Conrado Cárdenas, el alma buena de las artes plásticas
La reciente partida hacia la eternidad del profesor y pintor Conrado Cárdenas Fleites dejó un vacío en las artes visuales villaclareñas. Su vida y obra es recordada por sus muchos amigos y exalumnos, a los cuales formó con pasión y amor.
La alegría, una de las cualidades que distinguían al profesor Conrado. (Foto: Cortesía de Amílkar Chacón)
Francisnet Díaz Rondón
950
19 Septiembre 2024
19 Septiembre 2024
hace 2 meses
«La sonrisa más sana y linda de la plástica villaclareña». «No tengo un recuerdo feo de él». «Su amor era la enseñanza». «Alegre, aventurero, soñador». «La paz, amor y comprensión siempre estuvieron con él y eso era lo que transmitía a todos. Con su carácter sacaba siempre lo mejor de cada persona». «Espero su abrazo sincero, su inocencia, su lealtad a la vida, su verdad. El Conra hizo del mundo un lugar mejor».
Expresiones como estas se suscitaron de manera espontánea y sincera al conocerse la inesperada partida hacia la eternidad del maestro pintor Conrado Emilio Cárdenas Fleites a inicios de septiembre. Su carácter jovial y alma buena lo transformaron en uno de los creadores más queridos y estimados de Villa Clara, de esos seres que siempre alegra verlos, saludarlos y conversar. Así era Conradito, el profe, el amigo, el compañero y maestro.
Pedagogo por excelencia, por sus manos pasaron generaciones de creadores, a quienes formó y educó como sus propios hijos. Profesor de materias como Historia del Arte y Paisajismo, cuentan sus agradecidos alumnos que sus clases siempre eran muy esperadas con entusiasmo por la alegría que transmitía y sus explicaciones llenas de sabiduría, acompañadas de su característica sonrisa y jovialidad.
Para muchos, Conrado era como un hermano mayor, de los que están presentes en cualquier momento para ayudar y dar la mano. Llamaba la atención su manera de narrar suave, pero convincente, con gran respeto a sus alumnos y contestando cualquier pregunta por muy simple que fuera.
Verlo molesto era casi imposible. Nunca alzaba la voz y estaba siempre presto a atender a cada uno de los educandos, quienes podían preguntar el más mínimo detalle de la asignatura. No tenía nada para sí mismo, regalaba o repartía cartulinas, pinceles, colores y lo que necesitara quien se le acercara a pedirle ayuda.
A pesar de su sencillez y nobleza, Conrado fue un visionario. Se volcó en proyectos que para algunos podían parecer una locura, pero él sabía que eran factibles, como «Soñar despiertos», para introducir en las artes plásticas a niños sin amparo familiar, o aquel titulado «Ojos del alma», dedicado a la apreciación y creación de artes plásticas para ciegos y débiles visuales, o la actividad «Arte y vida», donde dialogaba en instituciones sociales como el Hogar Materno.
También dedicó ingentes esfuerzos hasta lograr las inolvidables exposiciones de arte en miniatura, para las cuales convocaba a decenas de amigos, tanto de Villa Clara como de otras provincias. Recuerdo la primera, organizada en el Centro Provincial de Patrimonio Cultural, en la que se ponían lupas a disposición del público para apreciar los detalles de las obras.
Como buen amante de la paisajística, fue un fiel participante en el Evento de Ramón, creado por su amigo Ramón Fuentes Fuentes, cada año en Río Seibabo, Manicaragua. Las anécdotas de Conrado son tan numerosas como para hacer un libro.
El también pintor, paisajista y caricaturista Adalberto Linares Díaz, gran amigo de Conrado, contó que demostraba sus dotes de cantante y bailarín, y disfrutaba de cuantos grupos musicales se presentaban en el evento.
Conrado estuvo dedicado a la enseñanza hasta el final. Durante la pasada etapa veraniega impartió el taller para niños y jóvenes «Viajeros del Tren Mágico», sobre aplicación de técnicas mixtas en las artes plásticas, en la Galería Provincial de Arte. Jamás dejó de compartir sus conocimientos. Fue y es un evangelio vivo.
Se ha ido Conrado Cárdenas, el Conra, el amigo, el compañero, el maestro. Pero su impronta nos acompañará siempre y nos recordará que, a pesar de los golpes de la vida y los momentos difíciles, nunca debemos dejar de sonreír y de ser útiles a los demás.