Una entusiasta campaña nacional para que el Danzón sea proclamado Patrimonio de la Humanidad tiene lugar desde hace varios meses, y el propósito ha involucrado cubanos, pero también amantes y defensores del género de otros continentes.
La justa iniciativa surgió en el II Encuentro Internacional Danzonero Miguel Failde in memoriam, celebrado el pasado mes de abril en Matanzas. Ethiel Failde, joven danzonero descendiente y heredero musical del creador del ritmo, es uno de los más activos impulsores.
Varias personalidades han plasmado sus firmas, como la gran Omara Portuondo, los maestros mexicanos Simón Jara y Octavio Pérez, director de la Orquesta Danzonera Acerina, entre otros voluntarios que abogan por que se le conceda al género tan alto reconocimiento.
En este primer sábado de agosto, proclamado por el gobierno cubano, desde 1960, como el Día del Danzón, cabe destacar el esfuerzo de los que intentan mantener viva la impronta de un ritmo que ha sorteado tempestades, menosprecios y subvaloraciones, pero que nadie ha podido acallar en ninguna época.
Villa Clara tiene razones para sumarse a la campaña, dada la encomiable labor de muchas de sus orquestas, músicos y clubes de danzón que aún sostienen el espíritu del baile nacional.
Aunque el 22 de noviembre del 2013 se declaró al género Patrimonio Cultural de la Nación Cubana, el danzón tiene todos los valores para alcanzar dimensión internacional y ser reconocido a esa escala como una de las creaciones humanas dignas de prevalecer a través del tiempo.