oboes y pianos, una canción nigeriana, yoruba; y ahora, señaló, oír los acordes de El Manisero también «me provocaron aquella misma sensación, que me conmovió, que me sorprendió», «que por poco me caigo», enfatizó agradecido y risueño.

Wole Soyinka pronuncia palabras de agradecimiento.
(Foto: Alejandro Azcuy)

Son estas unas de las razones por la cual uno continúa luchando, subrayó Soyinka resaltando «los profundos vínculos que existen entre Cuba y el continente africano, especialmente con la parte donde yo vivo, es decir, lo yoruba».

«Yo crecí escuchando la música cubana, en aquellos días cuando habían gramófonos,cuando no existía la electricidad», y ahora, oyendo El Manicero, reiteró, casi trastabillo cuando salí caminando para venir hasta este micrófono.

«Esta, añadió, ha sido una forma maravillosa de traerme de vuelta y recordarme que Cuba también es mi hogar. Y es prueba de que lo yoruba está por doquier aquí, y eso completa el aspecto espiritual de personas como yo». (René Tamayo León)

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