Con resultados potencialmente alentadores avanza la implementación de un modelo gubernamental de gestión de la ciencia y la innovación encaminado a dar respuesta a la estrategia de desarrollo económico y social del país y a las expectativas de elevar la calidad de vida de los ciudadanos.
Los alcances, las perspectivas y las áreas en las que todavía ese modelo requiere dinamismo en su aplicación fueron abordados por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de la República, al departir con los participantes en el encuentro Las ciencias en la construcción de la sociedad y la cultura nacional, que concluyó en la Universidad de La Habana, convocado por el Centro de Altos Estudios Don Fernando Ortiz en ocasión del vigésimo quinto aniversario de su fundación.
El mandatario valoró el compromiso y el apoyo de la comunidad científica con la innovación y la solución de problemas en los más diversos ámbitos, y subrayó cómo ese desempeño expresa la continuidad con una tradición en la que ciencia, cultura, pensamiento revolucionario y emancipación social configuran una unidad en la cual el pensamiento y la acción de Fidel constituyen un paradigma.
Lo que ha impulsado la gestión gubernamental para la ciencia, la tecnología y la innovación, sobre la base de la sostenibilidad, se enriquecerá con las tesis debatidas durante el encuentro por los 25 años de la Casa de Altos Estudios, precisó el Jefe de Estado.
Al abundar sobre la implantación del modelo, Díaz-Canel particularizó el enfrentamiento a la pandemia de la COVID-19 y el programa de soberanía alimentaria y educación nutricional. La robustez de la integración entre ciencia, innovación, base productiva y asistencia sanitaria se reveló desde la formulación de candidatos vacunales, nuevos fármacos, ventiladores pulmonares y protocolos terapéuticos y de contención hasta la aplicación de modelos matemáticos para el seguimiento de la situación epidemiológica y ha permitido la reducción del impacto letal de la enfermedad, la más pronta recuperación de los pacientes y, a diferencia de otros países, la evitación del colapso de las unidades de cuidados intensivos.
En una escala todavía incipiente pero con pasos firmes, la aplicación de la ciencia y la tecnología, desde el máximo rigor y aprovechando coordinadamente nuestras potencialidades y posibilidades comienza a hacerse visible de manera puntual en programas de la producción agroalimentaria, área en la que habrá que avanzar mucho más para dar respuesta a las necesidades y demandas de la población.
Científicos cubanos aportan a 31 programas de máxima prioridad gubernamental, concebidos no solo desde una proyección nacional sino tomando en cuenta los imperativos del desarrollo territorial, sectorial y local. De igual modo han contribuido al diseño y aplicación de políticas públicas.
El Presidente ponderó también la interrelación entre los centros de educación superior, las empresas y la producción y los servicios y puso como ejemplos a la Universidad Central de Las Villas en la biotecnología y los materiales para la construcción, y la Hermanos Saíz de Pinar del Río en la gestión del desarrollo local.
Insistió en la necesidad de dinamizar en todo el país esos vínculos así como en fomentar la más plena identificación de los directivos responsabilizados con la esfera productiva, la prestación de servicios, la administración pública y la conducción de procesos sociales con los principios de la gestión científica e innovadora.
La sesión de clausura del encuentro, a la que asistieron la viceprimera ministra Inés María Chapman y los ministros José Ramón Saborido (Educación Superior) y Alpidio Alonso (Cultura), abrió con una conferencia de Elba Rosa Pérez Montoya, titular del Citma, sobre el estado actual del sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación y los retos que debe sortear en términos de sostenibilidad, planeamiento estratégico, formación de recursos humanos, socialización de la cultura científica e implicación con el desarrollo de las fuerzas productivas.