En busca del Héroe

La desaparición del Comandante Camilo Cienfuegos el 28 de octubre de 1959 constituyó un duro golpe para el pueblo de Cuba. Durante 14 dí­as ininterrumpidos se buscó incesantemente al jefe rebelde y sus compañeros; intensos y tristes momentos que recordamos en este artí­culo, a 61 años del suceso.

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Comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán.
El Comandante Camilo Cienfuegos fue muy querido por el pueblo cubano, y su desaparición dejó una estela de dolor a lo largo y ancho de la isla. (Foto: Archivo)
Benito Cuadrado Silva
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28 Octubre 2020

«Se hace saber por este medio a la opinión pública, que en el dí­a de ayer 28 de octubre, a las 6:01, salió del aeropuerto de Camagí¼ey el avión Cessna 310, número 53, de cinco plazas, rumbo a La Habana, conduciendo al Jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde, Comandante Camilo Cienfuegos, quien iba acompañado por el piloto de dicho avión, primer teniente Luciano Fariñas Rodrí­guez, y el sargento Félix Rodrí­guez González, los que desgraciadamente no han llegado a su destino ».

Luciano Fariñas Rodrí­guez, piloto del avión en el que viajaba Camilo Cienfuegos al desaparecer.
Luciano Fariñas Rodrí­guez, piloto del avión en el que viajaba Camilo Cienfuegos al desaparecer.

La noticia, difundida en esos términos, impactó a los cubanos aquel atardecer del jueves 29 de octubre de 1959. El dí­a antes, al salir hacia la provincia agramontina para concluir el proceso de reestructuración de los mandos militares, tras la sedición de Hubert Matos, Camilo habí­a dicho al capitán Manolo Espinosa Dí­az, jefe de su escolta personal, que regresarí­a entre las 7:00 y las 7:30 de la noche.

A las 8:00 p.m., el oficial, impasible, decidió comunicar su inquietud a Osmany, quien, conocedor del apego de su hermano a la zona norte de Las Villas, le tranquilizó: «Mañana a primera hora vuelves para el aeropuerto y, si Camilo no regresa temprano, lo localizamos en Mayajigua o Yaguajay ».

De esta demora se informa entonces a Fidel, cuyo rostro se ensombreció al instante. Poco antes su hermano Raúl habí­a sufrido un accidente aéreo en la Ciénaga de Zapata, y con posterioridad pereció en similar percance el Comandante Juan Abrantes al oeste de la provincia villareña. La posibilidad de otra tragedia, en el caso de Camilo, ocupó el centro de las preocupaciones.

Inmediatamente se estudiaron las circunstancias del vuelo, el tipo de avión, la hora de salida y el estado del tiempo, que según el entonces denominado Observatorio Nacional, aquella noche no era el más propicio para la navegación aérea. Algunos pilotos de Cubana de Aviación que habí­an hecho la ruta Camagí¼ey-La Habana, o viceversa,  cerca de la hora en que lo hizo el pequeño Cessna, confirmaron ese criterio.

Fidel Castro Ruz durante las operaciones de búsqueda de Camilo Cienfuegos.
El propio Fidel dirigió personalmente la búsqueda del Comandante Camilo Cienfuegos y sus acompañantes. En la imagen, cuando el lí­der de la Revolución cubana sobrevolaba Cayo Largo y avanzaba hasta escasas millas de la Florida, a unos 25 o 30 metros de altura.  (Foto: Archivo)

El aviador Tito Salgarela partió 15 minutos después hacia la capital, y entre Ciego de ívila y Matanzas tuvo que cambiar el rumbo debido a una fuerte tormenta. De igual modo, pero en sentido opuesto, procedió Alberto Pérez.

Un análisis de Fidel con un grupo de aviadores y otros especialistas resaltó varios aspectos: Fariñas oriundo de Sagua la Grande, Villa Clara (antes territorio de Las Villas) acumulaba cientos de horas de vuelo; mas, carecí­a de experiencia en travesí­as nocturnas, y su nave, de dos motores, no era la más idónea para sortear las condiciones meteorológicas apuntadas. Además, los tanques disponí­an de combustible para tres horas, insuficiente si tuvieran que maniobrar hacia el norte   para eludir la tormenta, que fue lo más probable, como expresaron los pilotos consultados.

De acuerdo con sus autorizadas opiniones, el pequeño avión debió caer al mar irremisiblemente. Cuando sucede eso sentenciaron, en muy pocas ocasiones se localizan los restos.

Fidel conversa con Ramón Cienfuegos, padre de Camilo, tras conocerse la noticia de la desaparición del Comandante del Ejército Rebelde.
Fidel departe con Ramón Cienfuegos Flores, padre de Camilo, al conocerse la infausta noticia de la desaparición del querido jefe rebelde.  (Foto: Archivo)

Con todos estos elementos en la mano recordarí­a luego el Comandante en Jefe, se hizo todo lo humanamente posible para encontrar a Camilo y a sus acompañantes. El propio Fidel, a bordo del avión Sierra Maestra, dirigió las operaciones de búsqueda en las que participaron numerosas aeronaves, embarcaciones, carros y la inmensa mayorí­a de la población.

En medio de aquel clima de inciertas esperanzas y desaliento, surgieron versiones que alimentaban las ilusiones del pueblo, para luego pasar a un estado depresivo. Se habló por esos dí­as de un accidente aéreo ocurrido en la Pení­nsula de Zapata y hacia allá se enviaron patrullas de rescate equipadas con microondas. El resultado fue decepcionante, infelizmente.

También se rumoró la presencia de personas en Cayo Francés, un punto del territorio villareño cercano a Caibarién. ¡Nada!, de nuevo la decepción, la angustia.

Fidel reunido combatientes durante la búsqueda de Camilo Cienfuegos y sus compañeros desaparecidos.
Fidel, junto a otros combatientes, analizó palmo a palmo las posibles zonas donde pudo caer el avión que transportaba a Camilo.  (Foto: Archivo)

Dos semanas de incesante e infructuosa búsqueda terminaron por imponer la dolorosa realidad: ya no tení­amos fí­sicamente al héroe. Habí­a desaparecido. Fidel lo informaba en su histórica comparecencia televisada del 12 de noviembre de 1959. En sus palabras, pletóricas de emoción, el jefe de la Revolución cubana insufló  la idea de que el único consuelo ante la dolorosa pérdida era saber que en el pueblo habí­a muchos Camilo.

El Che lo proclamó de otro modo: en su renuevo continuo e inmortal, Camilo, la imagen del pueblo.

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