Más allá de sus constantes éxitos musicales durante años, El Taiger es bien conocido por su altruismo con los más necesitados y enfermos, mediante acciones sinceras y auténticas.
El Taiger ha sido uno de los reguetoneros cubanos más seguidos y queridos por el público. (Foto: Tomada de Internet)
Francisnet Díaz Rondón
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06 Octubre 2024
06 Octubre 2024
hace 1 mes
Si hay algo que no se le podrá quitar jamás al Taiger es su don de gente y su ángel para llegar a su público. Porque sí, nos guste o no, el reguetón tiene público, y nada pequeño, dentro del cual hay también sus preferencias entre un cantante u otro, entre un dúo o otro, y las agrupaciones. Cada uno con su estilo, su forma y su flow.
Pero lo del Taiger es otra cosa. Desde su paso por Los Desiguales y luego como solista, ha tenido esa bendición que pocos artistas logran: ser el Rey Midas en cualquier género o manifestación, como lo ha logrado él en el reguetón, al convertir en éxito cualquier tema o colaboración con otro colega.
Aunque no soy devoto del «reguetoneo», he seguido su evolución y estoy al tanto de las figuras que aparecen en escena, de las cuales no todas duran o se mantienen, o tienen suficiente calidad y talento. El Taiger ha sido de los pocos que ha llegado a estar «pegado» año por año, con algún que otro tema, cantado y bailado hasta la saciedad en cuanta fiesta popular o particular se haga dentro o fuera de Cuba.
Pero, más allá de sus éxitos musicales, es bien conocido su altruismo con los más necesitados y enfermos, mediante acciones sinceras y auténticas. En una ocasión destinó toda la ganancia de un concierto en La Tropical para los niños del Hospital Oncológico de La Habana, y otros amigos han comentado que ha hecho donaciones, pero ha pedido no revelar su nombre, como señal de modestia y desinterés, para no convertir el hecho en un acto de publicidad.
Por eso tantos cubanos, de aquí y de allá, se han reunido rezando, pidiendo y deseando su recuperación luego del fatídico suceso por el que ha pasado en Miami. Miles de especulaciones, de informaciones falsas y declaraciones para dar el ¿palo periodístico?, se han desatado por todas partes. En fin, la cochinada mediática a full, sin frenos ni fronteras.
Lo que ha pasado con José Manuel Carbajal Zaldívar, o sencillamente El Taiger es monstruoso, y ningún ser humano merece eso. A ciencia cierta, nadie puede asegurar qué sucedió hasta que las autoridades informen oficialmente como parte de la investigación. No obstante, es bien lamentable y triste.
Como sucede en las redes sociales, jardín y cloaca de las acciones humanas, algunos se han dedicado a hacer memes y chistes, sin ningún tipo de empatía ni con la víctima ni la familia. (Ojalá la madre de sus hijas las tenga alejadas del teléfono).
He leído y visto mucho en estos días sobre El Taiger, y uno va descubriendo cosas y atando cabos para conocer un poco más sobre su personalidad. Mi conclusión es que el autor de Habla, matador ha sido un ser de gran corazón como hijo, padre, amigo, pero, también, víctima de las circunstancias y de sus propias decisiones.
Desgraciadamente, el mundo dentro del cual se movía no es color rosa, ni habitado sólo por personas buenas, honestas, transparentes, ni «hombres a todo». Y estoy seguro que El Taiger lo sabía, pero la realidad lo superó, a pesar de no mostrar nunca miedo ni flaqueza. La vida es un campo de minas.
Ojalá El Taiger salga de esta, que la vida le de una segunda oportunidad y él sepa aprovecharla bien. Por su familia, sus hijas, sus verdaderos amigos y su público. Él lo merece, y la gente que bien lo quiere, también.