Yanelis, además del arte culinario, se desenvuelve en la artesanía y la poesía. (Foto del autor).
Francisnet Díaz Rondón
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04 Septiembre 2017
04 Septiembre 2017
hace 7 años
Desde los nueve años de edad la sagí¼era Yanelis González Díaz supo que había nacido para el arte culinario, la poesía y la artesanía. En su casa nadie más tenía tales inclinaciones, por lo que ella «rompió el hielo » dentro de su hogar para convertirse en una de las creadoras más multifacéticas de su municipio.
En el pasado Festival Provincial de las Tradiciones Campesinas, celebrado en Cifuentes, ella se alzó con los primeros lugares en los apartados de Comida Tradicional y Mesa Servida, con una variada y exquisita elaboración de dulces a base de fruta bomba, naranja cajel, piña, plátano, así como un platos típicos de croquetas, y de arroz congrís, yuca con mojo, chicharritas, carne de cerdo y mazorca de maíz. Una verdadera delicia.
«En mi casa a nadie le gustaba cocinar, yo era la única que disfrutaba esa tarea. Ni mi madre ni la abuela tenían esa atracción por la comida. Todo lo que sé lo aprendí por los libros de cocina, y las recetas que publicaban en la revista Bohemia », cuenta Yanelis.
Según confiesa, no tiene preferencia entre la comida dulce y salada, pues ambas disfruta hacerlas por igual. Y aunque no pertenece a asociación alguna en la provincia, se siente una defensora del arte culinario criollo.
Yanelis también escribe poesía y realiza hermosos cuadros de artesanía. Todo lo aprendió de manera autodidacta, aunque intentó ser parte del taller literario de la casa de cultura de Sagua la Grande.
«Asistí al taller un tiempo, pero no me acostumbré al tecnicismo y a las exigencias. Escribo lo que siento dentro de mí, y creo que eso es lo más importante », comenta.
Yanelis se desempeñó como promotora cultural durante un tiempo, y ahora realiza otras funciones. Su labor artística la lleva a la par con el cuidado de sus dos niñas, quienes tienen inclinación por la artesanía como ella.
Para la joven creadora el arte representa mucho en la vida y piensa cultivarlo mientras tenga energías.
«Cocinar, hacer poesía y piezas artesanales me relaja mucho cuando estoy estresada, y también es una manera de disfrutar de la vida. Realmente, me gusta lo que hago », concluye.