En cumplimiento de un viejo anhelo

Fruto del entusiasmo creador de Fidel y Gabriel Garcí­a Márquez, la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano ha tenido su sede en una casa todaví­a tocada por la magia. Hasta allí­ llegó este viernes el Presidente de la República, Miguel Dí­az-Canel Bermúdez, en una visita que ratifica el compromiso de Cuba con un arte defensor de las mejores causas de Nuestra América  

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Sede de la Dundación del nuevo Cine Latinoamericano
(Foto: Estudios Revolución)
Tomado de la edición digital del periódico Granma
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05 Febrero 2021

En la sede de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, sobre la amplia hoja de un libro, el Presidente de la República, Miguel Dí­az-Canel Bermúdez, escribió en la mañana de este viernes: «Esta visita cumple un añejo anhelo, y es también la oportunidad para afirmar nuestro eterno compromiso con el proyecto fundacional del Comandante en Jefe y de Garcí­a Márquez para el nuevo cine latinoamericano ».

«Es la convicción de apoyar, seguir y participar en el empeño emancipador y enaltecedor de nuestro cine, de nuestra identidad, de nuestra soberaní­a. Gracias por la invitación y la oportunidad, y cuenten con nosotros ».

Durante la visita del Jefe de Estado a una casa llena de historia -momento que debió ser postergado en más de una ocasión-,muchas cosas parecí­an estar tocadas por la magia. Lo primero que llamó la atención de los reporteros fue el nombre de la Directora General de la Fundación: Alquimia Peña Cedeño.

(Foto: Estudios Revolución)

En el lugar ubicado en el municipio habanero de La Lisa y conocido como Quinta Santa Bárbara, Alquimia contó a los periodistas que el poeta cubano Eliseo Diego le preguntó una vez si ese nombre no se lo habí­a puesto Gabriel Garcí­a Márquez.

En la sede de la entidad creada el 4 de diciembre de 1985 con el fin de contribuir al desarrollo e integración del cine latinoamericano y caribeño, lo primero que Alquimia hizo al recibir al mandatario -quien realizó la visita acompañado del ministro de Cultura, Alpidio Alonso, y del Presidente del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), Ramón Samada- fue compartir un material audiovisual desde el cual asoma un Garcí­a Márquez pronunciando las palabras inaugurales de la sede de la Fundación, a un año de que la institución hubiese nacido como brazo integrador del continente.

«Todo empezó –dijo el Gabo teniendo a su lado a un Fidel sonriente ante las originales palabras del novelista- con esas dos torres de alta tensión que están a la entrada de esta casa. Dos torres horribles, como dos jirafas de concreto bárbaro, que un funcionario sin corazón ordenó plantar dentro del jardí­n frontal sin prevenir siquiera a sus dueños legí­timos. (…) Alarmado con la noticia, el Presidente Fidel Castro estuvo aquí­ hace unos seis meses, tratando de ver si habí­a alguna forma de enderezar el entuerto, y fue así­ como descubrimos que la casa era buena para albergar los sueños de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano ».

«(…) Las torres siguen ahí­ (…) como una escultura irremediable (…); solo después de adoptarla como sede de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, supimos que la historia de esta casa no empezaba ni terminaba con estas torres, y que mucho de lo que se cuenta de ella no es verdad ni es mentira. Es cine. Pues, como ya ustedes deben haberlo vislumbrado, fue aquí­ donde Tomás Gutiérrez Alea filmó Los sobrevivientes (…) de modo que pocas casas como ésta podrí­an ser tan propicias para emprender desde ella nuestro objetivo final, que es nada menos que el de lograr la integración del cine latinoamericano. Así­ de simple, y así­ de desmesurado ».

(Foto: Estudios Revolución)

Ese fue el pórtico de un intercambio entre los anfitriones y el Presidente cubano, donde Alquimia relacionó la razón de ser de la Fundación con la resistencia y la solidaridad, con la lucha por la memoria, por la integración regional, y por la distribución certera de las creaciones.

Ella recordó cómo fue que, a partir del nacimiento del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, Fidel se enamoró de las potencialidades de ese mundo gestor de ideas. El Comandante tomó por costumbre ver algunas de las pelí­culas en las noches, y luego reflexionar acerca de ellas junto con los cineastas. Y así­ surgió la necesidad de crear una entidad que fuese el brazo institucional de aquel movimiento.

Fidel, apuntó Alquimia, siempre estuvo al lado de la Fundación, al lado de nuestros cineastas, compartiendo sus luchas y sus estrategias en pos de la unidad. Entonces Dí­az-Canel preguntó cuán lejos o cuán cerca estamos de esa integración en los momentos actuales.

Se sucedieron las reflexiones. Se habló sobre cómo, en pos de esa integración, hay que saber luchar hoy con las armas del presente, en los escenarios virtuales, cuando la informatización resulta clave.

El dignatario se interesó también por el grado de informatización de la entidad, destacó la importancia del   ví­nculo del cine con las academias, así­ como el valor de la trí­ada Fundación, Escuela de Cine Latinoamericano, y el Festival como suceso.

«Les quiero ratificar, dijo el Jefe de Estado, que cuando nosotros hablamos de continuidad, no es nada vací­o, y dentro de ese concepto de continuidad (está) darle continuidad también a proyectos como estos que han significado tanto; (…) es parte del legado que nosotros asumimos ».

Presidente cubano
(Foto: Estudios Revolución)

Dí­az-Canel hizo referencia a la «lucha ideológica que estamos enfrentando en la actualidad », ante la cual «el cine, y sobre todo el cine latinoamericano para nuestra región juega un importante papel » porque en él, dijo, está nuestra literatura, está la cultura en su sentido más amplio. «Cuenten con nosotros para participar, estar, y apoyar », resaltó el mandatario.

Otros temas fueron abordados por el Jefe de Estado: la trascendencia que hay en adentrarse en los sentimientos que guarda una pelí­cula latinoamericana; cómo las clases destinadas a las nuevas generaciones pueden resultar menos aburridas si se hacen acompañar de tales filmes; y de cuánto son capaces de hacer nuestros creadores.

En sus palabras de aquella jornada inaugural de la sede, Garcí­a Márquez habí­a dicho: «Esta es la casa de ustedes, la casa de todos ». Y en uno de los espacios del recinto puede leerse una verdad expresada por el cineasta Fernando Birri, la cual no ha perdido vigencia si de luchar por las causas de Nuestra América se trata: «Cuando tú sueñas, tú puedes soñar un sueño cada vez, mientras que en cambio aquí­, es como si estuviéramos soñando muchos sueños juntos ».

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