Otro reencuentro en el concurso de fotografía «Martínez Otero-Illa» promete un salón de excelencias en la denominada Villa Blanca del centro-norte cubano.
Los fotógrafos profesionales y aficionados aguardan por el fallo del jurado del concurso «Martínez Otero-Illa », en Caibarién, único de su tipo que reconoce la larga tradición instaurada durante el pasado siglo por esos maestros del lente en el país.
La exposición y veredicto se conocerá el próximo sábado 25 de marzo cuando, en horario nocturno, sea inaugurado el XIII Salón que convoca la Galería de Arte Leopoldo Romañach, en la localidad costera villaclareña.
Los Martínez Otero-Illa trinomio forjado por Manuel, el padre, junto a los hijos Manolín y Arturo, fundaron sus primeros trabajos con placas de vidrio y luz solar, y después emplearon piezas en celuloide y cartulina con un probado valor artístico-documental en el entendimiento de la historia y del hacer cultural y social de los habitantes del territorio.
El arte de esa familia tiene más de un siglo de apuntes fotográficos, y en técnicas y formatos se nutrieron de perfiles comerciales, de paisaje marino, urbano y rural, o social. Por sus características de trabajo, los Martínez Otero-Illa instalaron un modo diferente de reconstruir la realidad del territorio y exhibir en galerías privadas los contornos poblacionales.
Al salón, que ahora auspiciará y promocionará la dirección de Cultura en la denominada Villa Blanca, en el centro-norte cubano, concurren 24 creadores con medio centenar de imágenes tomadas en diferentes escenarios nacionales. Las piezas son de tema y técnica libre. Todas retocan pasajes relacionados con la naturaleza, el retrato, contextos sociales, urbanos e históricos del país, hecho que augura en reencuentro con un certamen que cobra vitalidad en sus convocatorias anuales.