Editoriales villaclareñas con el espíritu del Quijote

Las editoriales de la provincia, Capiro y Sed de Belleza llegan con sus propuestas a la XXXIII Feria Internacional del Libro y la Literatura, luego de un año plagado de dificultades y obstáculos. 

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Libros de editoriales villaclareñas.
(Foto: Francisnet Díaz Rondón)
Francisnet Dí­az Rondón
Francisnet Dí­az Rondón
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14 Marzo 2025

No sería exagerado catalogar de qui-jotesca la labor de las editoriales Capiro y Sed de Belleza durante el pasado año. Enormes molinos se alzaron en el camino de ambas instituciones literarias, y sin lanza ni escuderos ni escuálidos Rocinantes enfrentaron, y aun enfrentan, a los imponentes gigantes. Aunque, eso sí, sin los delirios propios del Caballero andante y con la mente bien centrada para buscar alternativas y soluciones a los disímiles problemas.

Libro Cambio de tono.

Desde el tristemente recordado año 2020 —en que la pandemia de la COVID-19 azotó a Cuba y al mundo— hasta la actualidad, se han podido producir muy pocos libros. Flagelo que agudizó la situación, pues desde 2017 Villa Clara no recibía insumos (tinta, papel, goma de pegar, máster…) para sacar adelante las publicaciones.

Y en esa aventura anduvieron, erguidos y perseverantes, sus directores: Idiel García Romero y Miguel Ángel Tamayo Alba, quienes no escatimaron esfuerzos y gestiones, incluso personales, para sacar a la luz los textos incluidos en los demorados planes editoriales. 

Por ello, el pasado año, Capiro pudo llevar al papel apenas cuatro títulos ganadores del Premio Literario Fundación de la Ciudad de Santa Clara en los años 2022 y 2023. Estos son: los poemarios Crónicas del barrio, de Jorge Luis Mederos (Veleta) y Espuela de cristal, de Darién Peña Prada; el texto de crónicas Pintar un ángel negro, del escritor sagüero Alberto González Rivero, y Libro de la paz y de la guerra, de Randoll Machado Hernández, destinado al público infantil.

Por falta de materiales y contratiempos de los autores con el cronograma quedaron en formato digital los también ganadores del «Fundación de la Ciudad» Lorca, el inquietante, de Luis Machado Ordetx, y El gran devorador, de Martha Acosta Álvarez. Asimismo, faltan todos los textos del plan regular del 2021 que no son premios del prestigioso concurso literario villaclareño. 

Libro Espuela de cristal. Libro Hijos de nadie.
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Mientras, Sed de Belleza logró vencer un mayor número de molinos de viento. Su incansable director, Tamayo Alba, hizo ingentes esfuerzos para sacar frutos bajo presión y gestiones personales, y con el apoyo de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y Omar Rubio, exdirector del Centro Provincial del Libro y la Literatura (CPLL). Los textos del reciente plan editorial fueron emergiendo poco a poco en coordinación con Osmany Gálvez, actualmente al frente de la entidad literaria, al poder resolverse un poco de insumos.

Con las actuales tiradas de solo 300 ejemplares cada libro, desde el pasado mes de diciembre han salido a la luz varios de los títulos atrasados de planes anteriores, incluso del 2018 y 2019. Con los nuevos textos la joven editorial logró ponerse al día, pues solo quedan tres libros atrasados e igual número pendientes que deben salir el año en curso, para así sumarse a los siete últimos aprobados para un total de diez que serán presentados en 2026.

Libro De la paz y de la guerra.

Por lo tanto, los lectores podrán adquirir nuevos títulos impresos: el cancionero Cambio de tono, del trovador Leonardo García; los poemarios Hijos de nadie, de Reineris Betancourt (Premio Sed de Belleza 2023), Joseph´s Club, de Yasmany González Hernández; Caja de herramientas, de Yadian Tiza Carbonell, y Pasillo de Maniconio, de la autoría de la poeta tunera Ana Margarita.

Asimismo estarán las obras de cuentos La Felicidad y otras mentiras, de Idiel García, y Una familia de cuentos, de Leonel D. García (Premio Sed de Belleza 2022); la obra de periodismo Escritos en falso, del villaclareño Miguel Castiñeira, y Leviatán, de Juan Edilberto Sosa, del género teatro.

Cabalgan, lanzas en mano, las editoriales villaclareñas. No pocos son los contratiempos y vicisitudes, pero avanzan con la vista puesta en el horizonte. Aún queda mucho por hacer, a veces las esperanzas menguan; mas el placer de ver nacer un libro levanta y fortalece el espíritu quijotesco para seguir combatiendo terribles gigantes.  

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