El Humor de Linares no tiene barreras

Por vez primera el caricaturista Adalberto Linares, de Melaí­to, expone algunas piezas no vistas antes en predios vilaclareños.

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Adalberto Linares
3- Félix Adalberto Linares Díaz en faena creativa. (Foto: Luis Machado Ordetx)
Luis Machado Ordetx
Luis Machado Ordetx
@MOrdetx
3220
23 Marzo 2017

Félix Adalberto Linares Dí­az, humorista gráfico, y también ilustrador, no requiere mucha presentación en predios cubanos. Tampoco en muchas partes del mundo su rigor artí­stico y firma pasan desapercibidos. La reconocida valí­a atestigua originalidad, talento y rigor. Su mayor gusto, y también percepción de los lectores, estriba en encontrar piezas hechas a la perfección.

Ese creador jamás merecerá un silencio. Tal apagón de opiniones es inadmisible, como ahora ocurre en medios de prensa que ignoran, y optan, al parecer, por «ceguera », del estruendo de una exposición singular. La muestra del caricaturista de Melaí­to ancló en Manicaragua, primer territorio que la exhibe después que en 2015 muchas de esas piezas debutaran en la Bienal Internacional del Humor de San Antonio de los Baños.

Obra del caricaturista Adalberto Linaress, Villa Clara, Cuba.
En cualquier faceta artí­stica, sea la caricatura, la ilustración o el paisaje, Linares deslumbra al público. (Foto Luis Machado Ordetx)
Obra de humor erótico del caricaturista Adalberto Linares.
El humor erótico y el general, dos predilecciones del caricaturista. (Foto Luis Machado Ordetx)

En un lugar y otro el público disfrutó de facturas únicas. Eso es Linares, irrepetible en sus trazos e ideas. No todos los dí­as un espectador localiza un acabado de exquisita dimensión, como el apreciado en una veintena de piezas que se muestran a los visitantes de la Galerí­a de Arte Hurón Azul, del más sureño de los municipios de Villa Clara.

Allá está «Lino sin palabras », un referente de polisemia  temática. La pluralidad va desde tópicos de humor polí­tico, erótico, general y social, hasta el complemento del dibujo y la lí­nea en todas sus dimensiones.

Caricaturistas Linares y Roland, de Melaí­to, Villa Clara, Cuba.
A la izquierda Linares, y a su lado Rolando (Roland) González Reyes, calibran ideas humorí­sticas. (Foto Luis Machado Ordetx)

Con unas cuatro décadas de universo artí­stico Linares asume un calibre preciso al reconstruir la realidad y buscar un punto que encaje en la historia actual, y también alcance cuestionamientos en las miradas que observan los valores concluidos.

Dijo Martí­, al hablar de Ví­ctor Hugo, que   traducir «es transcribir de un idioma a otro », pero el calibre artí­stico que se muestra resulta muy difí­cil trasladarlo en palabras y definiciones. Parco al hablar, incluso a exteriorizar ideas, siempre la obra de Linares hay que medirla como un todo de perfección que lo vincula al concepto plástico, la perspectiva, y el mensaje final.

Tal perspectiva hace que Linares carezca de barreras en su discurso, y que no reclame de palabras al mostrar un arte de perfección humorí­stica en el cual cada caricatura por separado tiene una historia y un detalle sin que sea necesario encasillarlo en una particularidad erótica o social.

De llegar a otras regiones, cubanas o foráneas, un muestrario de tal calibre, aseguro que Linares, con la humildad que lo caracteriza, fuera mucho más famoso de lo que actualmente es en el ámbito nacional. Sin embargo, con su sencillez prefiere seguir cabalgando sobre las calles o ingeniando ideas que lo catapultan como un maestro desprovisto de barreras e idiomas para hacer siempre reí­r y poner a meditar a todos por igual.

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