Polí­tica y papelazo en el Oscar 2017

Los Premios Oscar de este año generaron polémica mucho más allá de los premiados.

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Ceremonia de entrega de los Premios Oscar.
Momento en el que se rectificaba el error de la noche. Moonlight era la Mejor Película, y no La La Land, como se había anunciado. (Foto: Tomada de Internet)
Tomado de la edición digital del periódico Granma
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27 Febrero 2017

Premios y dardos polí­ticos eran esperados durante la Gala de los Oscar de este domingo, no así­ el papelazo de los últimos minutos, que pasó a discutirle titulares a lo acontecido durante las tres horas previas en el teatro Dolby.

Ya estaba sobre el escenario el equipo completo de  La La Land  para recoger el codiciado Oscar a la Mejor pelí­cula, anunciado por Warren Beatty y Faye Dunnaway, cuando ¡error!, el actor se habí­a equivocado al leer la tarjeta y la ganadora (para prestigio de la Academia) era Luz de luna, la historia de un joven negro homosexual que, a puro disfraz, se crí­a en una sociedad machista.

Desconcierto, caras largas y, «a bajarse del escenario, muchachos, que no les toca », mientras Beatty pedí­a excusas.

De las catorce nominaciones con las que llegaba a la ceremonia la sobreestimada y melosa La La Land, terminó por ganar seis: mejor director, Damien Chazelle, mejor actriz, Emma Stone, fotografí­a, banda sonora, diseño de producción y canción original.

Luz de luna (Moonlight), además de mejor pelí­cula, le hizo merecer el Oscar de actor de reparto a Mahershala Ali y se alzó con el galardón al mejor guión adaptado.

El premio de mejor actor le correspondió a Cassey Affleck por Manchester by the Sea, filme que también triunfó en mejor guión original.

El Oscar de mejor actriz de reparto fue para Viola Davis (Fences).

El iraní­ Asghar Farhadi obtuvo su segundo Oscar a la mejor cinta extranjera, en esta ocasión por El viajante, pero no estuvo presente como lo dejó constar en una vibrante nota debido el respeto que sentí­a por su paí­s, y otras seis naciones cuyos ciudadanos habí­an sido condenados por el gobierno de Estados Unidos a no entrar a territorio norteamericano.

También el mexicano Gael Garcí­a Bernal, al entregar un Oscar, arremetió contra la polí­tica migratoria que propugna el presidente Trump y sus intenciones de crear un gran muro.

De que la gala serí­a propicia para una sucesión de dardos polí­ticos e ironí­as en especial por parte del presentador Jimmy Kimmel se evidenció desde el mismo inicio, cuando él tomó como referencia a Meryl Streep, quien tras las crí­ticas realizadas al presidente Trump en los Globos de Oro, fue calificada por el mandatario como «una de las actrices más sobrevaloradas de Hollywood ».

«Estamos también aquí­ dijo el presentador con remarcado sarcasmo para homenajear a los actores que parecen grandes, pero que en realidad no lo son. Y de todos los grandes actores de Hollywood, hay una en particular que se mantuvo a través del tiempo por sus muchas insulsas y sobrevaloradas interpretaciones. Esta es la vigésima nominación al Oscar de Meryl. Es aún más increí­ble considerando el hecho de que ella ni siquiera estuvo en una pelí­cula este año. Escribimos su nombre solo por costumbre. Meryl, ponte de pie. Todos, por favor, súmense para darle un fuerte e inmerecido aplauso a la gran sobrevalorada Meryl Streep. ¡Vamos, todos! », y el teatro por completo la ovacionó.

Comienza así­ un nuevo periplo publicitario del Oscar con importantes dividendos económicos para las pelí­culas premiadas y el hecho de que, al contrario de las últimas entregas, meritorios artistas negros fueron reconocidos con el galardón.

Ya se sabe que en la escala de valores de su mundillo, a la hora de seleccionar, la Academia de Hollywoood se equivoca tanto como acierta y que su cine no representa precisamente lo mejor que se hace en el mundo, aunque no falten buenas pelí­culas premiadas o no en su ya larga historia. (Rolando Pérez Betancourt)

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