¡Bravo! ¡Braví­simo!

Los estudiantes de la Enseñanza Especial tuvieron la oportunidad de demostrar sus talentos en la Gala Artí­stica que realizaron este jueves en el Cine Camilo.

Compartir

Vanguardia - Villa Clara - Cuba
La Gala por el 55 Aniversario de la Educación Especial en Villa Clara contó con 22 números bien montados y engarzados en un espectáculo que demostró cuánto talento pueden tener los niños especiales. (Foto de la autora).
Leslie Díaz Monserrat
Leslie Dí­az Monserrat
1902
06 Abril 2017

La admiración de maestros y familiares recibieron los niños de la Enseñanza Especial que participaron, este martes, en el festival artí­stico por el 55 Aniversario de esta educación.

En cuatro bloques agruparon las participaciones de los pequeños «artí­sticas », quienes incursionaron en la danza, la música, el teatro…

El personaje televisivo Marcolina junto a sus sui géneris amigos (interpretados por instructores de arte), sirvieron de hilo conductor en un espectáculo bien concebido, sencillo y coordinado.

Yilian Rabasa está casi a dar a luz, pero a pesar de las limitaciones fí­sicas que supone llevar un hijo en el vientre, se encargó de concebir esta gala que también fue un homenaje al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Rabasa, instructora de arte de la especialidad de teatro, asegur que se trata de un trabajo colectivo que aunó a instructores de arte, maestros, directores de escuela. «Todos los años lo hacemos para que ellos puedan verse representados y demuestren que tienen talentos y capacidad para hacer muchas cosas. Este es su festival, el momento de realizarse como artistas ».

Alrededor de 10 instructores, incluyendo las educadoras especiales, colaboraron con este espectáculo que demostró, una vez más, que solo el amor engendra la maravilla. (Foto de la autora).

El coro de señas de Fructuoso Rodrí­guez volvió a impresionar al auditorio que también disfrutó de la alegrí­a, la naturalidad y la autenticidad de los niños que llegaron sin poses al escenario.

Ellos también pueden y lo demostraron. Sus actuaciones dan fe del sacrificio de padres, instructores, maestros que pasaron horas enseñando un paso de baile o repitiendo la misma estrofa de una poesí­a.

En los trajes podí­a notarse la mano hábil de la abuela, o los sacrificios de la familia para sacar de donde no hay y convertirlo en disfraces.

Los niños brillaron en la escena. El público aplaudió emocionado, todos de pie y como en las impecables puestas del ballet, también se escucharon voces que gritaban: « ¡Bravo! ¡Braví­simo! ».

Comentar